El catedrático de Historia del Pensamiento Político de la Universidad del País Vasco, Javier Fernández Sebastián, reclamó hoy la creación de nuevos términos para definir la teoría política actual, ya que "el mundo se transforma y eso lleva a la caducidad de muchos conceptos". Fernández Sebastián es uno de los participantes en las jornadas internacionales de Historia Conceptual Comparada del Mundo Iberoamericano, que se celebra en el Centro Internacional de Investigación de la Lengua Española (Cilengua), en Canillas de Río Tuerto, en la región española de La Rioja. Este seminario, que se prolongará hasta el sábado, cuenta con la asistencia de lingüistas, historiadores y politólogos de España, Francia, México, Argentina, Brasil, Portugal, Perú, Colombia y Chile. En su intervención, Fernández Sebastián destacó que a finales del siglo XVIII y principios del XIX se produjeron en España e Iberoamérica "grandes cambios, en un periodo breve, en la lengua política" con la introducción de neologismos o cambios de significado en palabras. Ello supuso la introducción de conceptos "incomprensibles" en aquel momento, como "democracia representativa, soberanía nacional y opinión pública", entre otros. Así, aseguró, la Constitución de Cádiz (1812) se convirtió en "un diccionario" que incluía "términos como ciudadano o nación española". Esa situación contrasta, explicó, con el "agotamiento de conceptos" que vive la política actual en la que "muchos están en crisis" y citó, entre ellos, los de progreso, representatividad o, incluso, el de partido político. En ese "agotamiento" influyen diferentes circunstancias, como la globalización, las nuevas tecnologías o los medios de comunicación, que protagonizan "la transformación del mundo, que implica la caducidad de los conceptos". Por ello abogó por "crear nuevos conceptos" ya que "vivimos en un momento de penuria y, según coinciden muchos autores, trabajamos con conceptos zombies, son muertos vivientes". Admitió que la aceptación de nuevos conceptos y palabras por las Reales Academias "lleva tiempo" aunque "al final, se aceptan las palabras que tienen éxito en el mundo" y el proceso para que lleguen al diccionario "es más corto que antes". En ese trabajo, dijo, "es imprescindible" la colaboración entre historiadores y lingüistas, ya que "como en casi todas las disciplinas, la dinámica histórica es permeable a toda la realidad" y "la lengua es imprescindible para transmitir esa realidad" con lo que "debemos tender puentes entre las dos disciplinas".
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Los Tiempos - Bolivia/19/09/2007
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