Johannesburgo.- La cumbre que los líderes de India, Brasil y Sudáfrica mantendrán a partir de este miércoles, en Pretoria, tendrá a las relaciones norte-sur y las negociaciones de la Ronda de Doha en el centro de la escena, indicó DPA.
El presidente sudafricano, Thabo Mbeki, recibirá a su homólogo brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, y al primer ministro indio, Manmohan Singh, en la segunda reunión del Foro de Diálogo India- Brasil-Sudáfrica (IBSA), creado en 2003 como respuesta al monopolio de los países industrializados en la agenda de liberalización del comercio internacional.
En el primer lugar de la agenda figura la intensificación del comercio sur-sur, que actualmente suma apenas el 6 por ciento del intercambio global. El comercio trilateral entre Brasil, India y Sudáfrica suma 7.000 millones de dólares, y el IBSA tiene la intención de elevarlo hasta 10.000 millones de dólares en los próximos dos años.
La agonizante Ronda de Doha para la liberalización del comercio internacional ocupa también un lugar prioritario. Algunos consideran esta cumbre la última oportunidad de supervivencia de la ronda lanzada por la Organización Mundial de Comercio hace ya seis años.
Después de que Estados Unidos fexibilizara relativamente su negativa a recortar los subsidios a su producción agrícola, India, Brasil y Sudáfrica son ahora el blanco de las críticas por su rechazo a reducir los aranceles para la entrada de bienes industriales. En opinión de la representante comercial de Estados Unidos, Susan Schwab, "algunos países en desarrollo sólo quieren que la ronda de Doha desaparezca, pero no quieren ser culpados de su muerte".
La cumbre del IBSA, y sobre todo las señales que emita de una mayor disposición negociadora, tendrá un impacto decisivo en las perspectivas de éxito de la ronda liberalizadora. Hasta ahora, el trío que hace de punta de lanza de las naciones en desarrollo sostiene que, aunque Estados Unidos y la Unión Europea recorten sus subsidios agrícolas, las naciones pobres deben tener la posibilidad de proteger sus mercados para preservar fuentes de trabajo.
Este es el caso de la agricultura en la India, por ejemplo, donde el trabajo en el campo da trabajo a la mitad de la población activa. En Sudáfrica, con una tasa de desempleo del 25 por ciento, la propuesta reducción de aranceles industriales al 12 por ciento ha sido tachada por el gobierno, sindicatos y empresarios como "demasiado ambiciosa".
Brasil, por su parte, señala a los gravámenes que deben pagar algunos de sus productos para entrar en Estados Unidos o la UE, incluyendo el etanol obtenido de la caña de azúcar, para justificar su proteccionismo industrial.
A esto hay que sumar los mensajes ambiguos que llegan desde Estados Unidos sobre la futura política de subsidios mientras se aproximan las elecciones presidenciales del año que viene. Hace dos meses, el Congreso controlado por la oposición demócrata aprobó una ley agrícola para los próximos cinco años que mantiene los subsidios federales en los principales cultivos, lo que no facilita un cambio de posición de los países en desarrollo.
Brasil, India y Sudáfrica integran el grupo de naciones productoras agrícolas G20, que contra la opinión de los grandes bloques comerciales cree que Estados Unidos y la UE no han hecho suficientes concesiones para facilitar el acceso a sus mercados.
El presidente sudafricano, Thabo Mbeki, recibirá a su homólogo brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, y al primer ministro indio, Manmohan Singh, en la segunda reunión del Foro de Diálogo India- Brasil-Sudáfrica (IBSA), creado en 2003 como respuesta al monopolio de los países industrializados en la agenda de liberalización del comercio internacional.
En el primer lugar de la agenda figura la intensificación del comercio sur-sur, que actualmente suma apenas el 6 por ciento del intercambio global. El comercio trilateral entre Brasil, India y Sudáfrica suma 7.000 millones de dólares, y el IBSA tiene la intención de elevarlo hasta 10.000 millones de dólares en los próximos dos años.
La agonizante Ronda de Doha para la liberalización del comercio internacional ocupa también un lugar prioritario. Algunos consideran esta cumbre la última oportunidad de supervivencia de la ronda lanzada por la Organización Mundial de Comercio hace ya seis años.
Después de que Estados Unidos fexibilizara relativamente su negativa a recortar los subsidios a su producción agrícola, India, Brasil y Sudáfrica son ahora el blanco de las críticas por su rechazo a reducir los aranceles para la entrada de bienes industriales. En opinión de la representante comercial de Estados Unidos, Susan Schwab, "algunos países en desarrollo sólo quieren que la ronda de Doha desaparezca, pero no quieren ser culpados de su muerte".
La cumbre del IBSA, y sobre todo las señales que emita de una mayor disposición negociadora, tendrá un impacto decisivo en las perspectivas de éxito de la ronda liberalizadora. Hasta ahora, el trío que hace de punta de lanza de las naciones en desarrollo sostiene que, aunque Estados Unidos y la Unión Europea recorten sus subsidios agrícolas, las naciones pobres deben tener la posibilidad de proteger sus mercados para preservar fuentes de trabajo.
Este es el caso de la agricultura en la India, por ejemplo, donde el trabajo en el campo da trabajo a la mitad de la población activa. En Sudáfrica, con una tasa de desempleo del 25 por ciento, la propuesta reducción de aranceles industriales al 12 por ciento ha sido tachada por el gobierno, sindicatos y empresarios como "demasiado ambiciosa".
Brasil, por su parte, señala a los gravámenes que deben pagar algunos de sus productos para entrar en Estados Unidos o la UE, incluyendo el etanol obtenido de la caña de azúcar, para justificar su proteccionismo industrial.
A esto hay que sumar los mensajes ambiguos que llegan desde Estados Unidos sobre la futura política de subsidios mientras se aproximan las elecciones presidenciales del año que viene. Hace dos meses, el Congreso controlado por la oposición demócrata aprobó una ley agrícola para los próximos cinco años que mantiene los subsidios federales en los principales cultivos, lo que no facilita un cambio de posición de los países en desarrollo.
Brasil, India y Sudáfrica integran el grupo de naciones productoras agrícolas G20, que contra la opinión de los grandes bloques comerciales cree que Estados Unidos y la UE no han hecho suficientes concesiones para facilitar el acceso a sus mercados.
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El Universal - Venezuela/16/10/2007
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