31/8/07

Provoca preocupación el nuevo presidente turco

Abdulá Gul, de 57 años, fue elegido el martes.
Foto: Osman Orsal /reuters
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Por primera vez en 83 años de historia republicana fue elegido un mandatario musulmán practicante y de raíces islamistas. Esto crea recelos en una sociedad oficialmente laica.
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Hilmi Toros • Istambul
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El Parlamento de Turquía dejó de lado la preocupación de las poderosas Fuerzas Armadas y eligió el martes pasado, por primera vez en 83 años de historia republicana, a un musulmán practicante y de raíces islamistas como presidente de la nación.El ex canciller Abdulá Gul, candidato del Partido Justicia y Desarrollo (AKP), recibió 339 votos entre los 448 diputados que se encontraban en sala, mucho más de los 276 necesarios.Pero su postulación había desatado una tormenta política en abril, cuando las Fuerzas Armadas lanzaron declaraciones críticas a la candidatura y organizaciones secularistas convocaron protestas callejeras.Pero antes de que Hayrunnisa Gul, esposa del jefe de Estado, pueda lucir su velo islámico en la residencia presidencial de Cankaya, como acostumbra a diario, deberá haber cambios en la legislación turca que lo prohíben expresamente.Gul ganó en la tercera ronda de votación, con una mayoría simple en el Parlamento de 550 miembros. No había logrado el voto de los dos tercios de los legisladores requerido para ganar en las anteriores rondas.La consagración de Gul, otrora miembro de partidos islamistas proscriptos que hoy jura estar comprometido con la Constitución laica, representa un retroceso para militares y secularistas para quienes el flamante presidente y su AKP introducirán una agenda integrista en un país miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y aspirante a integrarse en la Unión Europea (UE).Las Fuerzas Armadas manifestaron su oposición a la candidatura el mismo 27 de abril en que se presentó. En su sitio web, a la medianoche, los militares reclamaron “hechos y no sólo palabras” en respaldo de la Constitución secular por parte de los aspirantes a la presidencia.La crisis subsiguiente condujo a la celebración de elecciones legislativas en cuya campaña la candidatura de Gul fue un asunto crucial. La proporción de votos del AKP subió entonces de 34 a 47 por ciento.Los militares, que derrocaron cuatro gobiernos desde 1950, se abstuvieron de cualquier comentario tras el triunfo de Gul. Pero en vísperas de la votación en el Parlamento, las Fuerzas Armadas emitieron otra declaración en que alertaba contra actividades religiosas por parte del gobierno, sin nombrar al entonces futuro presidente ni a su partido.Inclusive más significativo resultó la inasistencia de altos oficiales militares en la ceremonia de investidura de Gul como decimoprimer presidente y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de la República de Turquía.“Los militares no pudieron influir en las elecciones legislativas ni en la votación del presidente, pero vigilará la situación, como siempre lo hace, y podría involucrarse en el debate político si Gul o su partido tienden hacia una agenda islamista”, dijo a IPS Olcai Celik, vecino de Estambul.La Constitución de Turquía encomienda a las Fuerzas Armadas la defensa nacional de amenazas externas e internas, pero eso podría cambiar: el AKP, que ahora controla el Parlamento, el gobierno y la presidencia, tiene planes de establecer una nueva “Constitución civil”.Gul, economista de 57 años vinculado con un banco islámico de Arabia Saudí, es un dirigente de hablar suave y moderado, cuyo temperamento contrasta con el extravertido y discutidor primer ministro Recep Tayyip Erdogan, líder del AKP. Erdogan y Gul proceden del proscrito Partido Islamista, y lideraron una sorprendente victoria del AKP en su primera prueba electoral en 2002.Su plataforma central es el crecimiento económico. La economía se expande a un ritmo de 7 por ciento al año, y la inflación, bajo el gobierno de Erdogan, bajó desde más de 50 por ciento a un solo dígito.Fluido en inglés y árabe, Gul ha sido elegido diputado desde 1991, primero con partidos islamistas hoy desaparecidos y luego con el AKP de Erdogan, al que se afilió en 2001. El ex canciller califica su partido de “conservador”, y rechaza la etiqueta de “demócrata musulmán”.Gul se casó con Hayrunnisa cuando ella tenía quince años y él 30. El velo islámico que usa su esposa es motivo de controversia, pues vestir esta prenda está prohibido en edificios públicos y universidades. Las mujeres que lo usan suelen quedar fuera de ceremonias en el palacio presidencial. Ahora, ella será la anfitriona, pero está por verse si representantes de las Fuerzas Armadas o el partido opositor CHP asistirán a recepciones oficiales en las que ella luzca el velo.Medios de prensa turcos indicaron que Hayrunnisa Gul podría descubrirse el cabello en algunas recepciones o lucir un velo parcial. Sus hijas eluden las reglas contra el velo en la universidad usando peluca sobre esa prenda. La esposa del flamante presidente demandó al Estado turco ante un tribunal europeo de derechos humanos cuando Abdulá Gul accedió a encabezar el Ministerio de Relaciones Exteriores, para exigir el respeto a su opción religiosa.Luego de pronunciar su juramento, Gul afirmó en su discurso de investidura que su elección “fortaleció la democracia” en Turquía, y se comprometió a ser “neutral”, al tiempo que caracterizó al país como “Estado democrático y secular basado sobre el estado de derecho”.Como presidente, Gul tendrá funciones ceremoniales. Sus poderes son escasos en comparación con los del primer ministro. Pero seguirá a cargo de encomendar la formación del gobierno a un primer ministro, aprobar o vetar decisiones del Parlamento y proveer cargos ejecutivos clave, entre ellos los rectores universitarios.Gul, se estrenó ayer en su cargo con una recepción fría del Ejército y el nombramiento de un nuevo gobierno. El nuevo presidente turco experimentó la primera muestra de desconfianza durante una entrega de diplomas en un hospital militar de Ankara. Durante la ceremonia, los generales estrecharon la mano de Gul, pero el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, el general Buyukanit, se abstuvo como otros oficiales superiores de saludar militarmente como es de rigor, cuando subieron al estrado en el que debían entregar los diplomas a los estudiantes, destacó la cadena televisiva NTV.
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Milenio - México/31/08/2007

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