Cécilia Sarkozy, desde hoy oficialmente separada de su marido y presidente de Francia, ha sido probablemente la más imprevisible y transgresora de las Primeras Damas de la V República, un título que ha llevado durante unos cinco meses.El Elíseo comunicó hoy oficialmente la ruptura de Nicolas y Cécilia Sarkozy, después de insistentes rumores de que habían resurgido las desavenencias en la pareja, casada en segundas nupcias en 1996, separada en 2005 y reconciliada en 2006, cuando se calentaba la campaña por la Presidencia de Francia.Las repetidas y espectaculares ausencias de Cécilia Sarkozy en actos oficiales desde el verano -el presidente y ella no han aparecido juntos en público desde el 14 de julio-, alimentaron los rumores y prepararon el terreno del anuncio de separación, el primer divorcio de un presidente galo en ejercicio.Pocas Primeras Damas de Francia habrán hecho correr tanta tinta, desde las portadas de las revistas del corazón que ensalzaron su 'glamour' cuando Sarkozy sucedió a Jacques Chirac en el Elíseo el pasado 16 de mayo, hasta las 'serias' que trataban desde el verano de desentrañar el 'misterio' y el 'enigma Cécilia'.Una mujer de 49 años que quiere ser 'libre' y que en 2005 decía: '¿Convertirme en Primera Dama? Eso me parece un tostón. No soy políticamente correcta (...) No entro en el molde'.Lo dijo una mujer con gran influencia, dicen, sobre su marido, al que apoyó en las diferentes etapas de su carrera política, que culminó con su elección el pasado 6 mayo como presidente de Francia, una elección en la que ella no votó.En desprecio del protocolo y de los deberes de una Primera Dama, se escapó de la cumbre del G8 en Alemania en junio tras apenas 24 horas; en agosto no acudió a un almuerzo con los Bush en EEUU y este mes no fue a Bulgaria, que debía condecorarla por su papel en la liberación de las cinco enfermeras búlgaras en Libia.Las imágenes de Cécilia bajando del avión oficial francés que traía de vuelta a Sofía a los sanitarios liberados a finales de julio son las últimas imágenes oficiales de ella.Biznieta del compositor español Isaac Albéniz, Cecilia Ciganer Albeniz nació el 12 de noviembre de 1957 cerca de París. Su madre, Teresita -conocida como Diane-, era española e hija de embajador, y su padre, André Ciganer, un judío eslavo que, tras conocerla, dejó su vida errante por Europa y América y ejerció de peletero en París.Con tres hermanos mayores, Cécilia tuvo de niña problemas del corazón que retrasaron su crecimiento. Tras ser operada, en la pubertad, se convirtió en una joven alta (1,78 metros) y atractiva.En la adolescencia compaginó el piano con el bachillerato. Luego estudia Derecho, trabaja como ayudante parlamentaria y como modelo en Schiaparelli. Se enamora de un fotógrafo de moda, veinte años mayor que ella, que la hace posar con pieles para revistas.La boda se anula tres semanas antes de la fecha prevista. Unos meses después ella se enamora del 'hombre más famoso de Francia', la estrella de televisión Jacques Martin, con el que se casa en 1984, en la selecta localidad de Neuilly, a las afueras de París.Como alcalde de Neuilly, Nicolas Sarkozy oficia la boda y, dicen, en ese instante se promete a sí mismo que la conquistará.Cuatro años después lo consigue. Cécilia abandona a Martin y se lleva a las dos hijas del matrimonio. La menor tenía seis meses.Los amores de Cécilia y el alcalde, casado y con dos hijos, son la comidilla de la ciudad. Se casan el 23 de octubre de 1996, cuando él está en plena travesía política del desierto. En abril de 1997 nace su único hijo en común, Louis.En esos años hace todos los papeles: madre, esposa, confidente, y asiste a todos los mítines y reuniones políticas.'Vamos a jugar a los Kennedy', bromea ella. Cuando Sarkozy asume el Ministerio de Interior en 2002, ocupa un despacho a su lado, le sigue a Finanzas en 2004 y hasta piensa en lanzarse a la política.Pero Nicolas quiere tenerla a su lado. La nombra jefa de gabinete en su partido conservador, la UMP, del que toma las riendas en noviembre de 2004 en una fiesta de 'entronización', orquestada por el grupo del publicista Richard Attias.En agosto de 2005, 'Paris Match' publicó en portada una foto de Cécilia y Attias en Nueva York mirando los planos de un apartamento.Una audacia que el director de la revista (propiedad del grupo de un amigo íntimo de Sarkozy) pagaría con su puesto.Tres meses antes, el propio Sarkozy había confesado que la pareja pasaba por un 'momento difícil' y que luchaba por 'salvarlo'. El tuvo su propia relación sentimental con una periodista.Según sus allegados, Sarkozy se empeñó en reconquistar a Cecilia, por la que estaba 'loco', comenta un colaborador en 'Le Nouvel Observateur', al afirmar que 'dedicó tanta energía a reconquistarla como en conquistar el poder'.En 2006, Cécilia volvió al lado de su marido. En junio de ese año, los dos se exhibieron, cogidos de la mano, en una piragua en un río de Guayana. Lejos de la mediatización del pasado, ella se implicó, entre bastidores, en la campaña presidencial de Sarkozy.Pero, dicen, la Cécilia de 2007 'ya no era la de antes' y su decisión de no votar el día de la elección de su marido puede verse a posteriori como un presagio.
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Terra Actualidad/EFE/18/10/2007
Terra Actualidad/EFE/18/10/2007
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