4/9/07

Angola: la relevancia del país africano en la OPEP

En los últimos días Abdullah al-Badri, Secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), ha realizado una visita a Angola, su miembro más joven. El objeto del encuentro con el gobierno de Luanda han sido el nivel de los precios del crudo y la integración del País en el sistema de cuotas de producción. Las conversaciones se han desarrollado en un clima de cordialidad, y han concluido con el anuncio de que las exportaciones angoleñas se verán, por el momento, excluidas de limitaciones.
La libertad otorgada a Luanda, segundo productor africano después de Nigeria, puede considerarse como una señal del gran peso que el país está conquistando en el campo de la geopolítica energética. Por un lado, la industria extractora angoleña, continúa creciendo: según el Gobierno, la capacidad de producción nacional llegará a los dos millones de barriles diarios antes de que finalice el 2007, mientras que las inversiones en el sector tienen como objetivo producir tres millones de barriles diarios a finales de 2010. Teniendo en cuenta este plan de crecimiento, basado en la explotación de nuevos yacimientos y en la necesidad de liquidez para financiar su reconstrucción, parece difícil que Luanda acepte fácilmente la imposición de las cuotas de mercado.
La misma OPEP -debilitada por la pérdida de valor del dólar, el creciente consumo de los países miembros, y el desarrollo de los acontecimientos en Irak- ha adoptado un comportamiento permisivo con Angola, teniendo en cuenta que, en principio, tras su adhesión en diciembre del 2006 (véase Angola: el décimo segundo miembro en la OPEC), se había hablado de definir la producción del país africano con base en las estadísticas de febrero de 2007. Sin embargo, esta posición no será definida antes del 2008.
Analizando las interpretaciones coyunturales del mercado del crudo, según el cartel de la OPEP no sería necesario potenciar la oferta de petróleo para satisfacer la demanda global. No son de la misma opinión ni la Agencia Energética Internacional (IEA) ni la agencia gubernamental estadounidense Energy Information Adminstration (EIA), que demandan a voz en grito un aumento en la producción de la OPEP para evitar nuevas subidas en el precio del crudo. Si a esto se añade que entre el 70 y el 80% de la exportaciones petrolíferas angoleñas acaba en China y Estados Unidos -ambos países dependen cada vez más de ésta fuente- el cuadro sugiere que la OPEP, negando oficialmente el crecimiento de las necesidades globales, intentaría mantener las condiciones para un precio del petróleo elevado, usando el mercado angoleño como “válvula de seguridad” para satisfacer la demanda de sus principales socios e inversores. De éste modo, se salvaguardaría la estabilidad de los flujos petrolíferos de China y Estados Unidos, al mismo tiempo que los intereses del nuevo “as en la manga”: Angola. Y en el centro de todo, el secretario de OPEP, que envía así un aviso sobre su recién recuperado rol geopolítico.
Massimiliano Zanghì
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Colombia: las implicaciones de la visita oficial de Hugo Chávez y el diálogo con las FARC
La implicación del presidente venezolano en la cuestión de los rehenes tomados por la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), se está revelando como la prueba de la normalización de las relaciones bilaterales entre los dos países, abriendo interesantes escenarios en la región. Durante la visita, celebrada el pasado 31 de agosto, se celebraron encuentros con el Jefe de Estado Álvaro Uribe así como con importantes personalidades políticas colombiaas implicadas en el difícil proceso de paz.
Pocas horas antes de abandonar Caracas, Chávez mantuvo conversaciones telefónicas con el secretario de las FARC a fin de asegurar la disposición de la guerrilla a involucrarse en un acuerdo humanitario, que finalizaría con la liberación de, al menos, 45 rehenes. Entre ellos, Ingrid Betancourt, dirigente político colombiana de origen francés, prisionera desde el 2002. Desde el inicio del manato de Nicolas Sarkozy, su caso se ha convertido en una prioridad para la política exterior francesa, de ahí el apoyo oficial del Elíseo a la visita de Chávez a Colombia. La espera previa a la conferencia de prensa se vio recompensada con el anuncio de un nuevo encuentro en Caracas entre el presidente venezolano y representantes de las FARC, con el objetivo de encaminar el intercambio humanitario entre rehenes y guerrilleros detenidos en las cárceles colombianas. Los avances en ésta dirección representan la respuesta colombiana a la nueva línea del congreso estadounidense, que vincula el apoyo al Plan Colombia a una aproximación más humanitaria a la resolución del conflicto y a la lucha contra el narcotráfico. Los diálogos mantenidos entre los gobiernos incluyen el retorno de Venezuela al área de libre comercio de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), así como la colaboración en materia energética. Desde este punto de vista, destaca la inauguración del Gasoducto Transguajiro, que desde el próximo 12 de octubre transportará gas colombiano a las regiones occidentales de Venezuela; así como el acuerdo para el suministro de combustible venezolano a los departamentos colombianos de Santander y Arauca.
La implicación de Chávez en el intrincado conflicto de los rehenes, testimonia un importante giro en las relaciones con Colombia; lo que explicaría por qué el Gobierno de Uribe permite márgenes de intervención en un ámbito tan delicado. Independientemente de los resultados, Chávez se presentará como líder pacifista, marcando diferencias con las FARC y desviando la atención del proceso de concentración de poder en su país. Por su parte, Uribe demostrará a los financiadores del Plan Colombia -Estados Unidos y, en segundo lugar, la Unión Europea- que desea una solución pacífica del conflicto, cuya consecución es esencial para acceder a los fondos.
Roberto Stefanini
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Corea del Norte: las perspectivas del desmantelamiento nuclear
Pyongyang ha anunciado su intención de interrumpir el programa nuclear actual y desmantelar las centrales activas. La decisión ha sido adoptada tras una larga serie de conversaciones con Estados Unidos. El acuerdo prevé que Corea del Norte rinda cuentas sobre las cifras de su proyecto nuclear y trabaje para eliminar la tecnología nuclear antes del final de 2007. El responsable del proyecto nuclear coreano Kim Kye-gwan, ha declarado que, a cambio, el país recibirá beneficios políticos y económicos. En la mesa de negociaciones, además de Estados Unidos y Corea del Norte, se encontraban China, Rusia y Japón, gracias a cuya mediación la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA) obtuvo, en los últimos meses, la autorización para realizar inspecciones en las instalaciones nucleares coreanas. La noticia del desmantelamiento había sido ya anunciada, de manera oficiosa, por el director general de la AIEA, el finlandés Olli Heinoen.
Según fuentes de inteligencia, en lo que respecta al aspecto económico del acuerdo, Pyongyang recibiría cerca de un millón de toneladas de crudo; mientras que en el plano político podrían mejorar las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos. Las actuales relaciones se basan todavía en el armisticio de 1953, tras la guerra de Corea. Previsiblemente, este acuerdo de suspensión de hostilidades podría convertirse en breve en un tratado de paz.
La comunidad internacional espera ahora poder alcanzar éste tipo de acuerdos también en Irán, centro de atención por su desarrollo de un plan nuclear autónomo. Actualmente, un escenario similar no parece posible; por el momento la tensión es todavía muy alta y Teherán no muestra intenciones de renunciar a su política disuasoria (no obstante, oficialmente desarrolla esta tecnología exclusivamente para fines civiles). El propio presidente Ahmadinejad ha declarado recientemente sus intenciones de continuar el desarrollo nuclear, confirmando haber alcanzado el número de 3000 turbinas activas para el enriquecimiento de uranio.
Desk Asia
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Unión Europea: la política exterior común en discusión
Los ministros de exteriores de los países miembros de la Unión Europea se reunirán en Viana do Castelo, Portugal, el próximo 7 de septiembre. Lisboa detenta actualmente la presidencia de turno de la Unión y, durante su semestre, algunas cuestiones de política exterior posiblemente adquieran una visión particular. En primer lugar, Europa debe articular una propuesta convincente para el problema de Kosovo. La rígida posición de Moscú viene a reforzar la postura de los nacionalistas serbios, contrarios a cualquier hipótesis de independencia por parte de Pristina. Lo que, a su vez, refuerza la posición intransigente de los nacionalistas albaneses. Europa, que necesita buenas relaciones con Moscú desde el punto de vista energético, comercial y estratégico; debe, sin embargo, ser capaz de limitar el entorno de influencia ruso. Tarea nada fácil, como ratifica el ex-ministro de exteriores alemán Joschka Fischer, que tras mantener una posición filo-rusa, actualmente milita como fuerte detractor de la política del Kremlin.En suma, es muy improbable que la Unión Europea consiga en breve adoptar una política exterior unitaria respecto a Moscú, dado que, en los últimos años, los capitales europeos se han movido en sentido autónomo respecto a las relaciones con Rusia. Algo válido también para algunos de los miembros de la llamada “Nueva Europa”, como es el caso de Hungría. La política y la economía tendrán, por consiguiente, que tener en cuenta la capacidad rusa para establecer relaciones bilaterales con los países de la Unión Europea. Otros desafíos que la presidencia portuguesa tendrá que afrontar serán las ya clásicas relaciones con Ankara –donde se ha consolidado el domino del AKP, partido islámico filo-europeo, al que Occidente mira con reservas-; así como las relaciones con Ucrania. En Kiev se votará a finales de mes y una victoria del candidato filo-ruso Viktor Yanukovych pondría en serías dificultades las posiciones filo-atlánticas de la nueva élite occidental, liderada por Viktor Yushenko y apoyada por los Estados Unidos y la Unión Europea.La situación política en Polonia, donde ha surgido un fuerte populismo de tinte nacionalista y anti-alemán, tampoco resulta alentadora para la unidad política europea. En cualquier caso, es previsible que los gobiernos europeos apoyen con fuerza la oposición a la siempre incierta administración Kaczynski. Por el momento, las dificultades sufridas no pueden ocultar el hecho de que Alemania se ha consolidado como motor económico europeo mientras que Francia, bajo la presidencia de Sarkozy, parece haber recuperado con rapidez un rol protagonista en las relaciones internacionales. Si la política portuguesa pretende relanzar a Europa como actor internacional de peso, deberá comprometerse en reducir la divergencias entre París y Berlín, además de tratar reactivar el “núcleo cristalizador” de la Europa política. Esto parece ahora más posible que en años anteriores, gracias en parte a la renovada distensión de las relaciones entre éstas dos capitales y el mundo anglo-americano.
Desk Europa
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Irán: las implicaciones del desarrollo económico
El 26 de agosto, el gobernador del Banco Central, Ebrahim Sheibani, presentó su dimisión como consecuencia de sus controversias con el Presidente Ahmadinejad. Se trata del tercer “reajuste” en puestos de relevancia económica para el país en el transcurso de dos semanas. El 10 de agosto, Alireza Tahmasebi, Ministro de Industria, presentó su dimisión; tan sólo dos días antes de que lo hiciera el Ministro del Petróleo Kazem Vaziri Hamaneh.
La posición de gobernador de la Banca Central se había vuelto “incomoda” en los ámbitos filo-presidenciales, después de que éste lanzara duras críticas contra Ahmadinejad por su decisión de rebajar los tipos de interés de los bancos estatales y privados, del 14% y del 17% respectivamente, al 12%. La intervención directa del presidente se hizo efectiva sin consultar al gobernador de la Banca ni al Ministro de Economía. Según numerosos análisis, se trataría de una decisión poco acertada dada la presión inflacionista a la que Irán se enfrenta (18%); según las voces críticas, se trataría mayormente de una decisión destinada exclusivamente a apoyar la política populista de Ahmadinejad.
Por el momento el cargo de Primer Ministro lo ocupará el presidente de la Sociedad petrolífera nacional (NIOC) Gholamossein Nozari de manera provisional; se cree que Ahmadinejad no tiene la intención de rodearse de hombres cercanos a la Guardia de la Revolución, sino más bien perseguiría la conquista de los cargos clave en materia económica, habiendo iniciado dos años atrás con la elección del Presidente. El ex Ministro Hamaneh (cercano al ex Presidente reformista Rafsanjani) fue criticado por haber firmado un contrato poco rentable con Pakistán y la India. Sin embargo es posible que Ahmadinejad tenga la intención de hacerse con el control de las enormes ingresos procedentes del petróleo (más de 50 mil millones de dólares anuales).
La economía iraní es una economía de transición, con dificultades para despegar debido a la cuestión nuclear, aún sin solución. En los últimos meses, el Gobierno ha iniciado una campaña de privatización de las principales empresas del sector minero del país, pero las sanciones económicas impuestas por la comunidad internacional y la frágil estabilidad de la región, se traducen en inversores extranjeros reacios a actuar en Irán.
Stefano Torelli
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Equilibri.net - Italy/04/09/2007

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