Un voluntario recoge chapapote
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LUXEMBURGO - A pesar de las grandes catástrofes ecológicas de los últimos años como el naufragio de los petroleros 'Erika' en 1999 y 'Prestige' en 2002, los países europeos se resistieron este lunes a endurecer las reglas del transporte marítimo, empezando por sus propias flotas.
Los ministros de Transporte de los 27 países europeos tuvieron una última discusión este lunes por la tarde en Luxemburgo sobre la idea de imponer a sus flotas un respeto obligatorio de las reglas de navegación internacionales, que no prosperó por la oposición de una mayoría de Estado miembros.
El comisario europeo de Transporte, Jacques Barrot, fustigó las reticencias de la mayoría de los países europeos, advirtiéndoles de que la opinión pública les exigirá respuestas en caso de catástrofe. "¿Es necesario esperar catástrofes marítimas para actuar?", preguntó Barrot a los ministros reunidos en Luxemburgo.
Algunos Estados de la Unión Europea (Grecia, Malta y Chipre) inscriben en sus registros nacionales numerosos navíos que llevan su pabellón pero escapan a su control. Estos famosos 'pabellones de conveniencia', que navegan en los mares de todo el mundo, no siempre siguen las reglas internacionales de seguridad, además de tener a veces tripulaciones poco calificadas y de bajo costo.
Por ello, la Comisión Europea, en guerra contra los 'barcos-basura' y la falta de transparencia jurídica del transporte marítimo mundial, quiere poner orden en las flotas de la UE. En ese marco, Barrot instó a todos los países europeos a ratificar las convenciones de la Organización Marítima Internacional (OMI) y a respetar las obligaciones de los Estados sobre su pabellón.
Barrot quiere además volver obligatorias ciertas recomendaciones facultativas de la OMI, órgano de la ONU con sede en Londres, por ejemplo la opción de someter su pabellón a una "auditoría" de calidad. "El nivel de seguridad efectiva y la prevención de la contaminación provocada por los navíos varía en forma considerable de un Estado europeo a otro", criticó la Comisión Europea.
Ese texto forma parte de un nuevo conjunto de medidas sobre la seguridad marítima, bautizado 'Erika III' y compuesto por siete proyectos de legislación europea, de los cuales dos fueron rechazados. Si Barrot había obtenido el apoyo en primera lectura del Europarlamento, no logró en cambio vencer las reticencias de los gobiernos en un sector tradicionalmente sometido a pocas obligaciones.
Al final de quince reuniones preparatorias, sólo cuatro países (Francia, Italia, Bélgica y Bulgaria) querían que los navíos con pabellón europeo fueran forzados a respetar todas la reglas marítimas internacionales.
Por su parte, España, que sufrió la catástrofe del 'Prestige' en las costas gallegas en 2002 con el vertido de 77.000 toneladas de petróleo, preferiría someterse a las reglas de la OMI, que permite a sus miembros elegir "a la carta" las medidas a adoptar. El ministro de Transportes esloveno, Radovan Zerjav, cuyo país ejerce la presidencia de la UE, indicó que se concentraría en los cinco proyectos menos polémicos para tratar de lograr su adopción.
Los ministros de Transporte de los 27 países europeos tuvieron una última discusión este lunes por la tarde en Luxemburgo sobre la idea de imponer a sus flotas un respeto obligatorio de las reglas de navegación internacionales, que no prosperó por la oposición de una mayoría de Estado miembros.
El comisario europeo de Transporte, Jacques Barrot, fustigó las reticencias de la mayoría de los países europeos, advirtiéndoles de que la opinión pública les exigirá respuestas en caso de catástrofe. "¿Es necesario esperar catástrofes marítimas para actuar?", preguntó Barrot a los ministros reunidos en Luxemburgo.
Algunos Estados de la Unión Europea (Grecia, Malta y Chipre) inscriben en sus registros nacionales numerosos navíos que llevan su pabellón pero escapan a su control. Estos famosos 'pabellones de conveniencia', que navegan en los mares de todo el mundo, no siempre siguen las reglas internacionales de seguridad, además de tener a veces tripulaciones poco calificadas y de bajo costo.
Por ello, la Comisión Europea, en guerra contra los 'barcos-basura' y la falta de transparencia jurídica del transporte marítimo mundial, quiere poner orden en las flotas de la UE. En ese marco, Barrot instó a todos los países europeos a ratificar las convenciones de la Organización Marítima Internacional (OMI) y a respetar las obligaciones de los Estados sobre su pabellón.
Barrot quiere además volver obligatorias ciertas recomendaciones facultativas de la OMI, órgano de la ONU con sede en Londres, por ejemplo la opción de someter su pabellón a una "auditoría" de calidad. "El nivel de seguridad efectiva y la prevención de la contaminación provocada por los navíos varía en forma considerable de un Estado europeo a otro", criticó la Comisión Europea.
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Al final de quince reuniones preparatorias, sólo cuatro países (Francia, Italia, Bélgica y Bulgaria) querían que los navíos con pabellón europeo fueran forzados a respetar todas la reglas marítimas internacionales.
Por su parte, España, que sufrió la catástrofe del 'Prestige' en las costas gallegas en 2002 con el vertido de 77.000 toneladas de petróleo, preferiría someterse a las reglas de la OMI, que permite a sus miembros elegir "a la carta" las medidas a adoptar. El ministro de Transportes esloveno, Radovan Zerjav, cuyo país ejerce la presidencia de la UE, indicó que se concentraría en los cinco proyectos menos polémicos para tratar de lograr su adopción.
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AFP/08/04/2008
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