La Comisión Europea aprobó el día 23 un proyecto de medidas orientadas a frenar el cambio climático y promover la utilización de energías renovables, elaborando, de esta manera, un plan de acciones concretas para cumplir con el acuerdo político que alcanzaron los líderes de diversos países de la Unión Europea (UE) en marzo pasado. Es también el plan global más ambicioso que la UE ha planteado sobre las cuestiones del clima y la energía. El nuevo proyecto aclara aún más la meta general que los líderes europeos establecieron en la cumbre de marzo pasado, a saber, la UE se compromete unilateralmente a reducir en un 20%, antes del año 2020, el volumen global de emisiones de gases de efecto invernadero sobre la base del volumen vigente en 1990, a la vez que elevará en un 20% la proporción que las energías renovables representan en el consumo general de energía. Además, se propone elevar hasta el 10% la significación que el combustible biológico representa en el consumo energético en el sector del transporte. Conforme a este nuevo proyecto, siempre que los demás países del mundo alcancen un nuevo convenio sobre el cambio climático, la UE elevará hasta el 30% la meta de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. El nuevo proyecto fundamenta sistemáticamente, en lo técnico y lo económico, la viabilidad de alcanzar las metas citadas, y plantea una serie de propuestas concretas a propósito de dichas políticas. En cuanto a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, el nuevo proyecto reclama, entre otros: modificar y perfeccionar el actual mecanismo de negociación del derecho a efectuar emisiones de gases de efecto invernadero de la Unión Europea, e incluir más gases en este mecanismo, además del bióxido carbónico, y a todos los sectores de emisión de gases industriales; reducir de año en año las cuotas de negociación de las emisiones de los diversos países miembros de la UE, y reducir en un 21% antes del año 2020 el volumen permisible de emisiones dentro del mecanismo de negociación sobre la base del nivel existente en el año 2005, y, además, reducir en un 10% el volumen de emisión de los sectores que no cubre el mecanismo de negociación, tales como la aviación, la construcción, los servicios, la agricultura, el tratamiento de residuos, entre otros. En cuanto a este último índice, el nuevo proyecto establece diferentes metas obligatorias desde el 20% negativo hasta el 20% positivo según las circunstancias concretas de los diversos países. Refiriéndose a la utilización de energías renovables, el nuevo proyecto reclama elevar, en los próximos 12 años, la importancia que la energía renovable ocupa en el volumen global del consumo energético, pasando del 8% al 11,5%. Además, el nuevo proyecto sugiere subastar a partir del año 2013 todas las cuotas de emisión de gases de efecto invernadero de los departamentos de producción energética, que constituyen las principales fuentes de emisión. Los ingresos obtenidos de esta subasta se asignarán al financiamiento de obras de protección medioambiental y nuevas tecnologías energéticas en los países en vías de desarrollo. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, calificó el proyecto de medidas recién aprobado como el "proyecto 2020/2020", esto es: alcanzar en el año 2020 las dos metas del 20%. Enfatizó también que la lucha contra el cambio climático constituye una "prueba política fundamental" para los gestores políticos del tiempo que vivimos. La UE es responsable de ofrecer un marco de políticas correctas para convertir económicamente Europa en un ejemplo de buen medio ambiente, y seguirá desempeñando su rol de vanguardia en los esfuerzos por enfrentarse al cambio climático del globo. Observando el procedimiento establecido, el nuevo proyecto debe ser aprobado por el parlamento europeo y los diversos países miembros de la Unión Europea. Según las previsiones, este proceso augura no pocas tensiones. Barroso reconoció que serán duras y cumplicadas las negociaciones sobre el nuevo proyecto, pero señaló a la vez que "no transigirá de ninguna manera", porque ante la apremiante demanda de la UE para enfrentarse a los desafíos del cambio climático y energético, "tenemos el mejor proyecto sustentado en una reflexión a fondo que no admite vacilaciones."(CRI)
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