Apenas cuatro décadas después del genocidio nazi, es paradógico que las prácticas del III Reich con los presos, sean repetidas por Israel. En efecto, el experto legal palestino Abdul Nasser Farwana acusó a la autoridad israelí de convertir a cientos de prisioneros palestinos en un campo de experimentos para nuevos medicamentos en una clara y flagrante violación de los Derechos Humanos y de las convenciones internacionales de prisioneros. Esto se conoce a la vez que el Ejército de Israel ha admitido que los tres niños palestinos que perdieron la vida el pasado martes por el disparo de una granada de tanque israelí en el norte de la Franja de Gaza sólo estaban jugando, informó el diario “Haaretz” citando una investigación realizada por el propio Ejército hebreo.
Como los nazis
El experto legal palestino Abdul Nasser Farwana acusó a la autoridad israelí de convertir a cientos de prisioneros palestinos en un campo de experimentos para nuevos medicamentos en una clara y flagrante violación de los Derechos Humanos y de las convenciones internacionales de prisioneros, según informó ayer la agencia de noticias Palestine Information Center (PIC), afín a Hamás.
Farwana, director del Departamento de estadísticas del Ministerio de Prisioneros y Ex Prisioneros de la Autoridad Nacional palestina (ANP), denunció que la mayoría de los presos sufren diferentes tipos de enfermedades debido a las malas condiciones de su encarcelamiento y a la deliberada negligencia médica de las fuerzas de seguridad israelíes.
De entre todos los palestinos muertos en cárceles israelíes en las cuatro últimas décadas, al menos 46 de ellos fallecieron a causa de negligencias médicas, afirmó Farwana basándose en los datos que posee su departamento. Hace diez años, la portavoz parlamentaria israelí Dalia Itzik, entonces directora del comité parlamentario científico del Knesset (el parlamento israelí), reveló que se realizaban al menos 1.000 experimentos médicos con prisioneros palestinos al año, añadió Farwana.
El funcionario acusó también al Ministerio de Sanidad israelí de aprobar permisos para llevar a cabo más experimentos con presos palestinos a pesar de que están prohibidos por la comunidad internacional. "Estas revelaciones reflejan el grado de racismo israelí que lleva a violar los Derechos Humanos y la dignidad humana", declaró Farwana.
Las leyes y convenciones internacionales, incluyendo la Cuarta Convención de Ginebra, insta a las naciones a tratar a los prisioneros de un modo humano y a no exponerles a peligros. El experto palestino advirtió también de que los ex prisioneros aún sufren un gran número de enfermedades causadas por estos experimentos y pidió chequeos anuales para asegurar que no sufren dolencias crónicas.
Los niños ejecutados
El Ejército de Israel ha admitido que los tres niños palestinos que perdieron la vida el pasado martes por el disparo de una granada de tanque israelí en el norte de la Franja de Gaza sólo estaban jugando, informó el diario “Haaretz” citando una investigación realizada por el propio Ejército hebreo.
Sin embargo, las imágenes aéreas con las que contaba la tripulación del tanque no permitían reconocer a los niños como tales cuando estos se dirigían durante un juego de pelota a una rampa para el lanzamiento de misiles que había sido abandonada por extremistas y luego se alejaron del lugar, según la investigación militar.
El incidente, que se produjo cerca de la ciudad de Beit Hanun, próxima a la valla en la frontera con Israel, costó la vida a dos niños y una niña de edades comprendidas entre los diez y 12 años.
En un primer comentario, el Ejército israelí había denunciado el “uso de niños para ataques terroristas”. Portavoces militares israelíes han asegurado varias veces en el pasado que los extremistas palestinos utilizan a niños para recoger dispositivos abandonados para el lanzamiento de misiles, acusación que las organizaciones radicales en la Franja de Gaza siempre han rechazado categóricamente
InSurGente/J.L/04/09/2007
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