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El hecho que la política exterior francesa se acerque a las posiciones defendidas por Washington, incomoda a muchos en Francia donde consideran que Sarkozy está comprometiendo su autoridad moral para complacer a Bush.
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París.- Con su hablar directo, sus simpatías por George W. Bush y sus llamados a restricciones a la inmigración, el presidente francés Nicolas Sarkozy comparece esta semana por primera vez en la ONU, envuelto en un aura no vista desde hace tiempo en un político de su país.
Su acercamiento a Israel y su insistencia en más sanciones a Irán por su programa nuclear acercan la política exterior francesa considerablemente a las posiciones defendidas por Washington, lo que incomoda a muchos en Francia donde consideran que Sarkozy está comprometiendo la autoridad moral de París en asuntos internacionales para complacer a Bush.
Pero las diferencias de Sarkozy con Washington -especialmente en el caso del calentamiento global- pudieran dejar una marca también durante la Asamblea General.
Los ojos norteamericanos estarán siguiendo a Sarkozy, tanto por su actitud amistosa hacia Estados Unidos como por sus políticas. Ha pasado mucho tiempo desde que funcionarios estadounidenses esperaron tan impacientemente a un presidente francés -luego de un largo enfriamiento de las relaciones bajo Jacques Chirac, mayormente por su oposición a la guerra en Irak, y décadas de divergencias en asuntos como la paz en el Oriente Medio y el comunismo europeo.
“Es una relación excelente”, dijo la secretaria de Estado Condoleezza Rice el viernes tras conversaciones con el canciller francés Bernard Kouchner. “Pienso que hay muchas, muchas cosas que Francia y Estados Unidos van a poder hacer juntos”.
Comentarios como esos ponen nerviosos a los franceses, que van a observar muy de cerca la recepción que recibe Sarkozy en la ONU, un lugar en el que Chirac fue ampliamente admirado por su defensa de un mundo “multilateral” -lo que significa menos dominado por Estados Unidos.
“Aliados, no alineados” es cómo funcionarios franceses describen las nuevas relaciones con Washington, cautelosos de no alienar a votantes que siguen escépticos, incluso temerosos, de acercarse demasiado a la política de Estados Unidos en Irak y otras partes.
Bush y Sarkozy no se reunirán cara a cara, pero se verán en la Asamblea General. Ambos se reunieron antes de la elección de Sarkozy en mayo, y el portavoz presidencial francés, David Martinon, dijo que se esperaba pronto un viaje del mandatario a Washington./AP
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A tiempo
Reestructura Fukuda cúpula del PLD después de triunfo electoral
Liberan a dos soldados italianos secuestrados en Afganistán
Descubren cadáveres de 20 estudiantes al norte de Bagdad
Desciende el precio del petróleo estadunidense
Dos muertos y 11 heridos por explosión en Kosovo
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Pero las diferencias de Sarkozy con Washington -especialmente en el caso del calentamiento global- pudieran dejar una marca también durante la Asamblea General.
Los ojos norteamericanos estarán siguiendo a Sarkozy, tanto por su actitud amistosa hacia Estados Unidos como por sus políticas. Ha pasado mucho tiempo desde que funcionarios estadounidenses esperaron tan impacientemente a un presidente francés -luego de un largo enfriamiento de las relaciones bajo Jacques Chirac, mayormente por su oposición a la guerra en Irak, y décadas de divergencias en asuntos como la paz en el Oriente Medio y el comunismo europeo.
“Es una relación excelente”, dijo la secretaria de Estado Condoleezza Rice el viernes tras conversaciones con el canciller francés Bernard Kouchner. “Pienso que hay muchas, muchas cosas que Francia y Estados Unidos van a poder hacer juntos”.
Comentarios como esos ponen nerviosos a los franceses, que van a observar muy de cerca la recepción que recibe Sarkozy en la ONU, un lugar en el que Chirac fue ampliamente admirado por su defensa de un mundo “multilateral” -lo que significa menos dominado por Estados Unidos.
“Aliados, no alineados” es cómo funcionarios franceses describen las nuevas relaciones con Washington, cautelosos de no alienar a votantes que siguen escépticos, incluso temerosos, de acercarse demasiado a la política de Estados Unidos en Irak y otras partes.
Bush y Sarkozy no se reunirán cara a cara, pero se verán en la Asamblea General. Ambos se reunieron antes de la elección de Sarkozy en mayo, y el portavoz presidencial francés, David Martinon, dijo que se esperaba pronto un viaje del mandatario a Washington./AP
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Milenio - México/24/09/2007
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