El lunes, una vez publicado en el diario oficial Rossiyskaya Gaceta el decreto de Putin sobre la convocatoria de comicios parlamentarios para el 2 de diciembre, se inicia oficialmente la primera de las dos campañas electorales a escala federal. Ya se conoce la respuesta a la pregunta clave: el partido oficialista Rusia Unida va a lograr una victoria holgada en las urnas y tiene asegurada más de la mitad de los escaños en la nueva Cámara baja. Sin embargo, los politólogos procuran avizorar alguna intriga en estas elecciones parlamentarias.
Nikolái Petrov, del Centro Carnegie de Moscú, piensa que en realidad "hay dos intrigas: la primera es que el Kremlin ha decidido cambiar su modelo de actuación y apostar por las corporaciones públicas, no por la maquinaria política". "Ya no le hacen falta los gobernadores cuyos recursos administrativos habrían podido garantizar el resultado necesario. La apuesta es por los monopolios públicos, capaces de delegar a centenares de representantes suyos hacia el poder. La segunda intriga tiene que ver con el porcentaje que obtenga Rusia Justa, pues va a demostrar hasta qué punto nos hemos acercado al modelo kazajo" (Nota: Rusia Justa es un nuevo partido del centroizquierda que pretende servir de contrapeso a Rusia Unida. Las recientes elecciones legislativas en Kazajstán terminaron con la victoria aplastante del partido oficialista Nur Otan).
Gleb Pavlovski, quien encabeza la Fundación de Política Eficiente, admite que "el protagonismo de Rusia Unida podría tanto reforzarse como debilitarse, en función de los escaños que obtenga". "El guión de las elecciones en Rusia se asemeja en cierto grado al de Ucrania. En este país también es evidente que el Partido de las Regiones va a ganar pero, si no consigue la mayoría absoluta, su victoria equivaldrá a una derrota".
El politólogo Mark Urnov recuerda que en la futura Duma, según las encuestas del Centro Levada, "estarán representados únicamente los partidos oficialistas". "Incluso Zhirinovsky podría quedarse por debajo del umbral del 7%. En una situación como ésta, el régimen podría pasar a un sistema bipartidista, para no perder el tiempo con pequeñeces".
Dmitri Oreshkin, presidente del Grupo Mercator, señala que "todo es predecible". "La única intriga es hasta qué punto serán limpios estos comicios. Siempre se produce algún fraude y la cuestión es que no supere los límites admisibles. Pienso que Rusia Unida va a lograr un 40%. El 50% sería demasiado".
Otro experto, Dmitri Orlov, opina que los grupos opositores como La Otra Rusia o la Unión de Fuerzas de Derechas "intentarán cuestionar el desenlace de las elecciones en general". "Con todo, la intriga principal será la lucha por el segundo lugar entre el KPRF (Partido Comunista) y el SR (Rusia Justa). En la actualidad, los comunistas tienen mejores oportunidades, así que van a conseguir, probablemente, un 15-17%, mientras que el SR se quedará con un 12-14%".
Nikolái Petrov, del Centro Carnegie de Moscú, piensa que en realidad "hay dos intrigas: la primera es que el Kremlin ha decidido cambiar su modelo de actuación y apostar por las corporaciones públicas, no por la maquinaria política". "Ya no le hacen falta los gobernadores cuyos recursos administrativos habrían podido garantizar el resultado necesario. La apuesta es por los monopolios públicos, capaces de delegar a centenares de representantes suyos hacia el poder. La segunda intriga tiene que ver con el porcentaje que obtenga Rusia Justa, pues va a demostrar hasta qué punto nos hemos acercado al modelo kazajo" (Nota: Rusia Justa es un nuevo partido del centroizquierda que pretende servir de contrapeso a Rusia Unida. Las recientes elecciones legislativas en Kazajstán terminaron con la victoria aplastante del partido oficialista Nur Otan).
Gleb Pavlovski, quien encabeza la Fundación de Política Eficiente, admite que "el protagonismo de Rusia Unida podría tanto reforzarse como debilitarse, en función de los escaños que obtenga". "El guión de las elecciones en Rusia se asemeja en cierto grado al de Ucrania. En este país también es evidente que el Partido de las Regiones va a ganar pero, si no consigue la mayoría absoluta, su victoria equivaldrá a una derrota".
El politólogo Mark Urnov recuerda que en la futura Duma, según las encuestas del Centro Levada, "estarán representados únicamente los partidos oficialistas". "Incluso Zhirinovsky podría quedarse por debajo del umbral del 7%. En una situación como ésta, el régimen podría pasar a un sistema bipartidista, para no perder el tiempo con pequeñeces".
Dmitri Oreshkin, presidente del Grupo Mercator, señala que "todo es predecible". "La única intriga es hasta qué punto serán limpios estos comicios. Siempre se produce algún fraude y la cuestión es que no supere los límites admisibles. Pienso que Rusia Unida va a lograr un 40%. El 50% sería demasiado".
Otro experto, Dmitri Orlov, opina que los grupos opositores como La Otra Rusia o la Unión de Fuerzas de Derechas "intentarán cuestionar el desenlace de las elecciones en general". "Con todo, la intriga principal será la lucha por el segundo lugar entre el KPRF (Partido Comunista) y el SR (Rusia Justa). En la actualidad, los comunistas tienen mejores oportunidades, así que van a conseguir, probablemente, un 15-17%, mientras que el SR se quedará con un 12-14%".
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RIA Novosti - Russia/04/09/2007
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