El propósito es aislarle y dañar su economía, pero el riesgo es un destino similar para los americanos
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por Hugo Dixon
por Hugo Dixon
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La decisión de América de imponer sanciones unilateralmente a Irán no es sólo una jugada diplomática sino también económica. El propósito es dejar a Irán aislado diplomáticamente y a su economía dañada. El riesgo es que Estados Unidos acabe sufriendo un destino similar.Hace cinco años, cuando América invadió Irak, tenía un dólar fuerte detrás y no había rivales globales reales. Esto le dio una gran libertad para actuar en todo el mundo con muy poco riesgo para sí misma.Pero esto ya no es así. Estados Unidos espera que su decisión de actuar solo tras meses de negociaciones estancadas de la Organización de Naciones Unidas alentarán a otros países, especialmente a China y a Rusia, a presionar a Irán para que desmantele sus instalaciones nucleares. Nadie quiere una guerra en Oriente Medio —ni un Irán con armas nucleares preparadas para ese caso.Pero, al igual que sucede en el póker, la credibilidad del jugador importa tanto como la fortaleza de las cartas que se tienen en la mano. Y aunque nadie duda del poderío militar americano, su credibilidad ha quedado dañada desde 2003, en parte debido a los errores cometidos en Irak.Hoy, el dólar es débil y se va a debilitar aún más, la economía estadounidense se está ralentizando y Estados Unidos se enfrenta a una intensa competencia por los recursos por parte de competidores globales cada vez más poderosos. Todos estos problemas exigen soluciones globales que no tienen nada que ver con la estrategia unilateral de América en la política exterior.En la esfera económica, los riesgos están claros. Si Estados Unidos sigue estando aislado, será más difícil lograr un reequilibrio de las divisas que permita a Estados Unidos reducir el déficit y mantener el crecimiento sin desatar la inflación. Desde luego, si va a la guerra, las consecuencias económicas son incalculables. Hay mucho en juego. ¿Pero es el presidente George Bush un buen jugador? (Simon Nixon)
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Microsoft
Cuando Microsoft desplegó Vista, su último sistema operativo, el pasado mes de enero, los consumidores y las empresas se sintieron abrumados con el programa. Las mejoras como el refuerzo de la seguridad mayor y una búsqueda más fácil eran buenas, pero no lo eran lo suficiente como para animar a los usuarios a deshacerse de sus ordenadores viejos. Paradójicamente, Microsoft está recogiendo ahora los frutos de sus pasados problemas —las ventas en gran parte del último trimestre han aumentado a su ritmo más rápido desde 1999.La baja demanda inicial de Vista puede haber perjudicado a Microsoft, pero afectó también a los fabricantes de PC y a los fabricantes de componentes para ordenadores. Invirtieron mucho, pensando que habría una demanda masiva de nuevos PC y el subsiguiente atasco ha hecho que los precios de elementos como los chips de memoria se desplomen.Pero estos descensos de los precios, unidos a la caída del dólar, han vuelto a la vida por fin las ventas de PCs. Y no sólo es que los PC sean más baratos, es que también llevan mucha más memoria debido a que los precios de los chips han caído, lo que hace que sea más fácil operar un programa voluminoso como Vista. Los precios de los componentes siguen siendo débiles y el dólar sigue cayendo, por lo que hay que esperar más subidas en el valor de Microsoft. (Robert Cyran)
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Resolution/Standard Life
Los fondos zombie están empezando a mirar hacia el animado sector de seguros. Clive Cowdery, el presidente de la aseguradora británica Resolution, y Hugh Osmond, el jefe de Pearl, pagaron una miseria por los seguros de vida cerrados cuando las aseguradoras escasas de capital se apresuraron a deshacerse de ellos hace cuatro años. La oferta potencial de 4.900 millones de libras esterlinas (unos 7.000 millones de euros) de Standard Life por Resolution hace que esta inversión parezca ahora bastante inteligente.Cowdery parece ser el que más ha ganado. Standard Life planea pagar una prima del 20% frente al valor incluido por una compañía que él construyó comprando activos con descuentos de hasta el 35%.Esto forjaría su reputación y su cuenta bancaria, dado que posee el 3% de Resolution. La oferta de Standard Life le reportaría más de 100 millones de libas en efectivo, además de 40 millones de libras en acciones y un asiento en el consejo.Pero Osmond también se beneficiaría, suponiendo que el interés de Standard Life no le hubiera empujado a elevar su propia oferta por Resolution, algo que ocurrió ayer tarde. Desde luego, el jefe de Pearl no realizaría su ambición de construir un gigante zombie marchándose. Pero realizaría una plusvalía de más de 90 millones de libras esterlinas sobre la participación del 16,5% en Resolution que empezó a construir en abril. Además, una operación generosa de Resolution aumentaría el valor de su negocio Pearl.Friends Provident, con el que Resolution había planeado unirse pero cuyos planes han naufragado por la irrupción de Standard Life, parece que saldría peor parado. Friends dio un paso hacia atrás antes de irse a la cama con Cowdery, negando que Resolution tuviera nada que ofrecer. El fracaso de la unión pondría de manifiesto el deseo de Friends de una operación, pero le falta un socio.Pero Standard Life también tiene algo de qué hablar. La perspectiva de una operación de Resolution invirtió una fuerte subida de sus acciones. Las acciones de Standard Life han caído un 10% desde que se conocieron las noticias de la operación en agosto, comparado con una subida del 3% experimentada por sus rivales europeos.Si estuviera simplemente al mismo nivel que sus homólogos, Standard Life valdría 900 millones de libras más. Puede que tenga que mostrar grandes sinergias de una operación de Resolution para conseguir que los inversores vuelvan a estar de su parte. (Mike Verdin)
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La Gaceta de los Negocios - Espsña/28/10/2007