El presidente Chávez y el canciller Amorim avanzaron con el Gasoducto y el Banco del Sur. Se fortalecen gestiones para ingreso venezolano al bloque sudamericano.
La ratificación, el pasado fin de semana, de varios acuerdos de cooperación entre Venezuela y Brasil respecto de asuntos estratégicos para el proceso de integración sudamericana puede leerse como una victoria para la región y un golpe para las maniobras estadounidenses, varias veces denunciadas por el presidente Hugo Chávez. Venezuela y Brasil ratificaron que preparan convenios para la asociación de sus empresas petroleras estatales, la construcción del Gasoducto del Sur y la creación del Banco del Sur, entre otros aspectos. Según una nota de prensa de la cancillería venezolana, un amplio espectro de acciones fue abordado en una reunión concluida al filo de la madrugada del domingo entre el presidente Hugo Chávez y el canciller brasileño, Celso Amorim. En la reunión fue ratificado el próximo diciembre como fecha del próximo encuentro entre Chávez y el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, para certificar la marcha de los acuerdos de cooperación, informó desde Caracas la agencia latinoamericana de noticias Prensa Latina. En opinión de Amorim para entonces debe estar listo un acuerdo entre las petroleras de ambos países para la asociación en una refinería en Pernambuco, Brasil, y la explotación conjunta de la Faja del Orinoco, en Venezuela. El canciller brasileño sostuvo que las dos partes ratificaron sus deseos por la pronta decisión sobre el ingreso de Venezuela en el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) integrado por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay. La semana pasada, el presidente Chávez había responsabilizado al gobierno de Estados Unidos de boicotear la entrada de su país en el MERCOSUR. También acusó a la política de su homólogo George W. Bush de interferir en los proyectos energéticos entre Brasil y Venezuela, según informara oportunamente la agencia AP. Por su parte, la agencia Reuters informaba el 26 de septiembre último que una comisión de la Cámara de Diputados de Brasil decidió postergar por un mes la votación de la propuesta de adhesión al MERCOSUR. La dilación, por iniciativa de legisladores oficialistas, ocurre en momentos en que el gobierno de Luiz Inacio Lula Da Silva busca que se extienda la vigencia de un tributo a los movimientos financieros, vital para la recaudación y que enfrenta amplia resistencia en el Congreso. Ese marco de presiones domésticas sobre Lula quedó evidenciado cuando el responsable de relaciones internacionales de la poderosa corporación empresaria Federación de Industrias de San Pablo (FIESP), Rubens Barbosa, afirmó que el presidente venezolano no está interesado en ingresar al MERCOSUR y recomendó al Congreso, que analiza el pedido de adhesión venezolana al bloque, no "entrar en el juego" del venezolano. Sin embargo, el 75 por ciento de las empresas brasileñas tienen expectativas positivas con el posible ingreso de Venezuela al MERCOSUR, informó la semana pasada la agencia ANSA. Según una encuesta realizada en 655 empresas brasileñas que tienen comercio con Venezuela, el 75 por ciento -muchas de ellas multinacionales como Nestlé, Faber Castell, Ford, General Motors, Fiat y Bayer- respalda que el país gobernado por Hugo Chávez sea aceptado en el bloque sudamericano. Apenas el 18,92 dijo que la expectativa es negativa. El sondeo fue realizado por la Cámara de Comercio e Industria Brasil-Venezuela, en el que el 55% de los empresarios respondió que espera aumentar sus exportaciones al país vecino. El Poder Legislativo de Brasil, al igual que el de Paraguay, aún no aprobó la adhesión de Venezuela al bloque, que integran también Argentina y Uruguay, cuyos congresos sí ratificaron el ingreso a la unión aduanera sudamericana del país petrolero.
La ratificación, el pasado fin de semana, de varios acuerdos de cooperación entre Venezuela y Brasil respecto de asuntos estratégicos para el proceso de integración sudamericana puede leerse como una victoria para la región y un golpe para las maniobras estadounidenses, varias veces denunciadas por el presidente Hugo Chávez. Venezuela y Brasil ratificaron que preparan convenios para la asociación de sus empresas petroleras estatales, la construcción del Gasoducto del Sur y la creación del Banco del Sur, entre otros aspectos. Según una nota de prensa de la cancillería venezolana, un amplio espectro de acciones fue abordado en una reunión concluida al filo de la madrugada del domingo entre el presidente Hugo Chávez y el canciller brasileño, Celso Amorim. En la reunión fue ratificado el próximo diciembre como fecha del próximo encuentro entre Chávez y el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, para certificar la marcha de los acuerdos de cooperación, informó desde Caracas la agencia latinoamericana de noticias Prensa Latina. En opinión de Amorim para entonces debe estar listo un acuerdo entre las petroleras de ambos países para la asociación en una refinería en Pernambuco, Brasil, y la explotación conjunta de la Faja del Orinoco, en Venezuela. El canciller brasileño sostuvo que las dos partes ratificaron sus deseos por la pronta decisión sobre el ingreso de Venezuela en el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) integrado por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay. La semana pasada, el presidente Chávez había responsabilizado al gobierno de Estados Unidos de boicotear la entrada de su país en el MERCOSUR. También acusó a la política de su homólogo George W. Bush de interferir en los proyectos energéticos entre Brasil y Venezuela, según informara oportunamente la agencia AP. Por su parte, la agencia Reuters informaba el 26 de septiembre último que una comisión de la Cámara de Diputados de Brasil decidió postergar por un mes la votación de la propuesta de adhesión al MERCOSUR. La dilación, por iniciativa de legisladores oficialistas, ocurre en momentos en que el gobierno de Luiz Inacio Lula Da Silva busca que se extienda la vigencia de un tributo a los movimientos financieros, vital para la recaudación y que enfrenta amplia resistencia en el Congreso. Ese marco de presiones domésticas sobre Lula quedó evidenciado cuando el responsable de relaciones internacionales de la poderosa corporación empresaria Federación de Industrias de San Pablo (FIESP), Rubens Barbosa, afirmó que el presidente venezolano no está interesado en ingresar al MERCOSUR y recomendó al Congreso, que analiza el pedido de adhesión venezolana al bloque, no "entrar en el juego" del venezolano. Sin embargo, el 75 por ciento de las empresas brasileñas tienen expectativas positivas con el posible ingreso de Venezuela al MERCOSUR, informó la semana pasada la agencia ANSA. Según una encuesta realizada en 655 empresas brasileñas que tienen comercio con Venezuela, el 75 por ciento -muchas de ellas multinacionales como Nestlé, Faber Castell, Ford, General Motors, Fiat y Bayer- respalda que el país gobernado por Hugo Chávez sea aceptado en el bloque sudamericano. Apenas el 18,92 dijo que la expectativa es negativa. El sondeo fue realizado por la Cámara de Comercio e Industria Brasil-Venezuela, en el que el 55% de los empresarios respondió que espera aumentar sus exportaciones al país vecino. El Poder Legislativo de Brasil, al igual que el de Paraguay, aún no aprobó la adhesión de Venezuela al bloque, que integran también Argentina y Uruguay, cuyos congresos sí ratificaron el ingreso a la unión aduanera sudamericana del país petrolero.
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Más:
Las encuestas la favorecen
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Aquí La Noticia - Argentina/02/10/2007
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