17/9/07

Europeos estudian raíces internas del terrorismo

JANE PERLEZ / NYT
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Londres - Desde los atentados terroristas de Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001, los europeos han sufrido mucho más que los norteamericanos a raíz de nuevos ataques e informes sobre complots.

Hace tres años, los atentados al metro de Madrid mataron a 191 personas, mientras que 52 pasajeros murieron en un ataque al sistema de tránsito de Londres, al tiempo que se ha descubierto y frustrado una serie de conjuras. Después, la semana pasada, se llevaron a cabo arrestos en una conjura en Alemania que, a decir de la policía, podría haber ocasionado incluso una carnicería peor que la de Madrid o Londres.

En respuesta, la mayoría de los europeos está volviendo la mirada hacia el interior para encontrar explicaciones sobre la preferencia de los extremistas islámicos por el Viejo Continente, mientras que Estados Unidos ha quedado exento pese a su liderazgo y la ira que ha provocado al librar guerras en dos países musulmanes.

En ese entorno, están saliendo a la vanguardia interrogantes sobre cómo se integran poblaciones de minorías musulmanas a la corriente principal del país, junto con preguntas fundamentales acerca del islam. Se está prestando menos atención a los señalamientos dirigidos hacia Estados Unidos, al decir de los analistas.

Diarios alemanes que informaron sobre las detenciones de tres hombres hace dos semanas -- dos ciudadanos germanos que se convirtieron al islamismo y un residentes turco de Alemania -- no mencionaron a la administración de George W. Bush. Más bien, se centraron en el debate acerca de las medidas de seguridad más estrictas y el islamismo.

El periódico alemán Bild escribió el viernes pasado: ``No existen respuestas fáciles. Sin embargo, los aproximadamente 1,400 millones de musulmanes le deben al resto del mundo cuando menos un intento de proporcionar respuestas y encontrar un remedio. Una religión con extremos sanguinarios no pertenece a un mundo que desea y debe avanzar para estar más unido''.

Tanto Francia como Alemania se opusieron a la guerra en Irak, y ambos países han sido objeto de conjuras terroristas por parte de extremistas islámicos, notó Francois Heisbourg, experto galo en terrorismo y asesor especial de la Fundación de Investigación Estratégica en París.

''Bush es calumniado de manera increíble en Alemania, mientras que Irak es visto como un desastre total, lo cual es verdad'', dijo Heisbourg. ``Sin embargo, eso no lleva a la gente a decir que tenemos terrorismo debido a Bush. ¿Por qué? Debido a que estos tipos atacan un país que está en contra de la política en Irak''.

Un importante informe del gobierno francés, emitido en el 2006, describía 11 intentos por parte de yihadíes islámicos para hacer estallar objetivos en Francia en los últimos 10 años, algunos de ellos antes del 11 de septiembre, destacó Heisbourg. Esto mostró, dijo, que sólo porque Francia ha criticado a y se ha mantenido alejada de Irak, no ha sido inmune al terrorismo.

El frustrado ataque que anunció el gobierno alemán probablemente fue motivado por la participación de Alemania en Afganistán, dijo Jeremy Shapiro, especialista en asuntos europeos de Brookings Institution, en Washington.

Tropas alemanas en Afganistán han sido blanco de ataques por parte del talibán, en tanto las demandas de una retirada van en aumento en el Parlamento alemán. Para el mes entrante está programada una votación sobre la participación alemana en la guerra.

A medida que los europeos buscan las razones que expliquen su vulnerabilidad ante el terrorismo, el Fondo Alemán Marshall de Estados Unidos dio a conocer una encuesta la semana pasada, mostrando un marcado aumento en el número de alemanes que teme al terrorismo internacional.

El sondeo encontró que 70 por ciento de los alemanes sentía que pudiera sufrir un ataque terrorista, lo cual equivale a 32 puntos porcentuales más que en el 2005.

Eso acerca el temor al terrorismo entre los alemanes al nivel del temor registrado entre los estadounidenses, el cual se mantuvo en 74 por ciento en un sondeo similar, comentó John K. Glenn, director de política exterior por el Fondo Alemán Marshall.

La mayor alarma en Alemania sigue al fracaso de un ataque durante la Copa Mundial de Fútbol del año pasado, en el cual dos bombas dentro de maletas fueron abandonadas en trenes de pasajeros, pero no estallaron. Se informó que dos sospechosos de nacionalidad libanesa en este complot se habían enfurecido ante caricaturas publicadas primero en un periódico danés, en las cuales se presentaba una sátira del profeta Mahoma.

La ansiedad creciente de los alemanes también podría reflejar el incremento de
las advertencias de peligro de ataque que emite el ministro del Interior, Wolfgang Schaeuble.

Los resultados más recientes por parte del Proyecto Pew de Actitudes Mundiales muestran una persistente baja estima hacia Estados Unidos en Europa. En el 2007, en un sondeo de opinión tomado en Alemania, el porcentaje que tuvo una opinión favorable de Estados Unidos cayó a 30 por ciento, respecto de 60 por ciento en el 2002; y en Francia, el porcentaje de gente con una buena impresión de Estados Unidos bajó de 62 a 39 por ciento. Dichos sondeos tuvieron márgenes de error de tres o cuatro puntos porcentuales.

Son los españoles quienes ven el mayor riesgo de cooperar con la política estadounidense.

La gran mayoría de los españoles creen que si el Primer Ministro José María Aznar no hubiera destacado tropas de España a Irak en colaboración con los estadounidenses, el ataque contra el metro en marzo del 2004 no habría ocurrido, dijo Juan Avilés, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Nacional de Aprendizaje a Distancia.

De cualquier forma, indicó, un sondeo del 2005 por parte del Instituto Real Elcano, centro de análisis estratégico en Madrid, encontró que 63 por ciento de los encuestados sentía que el terrorismo islámico surgía principalmente del fanatismo religioso, en tanto sólo 17 por ciento dijo que era una reacción, sobre todo, a la política estadounidense.

A lo largo de Europa, se había arraigado una profunda inquietud respecto a la proliferación del radicalismo islámico, dijo Christoph Bertram, ex director del Instituto de Asuntos de Seguridad Internacional, en Alemania.

''En nuestras sociedades existe la idea de que el radicalismo no fue creado por Estados Unidos, sino causado por la falta de integración'', comentó Bertram. ``Uno de los puntos que todos nosotros reconocemos es que ha sido sumamente difícil integrar a la tercera generación''.
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El Nuevo Herald - USA/17/09/2007

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