08/05/2007
Fundación Sociedades Sustentables
Alai-amlatina
Un cargamento de 200 toneladas de semillas transgénicas de cartamo (falso azafrán) de la compañía canadiense SemBioSys Genetics Inc. fue rechazado en Canadá, ya que las semillas transgénicas no están permitidas en ese país, debido a la peligrosidad que revisten para los cultivos convencionales. Pese al rechazo internacional, Chile produce semillas transgénicas para multiplicación y exportación desde el año 1992.
El cultivo de cartamo rechazado pertenece a la compañía canadiense SemBioSys Genetics Inc. y esta modificado para contener hormona de crecimiento de pez que será utilizado en México para alimentar camarones. El cargamento, que aún se encuentra en puerto chileno, debía ser enviado a Vancouver y llevado por tierra a Calgary para ser procesado como alimento animal. Sin embargo, la autoridad federal canadiense (Canadian Food Inspection Agency) rechazó el permiso de importar dicha semilla pues esta prohibida su multiplicación y uso, por lo que las autoridades solicitan que la compañía les asegure que esas semillas no serán dispersadas al medio ambiente cuando lleguen a Canadá. La compañía decidió usar a Chile para multiplicar estas semillas prohibidas en su país, ya que Chile produce semillas transgénicas para multiplicación y exportación desde el año 1992.
Desde el año 1995 que el SAG ha autorizado la liberación de cultivos farmacéuticos en Chile que contienen productos químicos para la producción de proteínas, enzimas y químicos industriales en predios no identificados. Los cultivos utilizados son todos alimenticios: maíz, arroz, canola, soya, lino y cartamo, lo que puede significar la contaminación de cultivos convencionales de consumo humano con fármacos peligrosos. La superficie acumulada de estos cultivos es de 64,32 ha entre 1996 al 2002. No se cuenta con datos de superficie para los últimos años pues el SAG ha acordado con las empresas no develar esta información.
La Fundación Sociedades Sustentables (FSS) ha denunciado reiteradamente esta situación solicitando a las autoridades la prohibición de estos cultivos transgénicos, pues es imposible evitar la contaminación hacia otros cultivos alimenticios cercanos, por lo que la población y animales podrían estar inadvertidamente consumiendo alimentos contaminados con anticonceptivos, lipasa gástrica de perro, vacunas, insulina u otros fármacos peligrosos para la salud.
El año 2006, la FSS denunció la presencia de Ventria Bioscience rechazada en EE.UU. que se instaló en Chile para producir arroz farmacéutico con antibióticos para combatir la diarrea de los niños. Las autoridades han hecho caso omiso de estas denuncias favoreciendo el comercio antes de la salud de la población.
Chile aun provee condiciones favorables para estas empresas. Posee una débil regulación y autoridades permisivas, no ha ratificado el Protocolo de Bioseguridad y no existe una ley de transgénicos, sino una norma interna del SAG que es insuficiente para cautelar la salud humana y prevenir la contaminación en la agricultura orgánica y convencional.
El país está siendo utilizado como patio trasero de las empresas farmacéuticas para sembrar cultivos peligrosos rechazados en otros países lo que pone en juego la existencia y calidad de nuestras exportaciones de productos orgánicos, limpios y sanos. Por ello, exigimos al Gobierno prohibir estos cultivos peligrosos.
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