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PEKÍN (AFP) Los dos benjamines de la nueva dirección suprema china, Xi Jinping, de 54 años, y Li Keqiang, de 52 años, presentados como probables sucesores de Hu Jintao en 2012, pertenecen a la generación de la Revolución Cultural.
Xi tenía apenas 13 años, y Li 11, cuando comenzó la Revolución Cultural, que permitió a Mao deshacerse de sus rivales pero instaló el caos y la guerra civil, abriendo la vía a diez años de terror.
Cuando eran jóvenes adolescentes fueron enviados al campo por Mao Zedong como millones de muchachos y muchachas chinos de la ciudad a partir de 1968. Oficialmente para mezclarse con el pueblo, pero principalmente para meter en vereda a una juventud demasiado turbulenta.
Xi conoció la región de Shaanxi (noroeste) y Li la de Anhui (centro), dos provincias pobres. Sin embargo, a diferencia de otros "jóvenes instruidos" a los que les costó regresar a la ciudad, Xi Jinping, hijo de un héroe revolucionario víctima de una purga política en 1962, y Li Keqiang, pudieron marcharse rápidamente.
En opinión de Michel Bonnin, historiador, sinólogo y especialista del movimiento de "jóvenes instruidos", esta generación "se vio profundamente marcada por una experiencia tan particular".
Pese a haber pasado por el molde del partido, Xi Jinping y Li Keqiang, pueden mostrar "un estilo de gobierno sensiblemente diferente cuando tengan vía libre, es decir, normalmente a partir de 2012", juzga el sinólogo.
"A personas que han conocido la libertad (pese a estar manipulada) de la Revolución Cultural, y después la vida en el campo, las dudas profundas sobre el sistema e incluso para algunos la prisión (como el ministro de Comercio, Bo Xilai) les costará seguramente encerrarse en la monotonía ideológica y la ortodoxia política en las que Hu Jintao se siente tan agusto", afirma.
Xi tenía apenas 13 años, y Li 11, cuando comenzó la Revolución Cultural, que permitió a Mao deshacerse de sus rivales pero instaló el caos y la guerra civil, abriendo la vía a diez años de terror.
Cuando eran jóvenes adolescentes fueron enviados al campo por Mao Zedong como millones de muchachos y muchachas chinos de la ciudad a partir de 1968. Oficialmente para mezclarse con el pueblo, pero principalmente para meter en vereda a una juventud demasiado turbulenta.
Xi conoció la región de Shaanxi (noroeste) y Li la de Anhui (centro), dos provincias pobres. Sin embargo, a diferencia de otros "jóvenes instruidos" a los que les costó regresar a la ciudad, Xi Jinping, hijo de un héroe revolucionario víctima de una purga política en 1962, y Li Keqiang, pudieron marcharse rápidamente.
En opinión de Michel Bonnin, historiador, sinólogo y especialista del movimiento de "jóvenes instruidos", esta generación "se vio profundamente marcada por una experiencia tan particular".
Pese a haber pasado por el molde del partido, Xi Jinping y Li Keqiang, pueden mostrar "un estilo de gobierno sensiblemente diferente cuando tengan vía libre, es decir, normalmente a partir de 2012", juzga el sinólogo.
"A personas que han conocido la libertad (pese a estar manipulada) de la Revolución Cultural, y después la vida en el campo, las dudas profundas sobre el sistema e incluso para algunos la prisión (como el ministro de Comercio, Bo Xilai) les costará seguramente encerrarse en la monotonía ideológica y la ortodoxia política en las que Hu Jintao se siente tan agusto", afirma.
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AFP/23/10/2007
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