16/9/07

El principio de la reciprocidad

Visas para venir a Bolivia
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Alfonso Gumucio D.
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Cuando finalmente el gobierno decidió tomarse en serio la aplicación del requisito de visa para ciudadanos de países que exigen la visa a los bolivianos, aparecen voces que no están conformes con la determinación y pretenden presentar el caso como “imposible”. Sin embargo, el requisito de la visa es necesario porque el principio elemental de las relaciones internacionales es la reciprocidad, no el privilegio de los más fuertes.
Hay dos tipos de argumentos que utilizan quienes están en contra de la aplicación del requisito de visa. Por una parte, se dice que Bolivia perderá dinero porque muchos turistas evitarán llegar al país debido al requisito de visa. Por otra parte, dicen que Bolivia no tiene suficientes consulados, y que pedir la visa será una tarea titánica para quien la quiera obtener.
El primer argumento es parcialmente cierto. Cuando alguien quiere viajar a un país, se mentaliza para llenar los requisitos necesarios. ¿No es lo que hacemos todos los bolivianos para ir a Estados Unidos y ahora a Europa? Pero no solamente... además necesitamos visas para casi todos los países de África y Asia, y algunos de América Latina, como México.
Lo interesante es que quienes hablan en contra de la visa, lo hacen en defensa de los gringos. Gente que nunca antes había abierto su boca para protestar por las exigencias que nos ponen a los bolivianos para obtener la visa a Estados Unidos o a Europa, ahora se escandaliza porque los gringos van a necesitar una visa para entrar a Bolivia. Es decir, piensan como gringos, y velan por lo intereses de los gringos, no por los nuestros.
Lo que pasa es que los gringos se han acostumbrado a viajar sin visa a casi todo el mundo y a veces, sin pasaporte. Por increíble que parezca, hasta hace muy poco los estadounidenses no necesitaban pasaporte para viajar a México y a la mayor parte de los países del Caribe. Bastaba su licencia de conducir… Ahora, por primera vez, se les exige pasaporte, de manera que andan como locos sacando ese documento que antes no sabían para qué servía.
El caso de México es particularmente patético, pues ese país no les exige visa a los gringos, mientras que miles de mexicanos mueren todos los años en el intento de cruzar la frontera hacia Estados Unidos, pues no se les concede visa para hacerlo. Esa falta de reciprocidad y de dignidad es humillante: una frontera de cemento y hierro por un lado, y por el otro lado otra (la misma) completamente libre y permeable.
Si nosotros tenemos que hacer el esfuerzo y pasar por las humillaciones que conocemos para obtener una visa, ¿por qué no pueden los gringos y europeos pasar por un trámite que será sin duda más sencillo?
A ver: ¿acaso les van a pedir a los gringos, como nos piden a nosotros, que compremos una tarjeta de llamadas internacional para pedir una cita en el consulado gringo, cita que será concedida tres o cuatro semanas más tarde? ¿Acaso les van a pedir a los gringos o a los europeos que justifiquen su pedido de visa con fotocopias de sus cuentas bancarias para ver si tienen suficientes recursos? ¿Acaso les van a pedir un seguro de salud y de vida por 30 mil Euros? ¿Acaso les van a hacer pagar 100 US$ dólares aunque la visa sea negada? Y si les conceden la visa, ¿los van a fotografiar y prontuariar cuando ingreses por la frontera vo por el aeropuerto?
La humillación que significa obtener una visa a Europa o a Estados Unidos, no la van a sufrir con esta medida los gringos y los europeos. Somos muy "blandos" en realidad, no queremos incomodarlos demasiado (como ellos a nosotros).
Los europeos se olvidan que 8 millones de españoles, italianos, ingleses y franceses (además de árabes, asiáticos, etc) llegaron a principios y mediados del siglo pasado a América Latina con una mano atrás y otra adelante, sin tener donde caerse muertos, muchos de ellos campesinos analfabetos que en su país vivían en la miseria. Llegaron en barcos a Argentina, a Chile, a Uruguay, y a otros países, y ni siquiera tenían pasaporte, apenas una hoja de viaje. Fueron acogidos en América Latina con los brazos abiertos y llegaron para quedarse, para hacer familia y negocios.
Ahora, los europeos nos tratan con la punta del pie, como indeseables, y se olvidan de esa generosidad de América Latina hacia ellos. La arrogancia de vivir ahora una bonanza económica los hace insensibles hacia el resto del mundo, prepotentes y racistas.
Hay otras razones por las que probablemente los potenciales visitantes de Bolivia no lleguen a nuestro país. No es la visa, sino probablemente la situación política, el desorden, el caos que se vive todos los días en nuestras ciudades, lo cual hace que el turismo sea un ejercicio desagradable e innecesario. ¿Para qué venir a Bolivia si pueden ir a países más tranquilos, mejor organizados, que funcionan?
En cuanto al otro argumento, el de la falta de consulados bolivianos, no me parece un obstáculo mayor. Es una incomodidad, cierto, pero también la tenemos que pasar los bolivianos muchas veces. Hay muchos países que no tienen consulado en Bolivia, y por lo tanto cuando queremos obtener una visa tenemos que enviar por courier nuestros pasaportes (y una serie de documentos más, y dinero) a otros países, y esperar a veces dos o tres semanas a que regresen. ¿Por qué diablos no pueden los gringos y los europeos hacer lo mismo?
En suma, basta ya que sacar la cara por los gringos. Es tiempo de actuar con dignidad y de ceñirse a la primera norma, la más elemental, de las relaciones bilaterales: la reciprocidad. Por ello, el gobierno debe implementar la medida de la visa para todos los países que exigen visa a Bolivia, sin excepciones, y hacerlo además con el costo y la modalidad correspondiente. Nada de favoritismos, nada de excepciones. El trato debe ser igual.
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BolPress - Bolivia/16/09/2007

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