Científicos de Rusia afirmaron hoy que tienen 'pruebas' que confirmarían que parte del lecho marino del Artico es una continuación de la plataforma continental rusa, lo que respaldaría las pretensiones de Moscú de controlar ese territorio.
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'Hemos obtenido material suficiente para demostrar con argumentos que la cordillera submarina de Lomonósov está conectada con la plataforma continental y es una continuación de la periferia continental' de Rusia, aseguró Víctor Poselov, subdirector del Instituto de Investigación Científica 'Okeangueologuia'.Poselov basa sus afirmaciones en el material geofísico recabado por los batiscafos Mir-1 y Mir-2, que descendieron el 2 de agosto a las profundidades del océano Glacial Artico justo debajo del Polo Norte geográfico.'Con casi toda seguridad, Rusia podrá incrementar su plataforma continental en 1,2 millones de kilómetros cuadrados, con un potencial de reservas de hidrocarburos de no menos de 9 ó 10 billones de toneladas de combustible equivalente de petróleo más allá de la zona económica de 200 millas en el océano Glacial Artico', dijo.El científico destacó que la información recabada es 'única en su género' y permitirá trazar un mapa geológico, valorar los recursos energéticos y 'fortalecer la posición política y económica de Rusia'.Por su parte, el director de ese Instituto, Valeri Kaminski, insistió en que la estructura geológica de la cordillera de Lomonósov es de 'tipo continental'.Kaminski subrayó que el objetivo de las investigaciones es 'despejar los aspectos más confusos del escrito' presentado por Rusia a las Naciones Unidas en 2001 para reclamar sus derechos en el Artico.La Convención de la ONU de 1982 estipula que la plataforma continental no es parte del territorio de un Estado, sino una zona de estatus especial.Según el presidente de la Asociación Internacional de Ley del Mar, Anatoli Kolodkin, 'el Estado ribereño tiene derechos exclusivos para explorar y explotar los recursos naturales, tales como petróleo y gas, al igual que la pesca, dentro de los límites de ese territorio en cuestión'.La Convención indica que la zona económica de un país puede extenderse más allá de las 200 millas marítimas, si la plataforma continental supera esos límites.Rusia enviará una nueva expedición al Círculo Polar Artico en noviembre próximo, con el fin de recabar más datos con los que apoyar sus pretensiones.Esa expedición tendrá como destino la cordillera submarina Lomonósov, que se eleva 3.700 metros desde el fondo del océano Glacial Artico, que, según estimaciones de expertos estadounidenses, acogería la cuarta parte de las reservas mundiales de hidrocarburos.La próxima misión científica rusa viajará a la zona en un rompehielos atómico, pero esta vez utilizará sólo batiscafos no tripulados.Además de recoger pruebas del suelo y la fauna, en agosto pasado el Mir-1 depositó en el lecho marino del Artico, a una profundidad de 4.261 metros, una bandera de Rusia hecha de titanio y resistente a la corrosión, de un metro de altura.Estados Unidos, Canadá y otros países con intereses en la zona replicaron que la colocación de la bandera en el fondo del Artico no tiene implicaciones jurídicas.Dinamarca envío recientemente una misión al Artico para demostrar que la cordillera de Lomonósov es continuación de Groenlandia, bajo soberanía danesa.
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Terra Actualidad/EFE/24/08/2007
Terra Actualidad/EFE/24/08/2007
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