LISBOA (AFP) El proyecto de Unión Mediterránea lanzado por el presidente francés Nicolas Sarkozy no despertó demasiado entusiasmo entre los países a quien se dirigía, que prefieren hablar de reforzar la cooperación entre las dos riberas del Mediterráneo sobre la base de mecanismos existentes.
"Es una idea interesante si aporta un valor añadido, si viene a reforzar el proceso Euromed" o proceso de Barcelona, explicó la comisaria de Relaciones Exteriores de la Unión Europea, Benita Ferrero-Waldner.
Sin embargo, "tenemos procesos en marcha que no hay que tocar, porque han dado pruebas de su vitalidad", puntualizó.
Ferrero hizo estas declaraciones este martes en Lisboa, durante una reunión del Euromed, un mecanismo de cooperación establecido en 1995 y que agrupa a los 27 países de la Unión Europea y a nueve Estados del sur y el este del Mediterráneo, entre ellos Israel, Siria o la Autoridad Palestina.
El Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Javier Solana, anunció el martes la adhesión de dos nuevos países a Euromed, Albania y Mauritania.
Paralelamente a este mecanismo, la UE puso en marcha en 2004 una "política europea de vecindad" dirigida a los países al sur y al este del bloque europeo.
El ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, interpreta la propuesta francesa como un medio de reforzar el proceso de Barcelona.
"Como saben el gobierno espanol la apoya. Pero la consideramos siempre como un elemento que va a dar más Barcelona, que va a ser mas refuerzo para Barcelona", explicó.
Varios delegados árabes lamentaron la "vaguedad" de la propuesta francesa.
"Es una buena idea", dijo el secretario general de la Liga Árabe, Amer Musa. "Pero, ¿qué hay dentro?".
El ministro egipcio de Relaciones Exteriores, Ahmed Abulheit, lamentó que el proyecto fuera "lanzado sin consultar a nadie".
En su discurso del martes ante las 37 delegaciones reunidas en Lisboa, Ferrero-Waldner enumeró los logros conseguidos en el marco del proceso de Barcelona, en campos como los intercambios comerciales, la lucha contra el terrorismo, la educación o el diálogo intercultural.
Pese a los progresos, "la colaboración euro-mediterránea todavía no alcanzó todo su potencial, en parte por culpa del conflicto de Oriente Medio".
Además del riesgo de competencia con el Euromed, varios países se inquietan por la creación de una estructura al margen de la UE.
El "gran problema" de la iniciativa francesa sería su financiación, estimó el ministro de Relaciones Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn.
"Si la UE la financia, todos los Estados de la UE tendrán que estar asociados" al proyecto, constató.
En ausencia del canciller francés Bernard Kouchner, el embajador francés encargado de promover el proyecto de Unión Mediterránea, Alain Le Roy, hizo una "presentación sucinta" del mismo, según los delegados.
Según sus explicaciones, "no se trata de un proyecto paralelo al proceso de Barcelona, sino uno que se articula con el de Barcelona", explicó el canciller portugués Luis Amado, anfitrión del encuentro de este martes.
"Es una idea interesante si aporta un valor añadido, si viene a reforzar el proceso Euromed" o proceso de Barcelona, explicó la comisaria de Relaciones Exteriores de la Unión Europea, Benita Ferrero-Waldner.
Sin embargo, "tenemos procesos en marcha que no hay que tocar, porque han dado pruebas de su vitalidad", puntualizó.
Ferrero hizo estas declaraciones este martes en Lisboa, durante una reunión del Euromed, un mecanismo de cooperación establecido en 1995 y que agrupa a los 27 países de la Unión Europea y a nueve Estados del sur y el este del Mediterráneo, entre ellos Israel, Siria o la Autoridad Palestina.
El Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Javier Solana, anunció el martes la adhesión de dos nuevos países a Euromed, Albania y Mauritania.
Paralelamente a este mecanismo, la UE puso en marcha en 2004 una "política europea de vecindad" dirigida a los países al sur y al este del bloque europeo.
El ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, interpreta la propuesta francesa como un medio de reforzar el proceso de Barcelona.
"Como saben el gobierno espanol la apoya. Pero la consideramos siempre como un elemento que va a dar más Barcelona, que va a ser mas refuerzo para Barcelona", explicó.
Varios delegados árabes lamentaron la "vaguedad" de la propuesta francesa.
"Es una buena idea", dijo el secretario general de la Liga Árabe, Amer Musa. "Pero, ¿qué hay dentro?".
El ministro egipcio de Relaciones Exteriores, Ahmed Abulheit, lamentó que el proyecto fuera "lanzado sin consultar a nadie".
En su discurso del martes ante las 37 delegaciones reunidas en Lisboa, Ferrero-Waldner enumeró los logros conseguidos en el marco del proceso de Barcelona, en campos como los intercambios comerciales, la lucha contra el terrorismo, la educación o el diálogo intercultural.
Pese a los progresos, "la colaboración euro-mediterránea todavía no alcanzó todo su potencial, en parte por culpa del conflicto de Oriente Medio".
Además del riesgo de competencia con el Euromed, varios países se inquietan por la creación de una estructura al margen de la UE.
El "gran problema" de la iniciativa francesa sería su financiación, estimó el ministro de Relaciones Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn.
"Si la UE la financia, todos los Estados de la UE tendrán que estar asociados" al proyecto, constató.
En ausencia del canciller francés Bernard Kouchner, el embajador francés encargado de promover el proyecto de Unión Mediterránea, Alain Le Roy, hizo una "presentación sucinta" del mismo, según los delegados.
Según sus explicaciones, "no se trata de un proyecto paralelo al proceso de Barcelona, sino uno que se articula con el de Barcelona", explicó el canciller portugués Luis Amado, anfitrión del encuentro de este martes.
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El Vocero Hispano - USA/07/11/2007
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