10/8/07

La fiesta en paz

Editorial
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Aunque el gobernador Silverio Cavazos asegura que no hay motivo para la presencia de la CNDH en la zona limítrofe, el expediente de los derechos humanos es la verdadera razón por la cual la Secretaría de Gobernación urgió la salida del Ejército de la zona de Plan de Méndez, fuerza armada que será sustituida por elementos de la Policía Federal Preventiva. Con relación a casos como los registrados en Oaxaca o en Veracruz, Amnistía Internacional, por ejemplo, ha señalado que usar a efectivos militares para labores policiales es un factor de riesgo para la población civil. De cualquier manera, los visitadores de la Comisión Nacional son bienvenidos en la certeza que en el territorio de Colima no se están violando los derechos humanos de nadie, dijo el mandatario: “Como siempre,nosotros estaremos bien dispuestos a transparentar nuestras acciones”. El debate sobre los riesgos de violaciones a los derechos humanos cuando se usa al Ejército en misiones de paz, cobró fuerza en el contexto de las declaraciones de una alta funcionaria de Amnistía Internacional quien dijo que, en esta materia, México tiene una política esquizofrénica. Por un lado, nuestro gobierno es uno de los más entusiastas promotores de los DH en el concierto de las naciones. Y, por otro, en determinadas regiones del país sigue prevaleciendo la tortura y los abusos de poder que lesionan no sólo las garantías individuales consagradas en la Constitución sino la Declaración Universal de los Derechos del Hombre. Aunque en Jalisco se han dado experiencias muy graves de violaciones a los derechos humanos, Silverio Cavazos no quiso hablar mal del estado vecino, y menos cuando se presentaba el programa de actividades de la décima cuarta edición del Encuentro Internacional del Mariachi y la Charrería que, por segunda ocasión consecutiva, tendrá una extensión oficial en Colima. La opinión pública, sin embargo, recuerda la movilización policiaca en contra de los llamados globalifóbicos, muchos de ellos estudiantes mexicanos, que se manifestaban en contra de las potencias mundiales durante la Cumbre de Guadalajara, operativo que dejó decenas de heridos y numerosos desaparecidos, y fue ordenada por el entonces mandatario de Jalisco, hoy secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña. La música de mariachi y las suertes de la charrería son dos formas de una misma cultura regional que hermana a Colima con Jalisco. Más allá del litigio legal, los colimenses y los jaliscienses –dijo el gobernador –tenemos muchos temas de qué hablar: hay una hermandad más allá de la vecindad; proyectos conjuntos como el puerto de Manzanillo que es el principal acceso al mar de las mercancías de Jalisco. Las relaciones comerciales, sociales y familiares de jaliscienses y colimenses datan de siglos y continuarán en el futuro al margen de la resolución que le dé el Senado al conflicto limítrofe, dijo Cavazos. El mariachi es parte de la identidad cultural colimense tanto como la de Jalisco. Silverio Cavazos evocó que, en la conmemoración 484 de la Fundación de la Villa de Colima, en el pueblo de Caxitlán, se presentó un mariachi original: sólo instrumentos de cuerdas, sin trompetas. Para concluir: “Nuestros mariachis modernos, son tan buenos mariachis como excelentes son los de Jalisco”. La edición 2007 del Encuentro Internacional del Mariachi y la Charrería permitirá apreciar de nueva cuenta mariachi extranjeros, como el de Aruba, cuyos integrantes no sabían más español que el de las letras de las canciones, pero que interpretaban muy bien la música mexicana, comentó el mandatario. Y así como muestra su disposición para auspiciar el festival del mariachi, el gobernador de Colima reconoció la disposición de su homólogo de Jalisco para mantener el diálogo y generar las condiciones, al igual que Colima, para que “la fiesta vaya en paz”.
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Ecos de la Costa-Mexico/10/08/2007

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