24/7/08

24 de julio de 1783: Nace Simón Bolívar

Caracas - La humanidad entera, pero con énfasis particular la América del Sur, celebra este día uno de sus acontecimientos estelares: el nacimiento en Caracas, el 24 de julio de 1783, de Simón Bolívar, a quien la historia universal considera como uno de sus héroes esenciales y quien, elevado a la altura fundamental de su carrera militar por los triunfos esenciales, pudo consolidar la libertad política de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Panamá y Bolivia, para permitir a millones de hombres y mujeres avanzar por vías liberadas y propias a la consolidación plena de su destino.
Esta es una de las efemérides del hombre, del ser humano, ecuménico, inmortal, plenamente justificada y necesaria, el mundo y América esencialmente, son la patria de Bolívar porque él siempre consideró al continente como una creación propia, porque trabajó en la América del Sur y la fue tallando con la espada como cincel y la ideología de la libertad como martillo, porque rompió las cadenas que ataban a la raza y sembró, hondas y vibrantes, ideas, conceptos, instituciones, leyes por todo el mapa de la América Latina, con lo cual logró llevar desde las playas de Cumaná muy al norte hasta las heladas altiplanicies de Bolivia, muy al sur, la libertad que como un elemento esencial permitió desarrollar seis nacionalidades libres y soberanas.
A la Nueva Granada le restituyó el nombre olvidado del descubridor que debería tener todo el continente, a Bolivia le legó su nombre y a Ecuador le respetó su pasado luminoso, dio a Perú la certidumbre de un cierto destino y a Venezuela, gracias a su talento y obra, le restituyó, después de que cayó en manos de los canarios cuando fracasó la Primera República, su antiguo esplendor y grandeza.
Demostró en muchas ocasiones que era un estadista brillante y deslumbró con su pluma y con su oratoria y en las lides parlamentarias puso en evidencia que era un audaz legislador y un pensador político y social que retó, con especial énfasis en concepciones revolucionarias y adecuadas al destino de estas naciones, a su tiempo y a los tiempos dejando sólidos documentos que, saliendo del cascarón de aquellos años coloniales, se ha proyectado intensamente en nuestros días como base ideológica de la Revolución emancipadora suramericana.
Por eso, cada 24 de julio, particularmente a principios de siglo, su fuerza y su significación sigue convocando muchedumbres deseosas de conocerlo, de admitirlo, de sentirlo como un ser sin cuyo concurso o presencia, sería imposible trazar los términos de la historia venezolana y más de la mitad geográfica de la América del Sur.
En Caracas, el lugar donde nació, nos sentimos integrados a su sombra tutelar. Él es el resumen de nuestras esperanzas y nuestra verdad más concreta. Es el Hijo genial de Venezuela y de todos los sueños en los cuales llevó la libertad; es el guerrero afortunado y emotivo que supo interpretar, a cabalidad, cada uno de los paisajes, de los hombres, de los pueblos de América Latina para darles, con la libertad y la autodeterminación, la majestad de naciones libres.
Simón Bolívar es el constructor político que levantaba estados y edificaba regímenes republicanos, pero a la vez, es el legislador que dicta leyes o constituciones y que convoca a los pueblos para que, en Panamá, fijaran los pactos que definieran su destino. Es el estadista que presidía repúblicas inmensas cada vez que podía apearse de su caballo de Guerra.
Criollo, venezolano, aristocrático, vasco español, americano, caraqueño, educado en las fuentes clásicas de los enciclopedistas, buen discípulo de Rousseau, camarada de Humboldt, subalterno de Miranda, pero en su esencia Bolívar es América, apóstol de su unidad y significación de esperanza del universo.
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Diario el Tiempo - Venezuela/24/07/2008

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