24/9/07

Que comience la función

Política y espectáculo son lo mismo, van por lo mismo. Entre más pasa el tiempo, más se fusionan, más se necesitan y esto no es un fenómeno exclusivo de México, es mundial.Quien no sepa verlo está perdido, tanto desde la perspectiva de la política como desde la perspectiva del espectáculo.Desde tiempos legendarios, los políticos y las estrellas del espectáculo han sentido fascinación los unos por los otros.¿Por qué? Porque ambos oficios representan los extremos de la adoración colectiva.Se supone que los políticos cautivan a las multitudes por el lado de las ideas y las estrellas, por el de las emociones aunque hay ejemplos donde sucede exactamente lo contrario.El caso es que estos extremos llegan a ser tan opuestos que se atraen dando por resultado amasiatos sensacionales como el de Gustavo Díaz Ordaz con Irma Serrano, matrimonios que cambiaron la historia como Juan Domingo Perón y Eva Duarte, políticos que actúan en el cine como Félix Salgado Macedonio y actores de cine con representatividad política como María Rojo.A final de cuentas se supone que políticos y estrellas luchan, desde sus respectivas trincheras, por hacer algo bueno por la gente. Es un asunto de poder.Muchas personas no están de acuerdo con que los políticos hagan show o con que las estrellas hagan política, pero la verdad es que fusionar ambas profesiones se ha convertido en una necesidad.Está demostrado que los políticos que estudian y aprenden a manejar su imagen triunfan más que los que ese supone sólo se dedican a gobernar.Está demostrado que a las estrellas que aprovechan su plataforma artística para difundir ideas y ayudar a la sociedad, les va mejor en términos económicos y de popularidad que a las que no.Dicho en otras palabras, la forma es fondo y el fondo es forma tanto en política como en espectáculos.Por eso los ex presidentes como Vicente Fox le dan entrevistas a las revistas del corazón. Por eso las estrellas como Anahí encabezan campañas sociales sobre temas como la anorexia y la bulimia.De repente hay quienes se burlan de que políticos como Beatriz Paredes graben discos, pero la verdad es que eso no tiene nada de malo. Grabar un disco, participar en una película o incluso protagonizar un escándalo humaniza a los políticos.A un político humanizado se le perdonan más los errores que a uno que permanezca en las alturas de su oficio. Qué mejor ejemplo que la historia de los Clinton en Estados Unidos.Lo que pudo haber sido una catástrofe para ellos, tras el escándalo de Mónica Lewinsky, se transformó en una ventaja competitiva frente a la historia de otros políticos que jamás protagonizaron nada por el estilo.Las estrellas conocen tan bien las ventajas de la política que cada vez son más los cantantes, actores y conductores que abren fundaciones, que se convierten en embajadores para alguna organización como el UNICEF o que adoptan niños de países subdesarrollados.Usted nada más póngase a pensar en esto: si una estrella se casa con una causa social, tiene más probabilidades de que las marcas comerciales que también apoyan esa causa la patrocinen.Los patrocinios se traducen en ganancias pero no sólo eso, las estrellas que se casan con causas sociales y que obtienen ganancias a través de ellas, deducen impuestos y hacen que sus patrocinadores también los deduzcan.Es un negocio redondo por donde quiera que se le vea, pero es un negocio noble.No es lo mismo hacerse rico por la mala que hacerse rico sembrando conciencia sobre el sida, el cáncer de mama, los perros callejeros o los niños con capacidades diferentes.¿Por qué le escribo esto? Porque a los mexicanos nos cuesta trabajo entender las cada vez más intensas relaciones entre la política y el espectáculo, porque hay muchos políticos y estrellas que todavía no le sacan el provecho que podrían a este recurso.Y porque el reportaje sobre los Fox que se acaba de publicar en la revista Quién ha sido tan exitoso que ya desvió por completo el curso nuestra intensa agenda nacional.Política y espectáculo son lo mismo, van por lo mismo, significan lo mismo. Bienvenido al nuevo show de la temporada, al show del sistema contra Vicente Fox donde, por supuesto, don Vicente saldrá más humanizado que nunca.
Que comience la función.
acueva@milenio.com
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Milenio - México/24/09/2007

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