Taiwán volverá a intentar este martes, como viene haciendo desde 1993, conseguir que la Asamblea General de la ONU aborde su situación particular y acepte su entrada en Naciones Unidas como miembro de pleno de derecho, pero lo hará con una novedad. En esta ocasión, y al contrario de lo que venía siendo habitual, la solicitud de entrada que presentarán varios países aliados, irá a nombre de 'Taiwán' y no con la denominación oficial de la isla de 'República de China'.
La solicitud taiwanesa ha sido entregada a la Secretaría General de la ONU para su debate en la 62 Asamblea General --que comienza este martes en Nueva York-- por los embajadores de Suazilandia, Gambia y Tuvalu, y cuenta además con el respaldo de Belice, Burkina Faso, Honduras, Kiribati, Malaui, Islas Marshall, Nauru, Palau, San Vicente y las Granadinas, San Cristobal y Nevis, Santo Tomé y Príncipe y las Islas Salomon.
A diferencia de años anteriores, esta vez la solicitud reclama la entrada en la ONU bajo el nombre de 'Taiwán' en un intento, según fuentes gubernamentales taiwanesas, por 'responder a los deseos del pueblo' que el pasado abril respaldó mayoritariamente (un 77%) en un sondeo que la solicitud se presentara con este nombre con el que la isla es conocida internacionalmente y no con el nombre oficial de 'República de China'.
Este verano, el presidente taiwanés, Chen Shui Bian, había enviado una carta al secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, expresando la intención de la isla de ingresar en Naciones Unidas bajo el nombre de 'Taiwán', pero Ban devolvió la misiva sin transmitirla a la Asamblea General y el Consejo de Seguridad, como debería haber hecho, según las autoridades taiwanesas.
Para rechazar la petición taiwanesa, Ban se acogió a la resolución 2758 del Consejo de Seguridad que en 1971 aceptó a la República Popular de China como miembro de pleno derecho de la ONU ocupando el escaño que hasta entonces ocupaba la República de China. Para Beijing, esta resolución le da el poder sobre Taiwán, pero las autoridades taiwanesas advierten de que el texto no otorga a Beijing el derecho a representar a los 23 millones de taiwaneses.
Tras el rechazo de Ban, Taipei expresó su descontento recordando al secretario general de la ONU que no le corresponde a él decidir sobre esta cuestión sino a la Asamblea General y al Consejo de Seguridad. No obstante, las autoridades taiwanesas son conscientes de que el hecho de que China sea un miembro permanente del Consejo de Seguridad, y por tanto, con derecho a veto, no facilita su proceso de adhesión a la ONU.
Desde 1993 , Taiwán viene tratando de conseguir su entrada en la ONU, pero en todas las ocasiones China ha impedido que la Asamblea General mantenga un debate sobre esta cuestión, amparándose en su política de 'una China', que respaldan tanto Estados Unidos como la Unión Europea. La isla mantiene relaciones diplomáticas sólo con 23 países, entre los que destaca el Vaticano.
ARGUMENTOS DE TAIWÁN
En su defensa, las autoridades de la isla esgrimen que sus 23 millones de habitantes tienen derecho a 'tener voz' en este organismo internacional. Asimismo, subrayan que en Taiwán hay un Gobierno democráticamente electo, la economía es la decimoctava más grande a nivel mundial y además son miembros de la Organización Mundial del Comercio. Pero sobre todo, insisten en que la resolución 2758 no resuelve la situación a ambos lados del estrecho.
Entretanto, y a la espera de lo que ocurra en la ONU, el presidente Chen Shui Bian anunció recientemente la organización de un referéndum coincidiendo con las elecciones presidenciales de marzo próximo sobre la entrada de la isla de la ONU. Dicho referéndum no tiene un carácter vinculante a ojos de la comunidad internacional, y en la isla es visto más como una medida meramente electoral por parte del partido gobernante.
Precisamente ayer, más de 300.000 personas participaron en una campaña celebrada en la ciudad de Kaohsiung (sur) para expresar el apoyo a la solicitud de ingresar en la ONU bajo el nombre de Taiwán y para el referéndum previsto sobre dicha solicitud.
El acto, organizado por el gobernante Partido Democrático Progresista (PDP), contó con la participación del propio Chen, la vicepresidenta, Annette Lu, el candidato presidencial del PDP, Frank Hsieh, y su compañero de candidatura, Su Tseng Chang.
CHEN DEFIENDE EL REFERÉNDUM
Durante el acto, Chen reiteró que la solicitud bajo el nombre de Taiwán no involucra el cambio del nombre oficial del país ni violará su promesa de las 'cuatro negativas' hecha a Estados Unidos. En este sentido, aseguró que Washington es el mejor amigo y aliado de Taiwán y negó que el referéndum será de carácter 'anti-norteamericano'.
Según Chen, no hay razón para que Estados Unidos se oponga al referéndum, puesto que estas consultas forman parte de la democracia, e insistió en que la mayoría de los taiwaneses respaldan la entrada en la ONU y que no hay otro nombre mejor que usar que el de 'Taiwán' para que el país busque ingresar a la organización internacional.
También el principal partido opositor taiwanés, el Kuomintang (KMT), organizó ayer un acto en Taichung (centro) para promover su solicitud de un referéndum sobre la entrada de la isla en la ONU pero bajo el nombre de 'República de China', en un acto en el que estuvo presente su candidato a la presidencia, Ma Ying Jeou, así como el presidente del partido, Wu Poh Hsiung.
POSTURA DE CHINA
Entretanto, China ha transmitido su rechazo a la celebración del referéndum y advertido a Chen de que 'deberá acarrear con todas las graves consecuencias que deriven de ello'. Por otra parte, la portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Jiang Yu, previno esta semana de que 'cualquier acción contra la Carta de la ONU y la resolución 2758 así como contra el principios de 'una sola China' es impopular y está abocada al fracaso'.
Asimismo, Beijing ha pedido a Estados Unidos que cumpla con su palabra respecto a la cuestión de Taiwán y mantenga su respeto al principio de 'una sola China'. 'China espera que Estados Unidos honrará su compromiso y trabajará con China para salvaguardar la estabilidad del Estrecho de Taiwán y la situación general de las relacione sino-estadounidenses', aseveró la portavoz.
Asimismo, la portavoz china recordó que la cuestión de Taiwán afecta a la soberanía de China y a su integridad territorial. 'La comunidad internacional ha admitido que sólo hay una China en el mundo y Taiwán es una parte inalienable de China, y que la República Popular de China es el único Gobierno que representa a toda China', añadió.
En un comunicado oficial emitido hoy tras los actos de ayer en Taiwán, el Gobierno chino dejó claro que 'no permitiremos que ninguna persona separe Taiwán de la madre patria por ningún medio'. 'Seguiremos prestando atención' a los preparativos del referéndum y 'adoptaremos los preparativos necesarios para una situación seria', añadió la declaración oficial.
Taiwán fue incorporado al territorio de China en el siglo XVII bajo la dinastía Qing, pero fue gobernado desde la distancia antes de convertirse en una provincia de pleno derecho en 1885. Tan sólo diez años después fue cedido a Japón como colonia tras la primera guerra chino-japonesa. En 1945, terminada la Segunda Guerra Mundial, la isla fue devuelta a China, pero desde 1949, cuando se refugió en ella el Gobierno de Chiang Kai Shek tras ser derrotado por los comunistas. Desde entonces, ha mantenido un gobierno separado del de Beijing.
Terra Actualidad/Europa Press/17/09/2007
La solicitud taiwanesa ha sido entregada a la Secretaría General de la ONU para su debate en la 62 Asamblea General --que comienza este martes en Nueva York-- por los embajadores de Suazilandia, Gambia y Tuvalu, y cuenta además con el respaldo de Belice, Burkina Faso, Honduras, Kiribati, Malaui, Islas Marshall, Nauru, Palau, San Vicente y las Granadinas, San Cristobal y Nevis, Santo Tomé y Príncipe y las Islas Salomon.
A diferencia de años anteriores, esta vez la solicitud reclama la entrada en la ONU bajo el nombre de 'Taiwán' en un intento, según fuentes gubernamentales taiwanesas, por 'responder a los deseos del pueblo' que el pasado abril respaldó mayoritariamente (un 77%) en un sondeo que la solicitud se presentara con este nombre con el que la isla es conocida internacionalmente y no con el nombre oficial de 'República de China'.
Este verano, el presidente taiwanés, Chen Shui Bian, había enviado una carta al secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, expresando la intención de la isla de ingresar en Naciones Unidas bajo el nombre de 'Taiwán', pero Ban devolvió la misiva sin transmitirla a la Asamblea General y el Consejo de Seguridad, como debería haber hecho, según las autoridades taiwanesas.
Para rechazar la petición taiwanesa, Ban se acogió a la resolución 2758 del Consejo de Seguridad que en 1971 aceptó a la República Popular de China como miembro de pleno derecho de la ONU ocupando el escaño que hasta entonces ocupaba la República de China. Para Beijing, esta resolución le da el poder sobre Taiwán, pero las autoridades taiwanesas advierten de que el texto no otorga a Beijing el derecho a representar a los 23 millones de taiwaneses.
Tras el rechazo de Ban, Taipei expresó su descontento recordando al secretario general de la ONU que no le corresponde a él decidir sobre esta cuestión sino a la Asamblea General y al Consejo de Seguridad. No obstante, las autoridades taiwanesas son conscientes de que el hecho de que China sea un miembro permanente del Consejo de Seguridad, y por tanto, con derecho a veto, no facilita su proceso de adhesión a la ONU.
Desde 1993 , Taiwán viene tratando de conseguir su entrada en la ONU, pero en todas las ocasiones China ha impedido que la Asamblea General mantenga un debate sobre esta cuestión, amparándose en su política de 'una China', que respaldan tanto Estados Unidos como la Unión Europea. La isla mantiene relaciones diplomáticas sólo con 23 países, entre los que destaca el Vaticano.
ARGUMENTOS DE TAIWÁN
En su defensa, las autoridades de la isla esgrimen que sus 23 millones de habitantes tienen derecho a 'tener voz' en este organismo internacional. Asimismo, subrayan que en Taiwán hay un Gobierno democráticamente electo, la economía es la decimoctava más grande a nivel mundial y además son miembros de la Organización Mundial del Comercio. Pero sobre todo, insisten en que la resolución 2758 no resuelve la situación a ambos lados del estrecho.
Entretanto, y a la espera de lo que ocurra en la ONU, el presidente Chen Shui Bian anunció recientemente la organización de un referéndum coincidiendo con las elecciones presidenciales de marzo próximo sobre la entrada de la isla de la ONU. Dicho referéndum no tiene un carácter vinculante a ojos de la comunidad internacional, y en la isla es visto más como una medida meramente electoral por parte del partido gobernante.
Precisamente ayer, más de 300.000 personas participaron en una campaña celebrada en la ciudad de Kaohsiung (sur) para expresar el apoyo a la solicitud de ingresar en la ONU bajo el nombre de Taiwán y para el referéndum previsto sobre dicha solicitud.
El acto, organizado por el gobernante Partido Democrático Progresista (PDP), contó con la participación del propio Chen, la vicepresidenta, Annette Lu, el candidato presidencial del PDP, Frank Hsieh, y su compañero de candidatura, Su Tseng Chang.
CHEN DEFIENDE EL REFERÉNDUM
Durante el acto, Chen reiteró que la solicitud bajo el nombre de Taiwán no involucra el cambio del nombre oficial del país ni violará su promesa de las 'cuatro negativas' hecha a Estados Unidos. En este sentido, aseguró que Washington es el mejor amigo y aliado de Taiwán y negó que el referéndum será de carácter 'anti-norteamericano'.
Según Chen, no hay razón para que Estados Unidos se oponga al referéndum, puesto que estas consultas forman parte de la democracia, e insistió en que la mayoría de los taiwaneses respaldan la entrada en la ONU y que no hay otro nombre mejor que usar que el de 'Taiwán' para que el país busque ingresar a la organización internacional.
También el principal partido opositor taiwanés, el Kuomintang (KMT), organizó ayer un acto en Taichung (centro) para promover su solicitud de un referéndum sobre la entrada de la isla en la ONU pero bajo el nombre de 'República de China', en un acto en el que estuvo presente su candidato a la presidencia, Ma Ying Jeou, así como el presidente del partido, Wu Poh Hsiung.
POSTURA DE CHINA
Entretanto, China ha transmitido su rechazo a la celebración del referéndum y advertido a Chen de que 'deberá acarrear con todas las graves consecuencias que deriven de ello'. Por otra parte, la portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Jiang Yu, previno esta semana de que 'cualquier acción contra la Carta de la ONU y la resolución 2758 así como contra el principios de 'una sola China' es impopular y está abocada al fracaso'.
Asimismo, Beijing ha pedido a Estados Unidos que cumpla con su palabra respecto a la cuestión de Taiwán y mantenga su respeto al principio de 'una sola China'. 'China espera que Estados Unidos honrará su compromiso y trabajará con China para salvaguardar la estabilidad del Estrecho de Taiwán y la situación general de las relacione sino-estadounidenses', aseveró la portavoz.
Asimismo, la portavoz china recordó que la cuestión de Taiwán afecta a la soberanía de China y a su integridad territorial. 'La comunidad internacional ha admitido que sólo hay una China en el mundo y Taiwán es una parte inalienable de China, y que la República Popular de China es el único Gobierno que representa a toda China', añadió.
En un comunicado oficial emitido hoy tras los actos de ayer en Taiwán, el Gobierno chino dejó claro que 'no permitiremos que ninguna persona separe Taiwán de la madre patria por ningún medio'. 'Seguiremos prestando atención' a los preparativos del referéndum y 'adoptaremos los preparativos necesarios para una situación seria', añadió la declaración oficial.
Taiwán fue incorporado al territorio de China en el siglo XVII bajo la dinastía Qing, pero fue gobernado desde la distancia antes de convertirse en una provincia de pleno derecho en 1885. Tan sólo diez años después fue cedido a Japón como colonia tras la primera guerra chino-japonesa. En 1945, terminada la Segunda Guerra Mundial, la isla fue devuelta a China, pero desde 1949, cuando se refugió en ella el Gobierno de Chiang Kai Shek tras ser derrotado por los comunistas. Desde entonces, ha mantenido un gobierno separado del de Beijing.
Terra Actualidad/Europa Press/17/09/2007
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