Recientemente se han producido numerosos cambios: las elecciones complementarias de Quebec marcaron la derrota del Partido liberal y del Bloque, reforzando el poder del Primer Ministro canadiense Harper que, en los últimos meses, parece confirmar su voluntad de llevar a cabo una política más eficaz e innovadora con respecto a la posición política tradicional “neutral y mediadora” que el país ha mantenido siempre en el ámbito internacional.
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Giulia Bigliardi
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Las últimas elecciones en Quebec
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El pasado 17 de septiembre se celebraron, en Quebec, las elecciones para las circunscripciones federales de Outremont, Sint-Hyacinthe-Bagot y Roberval-Lac-Saint-Jean. El resultado de las elecciones marcó un cambio con respecto al pasado, ya que se produjo la derrota de los dos partidos de la oposición: el Partido Liberal y el Bloque de Quebec (o Bloque Quebecois). En la circunscripción de Outremont, el candidato del Nuevo Partido Democrático (NPD), Thomas Mulclair, ganóal liberal Joce Coulon, con un porcentaje del 48,4%; un resultado muy relevante teniendo en cuenta que esta circunscripción ha sido, desde 1935, el baluarte del Partido Liberal.
Otra prueba del cambio se obtuvo en la circunscripción de Roberval-Lac-Saint-Jean: la arrolladora victoria del conservador Denis Lebel, que obtuvo el 59,4% de los votos, confirmó nuevamente un “vuelco total” de la situación: de hecho, la circunscripción estaba desde 1993 en manos del representante del Bloque, Jean-Pierre Blackburn.Un modesto resultado, en cuanto al mantenimiento del status quo, se registró en la circunscripción de Sait-Hyacinthe-Bagot con la renovada victoria del Bloque Quebecois, que obtuvo un 42% con respecto al 37,5% obtenido por el conservador Bernard Barré.
Parece que los resultados de las elecciones apoyan al Partido Conservador y al gobierno actual del Primer Ministro canadiense Harper, con respecto a los dos principales partidos de la oposición en la Cámara de los Comunes: el Partido Liberal y el Bloque Quebecois. Para confirmarlo, el actual Ministro de Transportes, Lawrence Cannon, declaró a la prensa “... es una jornada histórica para nosotros”, y añadió “hemos obtenido una gran victoria en Roberval-Lac-Saint-Jean, baluarte del Bloque Quebecois. Además, hemos arrancado votos al Bloque en la circunscripción de Saint-Hyacinthe-Bagot. Está claro que los electores comparten la política del Partido Conservador. El federalismo de apertura así como nuestro interés en los temas familiares han sido reconocidos”. Según Cannon, los ciudadanos de Quebec están cuestionando el liderazgo del Bloque. Finalmente, con respecto al Partido Liberal, el mismo ministro ha declarado que “el gran perdedor de estas elecciones es el Partido Liberal de Canadá. Han sido incapaces de conservar Outremont”.
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Giulia Bigliardi
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Las últimas elecciones en Quebec
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El pasado 17 de septiembre se celebraron, en Quebec, las elecciones para las circunscripciones federales de Outremont, Sint-Hyacinthe-Bagot y Roberval-Lac-Saint-Jean. El resultado de las elecciones marcó un cambio con respecto al pasado, ya que se produjo la derrota de los dos partidos de la oposición: el Partido Liberal y el Bloque de Quebec (o Bloque Quebecois). En la circunscripción de Outremont, el candidato del Nuevo Partido Democrático (NPD), Thomas Mulclair, ganóal liberal Joce Coulon, con un porcentaje del 48,4%; un resultado muy relevante teniendo en cuenta que esta circunscripción ha sido, desde 1935, el baluarte del Partido Liberal.
Otra prueba del cambio se obtuvo en la circunscripción de Roberval-Lac-Saint-Jean: la arrolladora victoria del conservador Denis Lebel, que obtuvo el 59,4% de los votos, confirmó nuevamente un “vuelco total” de la situación: de hecho, la circunscripción estaba desde 1993 en manos del representante del Bloque, Jean-Pierre Blackburn.Un modesto resultado, en cuanto al mantenimiento del status quo, se registró en la circunscripción de Sait-Hyacinthe-Bagot con la renovada victoria del Bloque Quebecois, que obtuvo un 42% con respecto al 37,5% obtenido por el conservador Bernard Barré.
Parece que los resultados de las elecciones apoyan al Partido Conservador y al gobierno actual del Primer Ministro canadiense Harper, con respecto a los dos principales partidos de la oposición en la Cámara de los Comunes: el Partido Liberal y el Bloque Quebecois. Para confirmarlo, el actual Ministro de Transportes, Lawrence Cannon, declaró a la prensa “... es una jornada histórica para nosotros”, y añadió “hemos obtenido una gran victoria en Roberval-Lac-Saint-Jean, baluarte del Bloque Quebecois. Además, hemos arrancado votos al Bloque en la circunscripción de Saint-Hyacinthe-Bagot. Está claro que los electores comparten la política del Partido Conservador. El federalismo de apertura así como nuestro interés en los temas familiares han sido reconocidos”. Según Cannon, los ciudadanos de Quebec están cuestionando el liderazgo del Bloque. Finalmente, con respecto al Partido Liberal, el mismo ministro ha declarado que “el gran perdedor de estas elecciones es el Partido Liberal de Canadá. Han sido incapaces de conservar Outremont”.
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La política ambiental: el cambio total de la política tradicional y la encendida crítica de la oposición
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El pasado abril, el Primer Ministro Harper declaró querer distanciarse de la voluntad política de seguir manteniendo los acuerdos internacionales previstos por el Protocolo de Kioto en materia medioambiental, suscitando un feroz debate político.Según el dictamen del acuerdo internacional, los países deben reducir las emisiones de gas que provocan el efecto invernadero un 6% en 2012 con respecto a los niveles registrados en 2006.Sin embargo, para asegurar la salvaguarda del ambiente, el primer Ministro presentó, el pasado 26 de abril, un “Plan de acción para reducir el efecto invernadero y la contaminación atmosférica”, que contiene cuatro puntos principales:
La política ambiental: el cambio total de la política tradicional y la encendida crítica de la oposición
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El pasado abril, el Primer Ministro Harper declaró querer distanciarse de la voluntad política de seguir manteniendo los acuerdos internacionales previstos por el Protocolo de Kioto en materia medioambiental, suscitando un feroz debate político.Según el dictamen del acuerdo internacional, los países deben reducir las emisiones de gas que provocan el efecto invernadero un 6% en 2012 con respecto a los niveles registrados en 2006.Sin embargo, para asegurar la salvaguarda del ambiente, el primer Ministro presentó, el pasado 26 de abril, un “Plan de acción para reducir el efecto invernadero y la contaminación atmosférica”, que contiene cuatro puntos principales:
Las industrias deberán reducir las emisiones de gas a la atmósfera en 150 millones de toneladas en 2020;
reducir a la mitad la contaminación atmosférica de las fábricas en 2015;
regular las emisiones de carburantes de los automóviles y de los camiones, ponieno en marcha la producciòn de vehiculos con de bajas emisiones en 2011;
reforzar los estándares de eficacia energética.
Un segundo “Plan de acción” fue elaborado el pasado agosto; en éste se prevé la obligación de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del 20% para 2020, con respecto a los niveles registrados en 2006.Según el gobierno, la puesta en práctica de los objetivos marcados en el protocolo de Kioto podríaprovocar una crisis en la economía interna del país. Para refutar estas previsiones, el Primer Ministro Harper afirmó, dentro del mismo “plan de acción” que “el nivel de reducción esperado no puede ser logrado sin que la economía canadiense asuma elevados costes”, añadiendo que “por nuestra geografía, por la estructura de nuestra economía y una población creciente, nadie puede imaginar que sea posible alcanzar tales resultados de la noche a la mañana, ni de hoy a pocos años”.
Tras la presentación del nuevo “Plan de acción”, se produjeron numerosas críticas y tomas de posiciones, provenientes sobre todo de los partidos de la oposición. La actitud del gobierno es inadmisible para el autor de la ley de actuación del Protocolo de Kioto (C-288), Pablo Rodríguez, , que ha declarado que el texto propuesto por los conservadores sirve para “justificar su inactividad con respecto al cambio climático” y llega a sostener que el Plan conservador viola la ley C-288. De manera similar, el Jefe del Bloque Quebecois, Gilles Duceppe, ha afirmado que el Primer Ministro Harper parece actuar de forma irresponsable, sosteniendo que “la no aplicación del Protocolo de Kioto se revelará más desastrosa para la economía canadiense que su no puesta en práctica”.
Al debate político, se ha sostituido la acción de la oposición: el diputado del Bloque Quebecois, Bernard Bigras, pidió a los servicios de información y de investigación de la Bibliothèque Nationale du Canada, un análisis jurídico sobre las obligaciones y los recursos posibles en contra del gobierno de Harper, en virtud de la citada ley de actuación C-288. Este documento, llamado “Posibilidades y naturaleza de los recursos en caso de no respetar la Ley de actuación del Protocolo de Kioto”, impone algunas obligaciones al gobierno actual: 1) Llevar a cabo un plan de acción sobre el cambio climático; 2) Preparar un informe sobre los niveles de emisión de los gases de efecto invernadero (GES); 3) Vigilar la puesta en marcha de los objetivos marcados por el protocolo. El plan comprende una descripción precisa de las medidas que debe adoptar Canadá para alcanzar los objetivos de Kioto y definir las metas a conseguir entre 2008 y 2012, repartiendo de manera equitativa los esfuerzos destinados a la reducción de los GES entre los diferentes sectores económicos. Este análisis prevé que, en el caso de que el gobierno de Harper no consiga los objetivos marcados por el Protocolo de Kioto, la Corte Federal declarara inválido el Plan de actuación anteriormente depositado por el gobierno.
reducir a la mitad la contaminación atmosférica de las fábricas en 2015;
regular las emisiones de carburantes de los automóviles y de los camiones, ponieno en marcha la producciòn de vehiculos con de bajas emisiones en 2011;
reforzar los estándares de eficacia energética.
Un segundo “Plan de acción” fue elaborado el pasado agosto; en éste se prevé la obligación de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del 20% para 2020, con respecto a los niveles registrados en 2006.Según el gobierno, la puesta en práctica de los objetivos marcados en el protocolo de Kioto podríaprovocar una crisis en la economía interna del país. Para refutar estas previsiones, el Primer Ministro Harper afirmó, dentro del mismo “plan de acción” que “el nivel de reducción esperado no puede ser logrado sin que la economía canadiense asuma elevados costes”, añadiendo que “por nuestra geografía, por la estructura de nuestra economía y una población creciente, nadie puede imaginar que sea posible alcanzar tales resultados de la noche a la mañana, ni de hoy a pocos años”.
Tras la presentación del nuevo “Plan de acción”, se produjeron numerosas críticas y tomas de posiciones, provenientes sobre todo de los partidos de la oposición. La actitud del gobierno es inadmisible para el autor de la ley de actuación del Protocolo de Kioto (C-288), Pablo Rodríguez, , que ha declarado que el texto propuesto por los conservadores sirve para “justificar su inactividad con respecto al cambio climático” y llega a sostener que el Plan conservador viola la ley C-288. De manera similar, el Jefe del Bloque Quebecois, Gilles Duceppe, ha afirmado que el Primer Ministro Harper parece actuar de forma irresponsable, sosteniendo que “la no aplicación del Protocolo de Kioto se revelará más desastrosa para la economía canadiense que su no puesta en práctica”.
Al debate político, se ha sostituido la acción de la oposición: el diputado del Bloque Quebecois, Bernard Bigras, pidió a los servicios de información y de investigación de la Bibliothèque Nationale du Canada, un análisis jurídico sobre las obligaciones y los recursos posibles en contra del gobierno de Harper, en virtud de la citada ley de actuación C-288. Este documento, llamado “Posibilidades y naturaleza de los recursos en caso de no respetar la Ley de actuación del Protocolo de Kioto”, impone algunas obligaciones al gobierno actual: 1) Llevar a cabo un plan de acción sobre el cambio climático; 2) Preparar un informe sobre los niveles de emisión de los gases de efecto invernadero (GES); 3) Vigilar la puesta en marcha de los objetivos marcados por el protocolo. El plan comprende una descripción precisa de las medidas que debe adoptar Canadá para alcanzar los objetivos de Kioto y definir las metas a conseguir entre 2008 y 2012, repartiendo de manera equitativa los esfuerzos destinados a la reducción de los GES entre los diferentes sectores económicos. Este análisis prevé que, en el caso de que el gobierno de Harper no consiga los objetivos marcados por el Protocolo de Kioto, la Corte Federal declarara inválido el Plan de actuación anteriormente depositado por el gobierno.
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El intervencionismo en Afganistán: ¿cuáles son los resultados?
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En un informe elaborado por la Agencia canadiense para el desarrollo internacional, concerniente a los resultados de los trabajos desarrollados en la provincia afgana de Kandahar, se analizaron las modalidades y los ámbitos de intervención de Canadá en Afganistán, en particular, en cuanto a las infraestructuras, ayuda humanitaria, desarrollo económico y sanitario. En el sector de las infraestructuras, el estudio estima que la intervención canadiense permitió una serie de mejoras, entre ellas:
aprovisionamiento de agua e higiene pública, con la creación, por un lado, de más de 1.200 pozos y más de 120 pompas manuales, y aparte, más de 20 reservas de agua;
en cuanto al riego, los resultados hablan de más de 70 canales de irrigación, más de 40 Nawars (reservas de agua para riego) y más de 40 Karezes (sistemas de irrigación horizontales excavados a mano);
en cuanto a los transportes, el documento estima que se han restablecido más de 190 kilómetros de carreteras rurales;
además de la construcción de un puente y las labores de construcción de otros cuatro.
En cuanto a la ayuda humanitaria, Canadá registra, a partir de diciembre de 2006, una serie de éxitos, entre ellos la distribución de más de 6.500 toneladas de alimentos que han beneficiado a 200.000 afganos.En cuanto a la educación, Canadá, a través de la Agencia canadiense para el desarrollo internacional, intervino en la región de Kandahar, impartiendo algunos cursos de alfabetización para adultos y mejorando el acceso a la educación básica para los niños y los adultos, obteniendo, a partir de diciembre de 2006, algunos resultados, como la participación de más de 5.600 personas en los cursos (de los cuales, 5.100 son mujeres) y la distribución de libros y material escolar para 5.000 estudiantes.
En cuanto al desarrollo económico, los datos revelan que fueron desminados más de 420.000 metros cuadrados de terreno; además, se ha llevado a cabo un programa de sensibilización sobre el riesgo de las minas, dirigido a la población afgana. Finalmente, en el sector sanitario, se han registrado importantes resultados, entre ellos la creación de un programa de vacunaciones contra algunas enfermedades que asolan a la población infantil (tétanos y sarampión), la formación de obstetras profesionales, la dotación a miles de familias de utensilios de cocina.
La situación económica: los principales objetivos del gobierno Harper para un futuro próximo
El gobierno ha llevado a cabo una serie de reformas en el ámbito económico y financiero.En primer lugar, parece que la primera prioridad ha sido la de restablecer el equilibrio fiscal, mediante la dotación de 39 mil millones de dólares durante los próximos siete años. Esta cifra permitirá a las provincias, según el actual gobierno, mejorar el suministro de servicios y de las infraestructuras a los canadienses.En segundo lugar, se prevé para el futuro próximo una nueva rebaja fiscal en beneficio de las familias trabajadoras, a través del “Plan fiscal para las familias trabajadoras”, que prevé una subvención de 2.000 dólares por hijo.En tercer lugar, se anunció la voluntad política de reducir aún más la deuda pública, previendo, para 2007, una reducción de 9,2 mil millones de dólares.Finalmente, se ha declarado la voluntad de apoyar a los agricultores, destinándose mil millones de dólares, de los que 400 serán destinados a afrontar los elevados costes de producción y los otros 600 serán destinados a la creación de cuentas de ahorros de tipo contributivo para los productores.
Según las estadísticas, la situación económica del país es positiva. El Banco de Canadá publicó recientemente el “Informe sobre la política monetaria”, que ha examinado las actuales tendencias económicas y financieras, previendo, en particular, que la economía del país mejorará a un ritmo más elevado en 2007 (o sea, del 2,5%), con respecto al año pasado. La inflación continúa siendo el obstáculo más relevante, ya que continúa creciendo: en el mes de julio, la Banca de Canadá tuvo que aumentar la tasa de inflación un 0,25% dejándolo en un 4,50%.
El intervencionismo en Afganistán: ¿cuáles son los resultados?
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En un informe elaborado por la Agencia canadiense para el desarrollo internacional, concerniente a los resultados de los trabajos desarrollados en la provincia afgana de Kandahar, se analizaron las modalidades y los ámbitos de intervención de Canadá en Afganistán, en particular, en cuanto a las infraestructuras, ayuda humanitaria, desarrollo económico y sanitario. En el sector de las infraestructuras, el estudio estima que la intervención canadiense permitió una serie de mejoras, entre ellas:
aprovisionamiento de agua e higiene pública, con la creación, por un lado, de más de 1.200 pozos y más de 120 pompas manuales, y aparte, más de 20 reservas de agua;
en cuanto al riego, los resultados hablan de más de 70 canales de irrigación, más de 40 Nawars (reservas de agua para riego) y más de 40 Karezes (sistemas de irrigación horizontales excavados a mano);
en cuanto a los transportes, el documento estima que se han restablecido más de 190 kilómetros de carreteras rurales;
además de la construcción de un puente y las labores de construcción de otros cuatro.
En cuanto a la ayuda humanitaria, Canadá registra, a partir de diciembre de 2006, una serie de éxitos, entre ellos la distribución de más de 6.500 toneladas de alimentos que han beneficiado a 200.000 afganos.En cuanto a la educación, Canadá, a través de la Agencia canadiense para el desarrollo internacional, intervino en la región de Kandahar, impartiendo algunos cursos de alfabetización para adultos y mejorando el acceso a la educación básica para los niños y los adultos, obteniendo, a partir de diciembre de 2006, algunos resultados, como la participación de más de 5.600 personas en los cursos (de los cuales, 5.100 son mujeres) y la distribución de libros y material escolar para 5.000 estudiantes.
En cuanto al desarrollo económico, los datos revelan que fueron desminados más de 420.000 metros cuadrados de terreno; además, se ha llevado a cabo un programa de sensibilización sobre el riesgo de las minas, dirigido a la población afgana. Finalmente, en el sector sanitario, se han registrado importantes resultados, entre ellos la creación de un programa de vacunaciones contra algunas enfermedades que asolan a la población infantil (tétanos y sarampión), la formación de obstetras profesionales, la dotación a miles de familias de utensilios de cocina.
La situación económica: los principales objetivos del gobierno Harper para un futuro próximo
El gobierno ha llevado a cabo una serie de reformas en el ámbito económico y financiero.En primer lugar, parece que la primera prioridad ha sido la de restablecer el equilibrio fiscal, mediante la dotación de 39 mil millones de dólares durante los próximos siete años. Esta cifra permitirá a las provincias, según el actual gobierno, mejorar el suministro de servicios y de las infraestructuras a los canadienses.En segundo lugar, se prevé para el futuro próximo una nueva rebaja fiscal en beneficio de las familias trabajadoras, a través del “Plan fiscal para las familias trabajadoras”, que prevé una subvención de 2.000 dólares por hijo.En tercer lugar, se anunció la voluntad política de reducir aún más la deuda pública, previendo, para 2007, una reducción de 9,2 mil millones de dólares.Finalmente, se ha declarado la voluntad de apoyar a los agricultores, destinándose mil millones de dólares, de los que 400 serán destinados a afrontar los elevados costes de producción y los otros 600 serán destinados a la creación de cuentas de ahorros de tipo contributivo para los productores.
Según las estadísticas, la situación económica del país es positiva. El Banco de Canadá publicó recientemente el “Informe sobre la política monetaria”, que ha examinado las actuales tendencias económicas y financieras, previendo, en particular, que la economía del país mejorará a un ritmo más elevado en 2007 (o sea, del 2,5%), con respecto al año pasado. La inflación continúa siendo el obstáculo más relevante, ya que continúa creciendo: en el mes de julio, la Banca de Canadá tuvo que aumentar la tasa de inflación un 0,25% dejándolo en un 4,50%.
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Conclusiones
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Las actuales decisiones del gobierno Harper, ya sea en el ámbito nacional como internacional, tienden a contrastar con la tradicional política “mediadora” anteriormente llevada a cabo por los partidos de la oposición. Un mayor intervencionismo, tanto en política interior como exterior, representa el factor relevante de la nueva política inaugurada por el Primer Ministro Harper. Es difícil prever cuáles serán los futuros escenarios de este “despertar” sobretodo en el ámbito medioambiental: el partido conservador, minoritario en el parlamento, deberá pactar con los partidos de la oposición, que se han declarado a favor de seguir adelante con el Protocolo de Kioto, que el país ratificó en años anteriores.
Conclusiones
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Las actuales decisiones del gobierno Harper, ya sea en el ámbito nacional como internacional, tienden a contrastar con la tradicional política “mediadora” anteriormente llevada a cabo por los partidos de la oposición. Un mayor intervencionismo, tanto en política interior como exterior, representa el factor relevante de la nueva política inaugurada por el Primer Ministro Harper. Es difícil prever cuáles serán los futuros escenarios de este “despertar” sobretodo en el ámbito medioambiental: el partido conservador, minoritario en el parlamento, deberá pactar con los partidos de la oposición, que se han declarado a favor de seguir adelante con el Protocolo de Kioto, que el país ratificó en años anteriores.
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Equilibri.net - Italy/25/09/2007
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