ELIO HENRIQUEZ (CORRESPONSAL)
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San Cristobal de las Casas-Chis.-El ejemplo que ha dado Elvira Arellano, deportada de Estados Unidos en días pasados, puede servir a otras personas para levantar la voz en el país vecino, donde se “violan los derechos humanos de millones de personas que viven en la sombra”, afirmó Víctor Manuel Treviño, cónsul de México en Brownsville, Texas.
“Ella era un caso de alto perfil, según han dicho las propias autoridades de Estados Unidos, y al presentarse en Los Angeles estaba haciendo una labor que es necesaria, de llamar la atención de estos temas que quedaron pospuestos indefinidamente al no aprobarse una reforma migratoria integral”, agregó en entrevista.
Al igual que Treviño, Juan Manuel Calderón Jaimes, cónsul en Tucson, Arizona, reprobó la deportación de la mexicana, y añadió que esta acción “es el resultado del endurecimiento de las políticas migratorias” estadunidenses.
“Es una política coercitiva e incoherente hacia los migrantes que están ubicados en ese país; es reprobable”, aseveró Calderón Jaimes, al tiempo que consideró que los gobiernos de México y Estados Unidos se deben sentar a la mesa para resolver el caso de Elvira Arellano.
Treviño sostuvo que “definitivamente hay un endurecimiento en la política migratoria en Estados Unidos y por eso nosotros debemos tener una política de protección mucho más intensa y más imaginativa” en favor de los connacionales.
San Cristobal de las Casas-Chis.-El ejemplo que ha dado Elvira Arellano, deportada de Estados Unidos en días pasados, puede servir a otras personas para levantar la voz en el país vecino, donde se “violan los derechos humanos de millones de personas que viven en la sombra”, afirmó Víctor Manuel Treviño, cónsul de México en Brownsville, Texas.
“Ella era un caso de alto perfil, según han dicho las propias autoridades de Estados Unidos, y al presentarse en Los Angeles estaba haciendo una labor que es necesaria, de llamar la atención de estos temas que quedaron pospuestos indefinidamente al no aprobarse una reforma migratoria integral”, agregó en entrevista.
Al igual que Treviño, Juan Manuel Calderón Jaimes, cónsul en Tucson, Arizona, reprobó la deportación de la mexicana, y añadió que esta acción “es el resultado del endurecimiento de las políticas migratorias” estadunidenses.
“Es una política coercitiva e incoherente hacia los migrantes que están ubicados en ese país; es reprobable”, aseveró Calderón Jaimes, al tiempo que consideró que los gobiernos de México y Estados Unidos se deben sentar a la mesa para resolver el caso de Elvira Arellano.
Treviño sostuvo que “definitivamente hay un endurecimiento en la política migratoria en Estados Unidos y por eso nosotros debemos tener una política de protección mucho más intensa y más imaginativa” en favor de los connacionales.
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La Jornada-México/27/08/2007
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