EL PAIS › CRISTINA KIRCHNER, LULA Y CHAVEZ VOLVIERON A DARLE IMPULSO AL EJE “CARACAS-BRASILIA-BUENOS AIRES”
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Los tres presidentes se encontraron en Buenos Aires para una minicumbre en la que volvieron a hablar de varios proyectos en común. Cristina Kirchner y Lula también se reunieron en la Rosada e inauguraron un megaencuentro de empresarios.
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Los tres presidentes se encontraron en Buenos Aires para una minicumbre en la que volvieron a hablar de varios proyectos en común. Cristina Kirchner y Lula también se reunieron en la Rosada e inauguraron un megaencuentro de empresarios.
Inácio Lula da Silva, Cristina Kirchner y Hugo Chávez ya quedaron para verse de nuevo dentro de un mes.
Imagen: DYN
Imagen: DYN
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Por Fernando Cibeira
Por Fernando Cibeira
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Cristina Fernández de Kirchner, Luiz Inácio Lula da Silva y Hugo Chávez tuvieron una minicumbre ayer en el Palacio San Martín para darle continuidad a lo que el venezolano definió como “el eje Caracas-Brasilia-Buenos Aires” y añadieron puntos a su agenda que buscarán definir el mes que viene cuando se encuentren de nuevo, esta vez en Pernambuco, Brasil. Chávez, permanente generador de iniciativas “sureñas”, habló de reflotar el Gasoducto del Sur, también de tirar las líneas de un Ferrocarril del Sur y hasta hubo quien mencionó una posible Aerolínea del Sur, ahora que Aerolíneas Argentinas volvió a manos del Estado. Antes, Cristina Kirchner y Lula habían inaugurado un megaencuentro empresarial y se reunieron junto a un importante equipo de ministros en la Casa Rosada. Allí limaron las asperezas surgidas durante las fracasadas negociaciones de la OMC en Ginebra. “La Ronda de Doha fue una gran lección”, reconocieron los brasileños (ver aparte). Más allá de lo concreto que se llegó a tratar en cada reunión, también quedó el apoyo político que sus dos principales colegas en la región le brindaron con este viaje relámpago a la presidenta argentina luego del conflicto agropecuario.
El formato de encuentros “trilaterales” fue iniciado durante la reciente Cumbre del Mercosur, en Tucumán, ayer tuvo su segundo capítulo y ya se anunció el tercero. Podría considerarse a los tres presidentes como la “mesa chica” del Mercosur, sin la concurrencia de los países de menor volumen, Paraguay y Uruguay, que últimamente sólo han expresado quejas respecto al funcionamiento del bloque.
En los días previos, desde la diplomacia brasileña habían dejado trascender un supuesto malestar de Lula porque Cristina Kirchner había sumado a Chávez en lo que pretendía mostrar como una visita histórica de un presidente brasileño a la Argentina, con una comitiva de 300 empresarios que en varios pasajes de la jornada fue calificada como “histórica”. Recordaban que semanas atrás Chávez también apareció a último momento en una visita de Lula a Bolivia. Pero si el brasileño estaba molesto no lo demostró. Es más, Chávez contó que Lula le había traído tres camisas de regalo. Una, obviamente, roja.
Los tres presidentes se reunieron en un salón del Palacio San Martín, luego del almuerzo que encabezaron Cristina Kirchner y Lula con funcionarios, diplomáticos y empresarios. Chávez había adelantado su viaje para llegar a tiempo. Luego de 50 minutos de reunión, Lula fue el primero en salir hacia el aeropuerto. Esta semana tiene previsto un larguísimo viaje a China para presenciar la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos. Cristina Kirchner salió poniéndose el abrigo e indicándole al canciller Jorge Taiana quiénes viajarían junto a ella en el helicóptero que la trasladaría al acto en Almirante Brown. Chávez fue el último en aparecer y, como es habitual, quien se mostró más entusiasta.
En una libretita tenía anotados los puntos principales que habían conversado. Bastaba ver, comenzó explicando a los periodistas, el mapa de América del Sur para entender la importancia del eje Caracas-Brasilia-Buenos Aires. “Es la geografía, yo estudio la geopolítica”, sostuvo. Reiteró la trascendencia de las reservas energéticas de Venezuela, las de petróleo que encontraron en Brasil y el potencial agroalimenticio de la Argentina. “Somos tres países que nos complementamos de manera espectacular”, concluyó.
El venezolano desgranó sus propuestas, viejas y nuevas, que el trío debatirá. “Propuse volver a colocar en la agenda la idea del Gasoducto del Sur, creo que es momento de retormarlo”, contó. Reinvindicó la herramienta del Banco del Sur y hasta imaginó un tren sudamericano. “¿Ustedes conocen Europa? Allí uno puede tomar un tren en Lisboa y bajarse en Moscú. Llegaría el día en que tú te montes en un ferrocarril aquí en Buenos Aires y te bajes en Caracas”, se esperanzó.
“Empresas estatales o triestatales”, explicó. Esas nuevas empresas se crearían en el área de químicos y petróleo, donde países de la región tiene necesidades –como el caso argentino– que sus socios podrían abastecer. Entre quienes hablaron de que incluso se podría discutir el lanzamiento de una aerolínea del Sur estuvo la embajador argentina en Venezuela, Alicia Castro, ex gremialista del sindicato de las azafatas.
Chávez también reveló que los tres presidentes coincidieron en la necesidad de darle sentido estratégico a la alianza de los países. Para Lula es una “doctrina”, para Cristina “el relato”. Para eso convocarán a un grupo de intelectuales para que elaboren lo que Chávez consideró la “teoría sudamericana”.
En la concreción de estas posibilidades trabajarán los tres presidentes cuando vuelvan a encontrarse el 6 de septiembre en Pernambuco. Cristina Kirchner ya tenía una cita con Lula –pasarían juntos el 7 de septiembre, que es fecha patria en Brasil–, a la que ahora se sumó de nuevo Chávez únicamente para una nueva minicumbre de la “mesa chica” del Mercosur que pronto dará que hablar.
Cristina Fernández de Kirchner, Luiz Inácio Lula da Silva y Hugo Chávez tuvieron una minicumbre ayer en el Palacio San Martín para darle continuidad a lo que el venezolano definió como “el eje Caracas-Brasilia-Buenos Aires” y añadieron puntos a su agenda que buscarán definir el mes que viene cuando se encuentren de nuevo, esta vez en Pernambuco, Brasil. Chávez, permanente generador de iniciativas “sureñas”, habló de reflotar el Gasoducto del Sur, también de tirar las líneas de un Ferrocarril del Sur y hasta hubo quien mencionó una posible Aerolínea del Sur, ahora que Aerolíneas Argentinas volvió a manos del Estado. Antes, Cristina Kirchner y Lula habían inaugurado un megaencuentro empresarial y se reunieron junto a un importante equipo de ministros en la Casa Rosada. Allí limaron las asperezas surgidas durante las fracasadas negociaciones de la OMC en Ginebra. “La Ronda de Doha fue una gran lección”, reconocieron los brasileños (ver aparte). Más allá de lo concreto que se llegó a tratar en cada reunión, también quedó el apoyo político que sus dos principales colegas en la región le brindaron con este viaje relámpago a la presidenta argentina luego del conflicto agropecuario.
El formato de encuentros “trilaterales” fue iniciado durante la reciente Cumbre del Mercosur, en Tucumán, ayer tuvo su segundo capítulo y ya se anunció el tercero. Podría considerarse a los tres presidentes como la “mesa chica” del Mercosur, sin la concurrencia de los países de menor volumen, Paraguay y Uruguay, que últimamente sólo han expresado quejas respecto al funcionamiento del bloque.
En los días previos, desde la diplomacia brasileña habían dejado trascender un supuesto malestar de Lula porque Cristina Kirchner había sumado a Chávez en lo que pretendía mostrar como una visita histórica de un presidente brasileño a la Argentina, con una comitiva de 300 empresarios que en varios pasajes de la jornada fue calificada como “histórica”. Recordaban que semanas atrás Chávez también apareció a último momento en una visita de Lula a Bolivia. Pero si el brasileño estaba molesto no lo demostró. Es más, Chávez contó que Lula le había traído tres camisas de regalo. Una, obviamente, roja.
Los tres presidentes se reunieron en un salón del Palacio San Martín, luego del almuerzo que encabezaron Cristina Kirchner y Lula con funcionarios, diplomáticos y empresarios. Chávez había adelantado su viaje para llegar a tiempo. Luego de 50 minutos de reunión, Lula fue el primero en salir hacia el aeropuerto. Esta semana tiene previsto un larguísimo viaje a China para presenciar la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos. Cristina Kirchner salió poniéndose el abrigo e indicándole al canciller Jorge Taiana quiénes viajarían junto a ella en el helicóptero que la trasladaría al acto en Almirante Brown. Chávez fue el último en aparecer y, como es habitual, quien se mostró más entusiasta.
En una libretita tenía anotados los puntos principales que habían conversado. Bastaba ver, comenzó explicando a los periodistas, el mapa de América del Sur para entender la importancia del eje Caracas-Brasilia-Buenos Aires. “Es la geografía, yo estudio la geopolítica”, sostuvo. Reiteró la trascendencia de las reservas energéticas de Venezuela, las de petróleo que encontraron en Brasil y el potencial agroalimenticio de la Argentina. “Somos tres países que nos complementamos de manera espectacular”, concluyó.
El venezolano desgranó sus propuestas, viejas y nuevas, que el trío debatirá. “Propuse volver a colocar en la agenda la idea del Gasoducto del Sur, creo que es momento de retormarlo”, contó. Reinvindicó la herramienta del Banco del Sur y hasta imaginó un tren sudamericano. “¿Ustedes conocen Europa? Allí uno puede tomar un tren en Lisboa y bajarse en Moscú. Llegaría el día en que tú te montes en un ferrocarril aquí en Buenos Aires y te bajes en Caracas”, se esperanzó.
“Empresas estatales o triestatales”, explicó. Esas nuevas empresas se crearían en el área de químicos y petróleo, donde países de la región tiene necesidades –como el caso argentino– que sus socios podrían abastecer. Entre quienes hablaron de que incluso se podría discutir el lanzamiento de una aerolínea del Sur estuvo la embajador argentina en Venezuela, Alicia Castro, ex gremialista del sindicato de las azafatas.
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Página/12 Web - Argentina/05/08/2008
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