Opinión
Por: Luciano Pascoe Rippey
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Roberto Madrazo ha sido el objeto de una contundente, increíble y destructiva campaña de ataques y de desprestigio por los resultados del maratón que se realizó en Alemania.Me gustaría dar mi opinión al respecto, por una sencilla razón: la tunda a Madrazo nada tiene que ver con su actividad deportiva y sólo se explica desde una perspectiva política.Yo no soy un deportista profesional, he corrido desde la perspectiva más amateur y para bajar unos kilos, sin embargo sé, como mucha gente, que es una práctica común correr medio maratón, que es una práctica común que si te lesionas cortes camino hacia la menta, y sé también que es ahí donde recoges tus cosas al terminar la carrera y te dan, como a todas y todos los participantes, una medalla de participación.Es habitual, también, que se publiquen los resultados de cada corredor en las páginas de internet de los certámenes y que ahí se detallen los tiempos cada cinco kilómetros. Y, por supuesto, ahí se deja en evidencia que muchas personas entran a la mitad de la carrera porque han decidido sólo correr medio maratón, o salen a la mitad.Es natural que esas cosas pasen y han faltado en los medios de comunicación voces conocedoras de la dinámica de funcionamiento de esas competencias para precisar muchas cosas. Para precisar que no pasa nada si festejas tu llegada aun cuando no corriste todo el trayecto, que es normal que acortes tu trayecto si te lesionas, y tantas cosas más. Pero nada de eso importa, la sensación mayoritaria es que hizo trampa en Berlín. Es evidente que este político mexicano levanta muchas pasiones y muchas sospechas en toda la sociedad. Es el ejemplo vivo del hombre que, sin importar lo que haga, todo mundo siempre supone que lo hace por malvado, por corrupto o por tramposo. No tiene, Madrazo, ningún beneficio de la duda en México, y eso es algo de lo que él debe hacerse cargo.Desde que Elba Esther lanzó esa dura ofensiva contra él, la famosa campaña de “¿Tú le crees a Madrazo? Yo tampoco”, quedo cimentado en la conciencia nacional el tipo de persona que debía ser Roberto Madrazo. Fue juzgado y condenado por la sociedad con mucha velocidad.Se ha convertido en el estereotipo del político del pasado y sin embargo, nunca hay que dudar de su inteligencia y su vocación por estar en la política y, por ende, de regresar a la palestra.Por esto, lo que resulta curioso de todo este fenómeno es, cuánto se tardó Madrazo en reaccionar. Supuso, como ya le había pasado con la otra andanada en su contra, que él debía reaccionar restándole importancia y seguir hacia delante. Pero cuando eres una persona con tan pocos bonos públicos como él, las respuestas son cruciales en la construcción del juicio popular.Aquí es donde estamos ahora. Con Madrazo dando una respuesta tardía y que ya no calma las dudas sino que las acrecienta. Con una campaña muy feroz en su contra y con una resonancia brutal en la mayoría de los medios.Y la pregunta que persiste es ¿por qué se lo están tundiendo de esta manera?La respuesta del propio Madrazo es, curiosamente, la que me parece más cercana a la verdad: es político.Pues sí, pero aún así hay dudas. ¿Lo han cimbrado porque se estaba moviendo en algún sentido? ¿Estaba armando o tramando algo? ¿Esta campaña es una amenaza o el cumplimiento de una amenaza?Pareciera que esta tunda es un acto de contención, es un señal para que se limite o se desista de algo. Pareciera que hay una gran cantidad de mensajes velados, no sólo en la vulnerabilidad de Roberto Madrazo, sino en los portadores del mensaje, los voceros.En todo caso, esta tunda a Madrazo nada tiene que ver con su carrera en Berlín ni con su medalla, o sus tiempos como corredor. Esta tunda anuncia más dudas que certezas, esta tunda informa que el PRI tiene contiendas internas para rato y que los conflictos siguen ahí, callados pero activos.La tunda a Madrazo es un anuncio de más y nuevos conflictos en nuestra bélica vida política.
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