CUMBRE MUNDIAL
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Victoria Sofía Wilches.- El Gobierno español ha tratado “en todas las direcciones, con todo del mundo y a todos los niveles" de gestionar su participación en la próxima cumbre internacional para abordar el tema de la crisis financiera, y que se realizará el próximo 15 de noviembre de 2008 en la ciudad de Nueva York. Además de acudir a la casa blanca, el Presidente Zapatero, ha contactado con los candidatos a la presidencia de Estados Unidos con sus respectivos compañeros de formula, Barack Obama y John McCain, de los cuales uno será elegido el próximo 4 de noviembre.
Hasta ahora el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero no ha conversado con el presidente norteamericano, George W. Bush, pero se han asegurado de establecer todos los contactos en la embajada de EE.UU. en Madrid, en la embajada de España en Washington y en el congreso estadounidense para mediar la asistencia de Zapatero a la cumbre, según informaron fuentes del Ejecutivo.El Gobierno español confía en "saber mucho antes del 4 de noviembre que España va a estar ahí" y es por esto que estableció relaciones con los candidatos a la presidencia de Estados Unidos.El papel de España en la cumbre tendría lugar al diseñar la propuesta de nuevo orden financiero mundial, objetivo que el Gobierno español ha priorizado.Hasta ahora Zapatero ha conseguido el respaldo del primer ministro británico, Gordon Brown, apoyo que se dio a lugar la pasada semana en el Consejo Europeo en Bruselas, donde se propuso la cumbre mundial. A esta iniciativa también se ha sumado el presidente temporal de la UE, y primer mandatario de Francia, Nicolás Sarkozy, quién después de excluir a España de la cumbre, manifestó su interés y total acuerdo en la participación del Gobierno de Zapatero en la cumbre, comprometiéndose a mediar la posición en Nueva York, ante Washington, y también el apoyo del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso,A nivel nacional, España cuenta con el apoyo del líder del PP, Mariano Rajoy, al igual que el del secretario general de la CCOO, José María Fidalgo. Rajoy ha dicho que en la participación de España en la cumbre se "juega el prestigio del país" y que sería "muy mala noticia para España" no asistir. Rajoy ha invitado al Gobierno a aprovechar las influencias que el PP podría brindar de ayuda. Mientras, Fidalgo defendió la asistencia a la cumbre argumentando que España tiene mucho que decir como el país que más ha crecido en la UE" ya que tiene el sistema financiero "posiblemente más estable", teniendo garantías suficientes para hacer un gran aporte a la reforma.El Gobierno ha defendido a toda costa que la petición de participación de España es "legítima" y para nada “caprichosa” por tratarse de la octava potencia económica mundial y por la solidez que caracteriza su sistema financiero, que se evidencia en la resistencia que ha presentado ante la crisis económica mundial.Aún así, Bush sólo ha convocado formalmente a la conferencia a los países del G8 (Reino Unido, EE UU, Francia, Alemania, Italia, Canadá, Japón y Rusia) y los países en vía de desarrollo (Argentina, Brasil, México, China, India, Indonesia, Corea del sur, Australia, Arabia Saudí, Sudáfrica y Turquía) quienes a su vez conforman el llamado G20, ante esta convocatoria el Gobierno español ha exigido flexibilidad, ya que consideran el anterior director un poco obsoleto. Mientras se resuelve la situación, España tiene a su favor un PIB igual al de Canadá.
Hasta ahora el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero no ha conversado con el presidente norteamericano, George W. Bush, pero se han asegurado de establecer todos los contactos en la embajada de EE.UU. en Madrid, en la embajada de España en Washington y en el congreso estadounidense para mediar la asistencia de Zapatero a la cumbre, según informaron fuentes del Ejecutivo.El Gobierno español confía en "saber mucho antes del 4 de noviembre que España va a estar ahí" y es por esto que estableció relaciones con los candidatos a la presidencia de Estados Unidos.El papel de España en la cumbre tendría lugar al diseñar la propuesta de nuevo orden financiero mundial, objetivo que el Gobierno español ha priorizado.Hasta ahora Zapatero ha conseguido el respaldo del primer ministro británico, Gordon Brown, apoyo que se dio a lugar la pasada semana en el Consejo Europeo en Bruselas, donde se propuso la cumbre mundial. A esta iniciativa también se ha sumado el presidente temporal de la UE, y primer mandatario de Francia, Nicolás Sarkozy, quién después de excluir a España de la cumbre, manifestó su interés y total acuerdo en la participación del Gobierno de Zapatero en la cumbre, comprometiéndose a mediar la posición en Nueva York, ante Washington, y también el apoyo del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso,A nivel nacional, España cuenta con el apoyo del líder del PP, Mariano Rajoy, al igual que el del secretario general de la CCOO, José María Fidalgo. Rajoy ha dicho que en la participación de España en la cumbre se "juega el prestigio del país" y que sería "muy mala noticia para España" no asistir. Rajoy ha invitado al Gobierno a aprovechar las influencias que el PP podría brindar de ayuda. Mientras, Fidalgo defendió la asistencia a la cumbre argumentando que España tiene mucho que decir como el país que más ha crecido en la UE" ya que tiene el sistema financiero "posiblemente más estable", teniendo garantías suficientes para hacer un gran aporte a la reforma.El Gobierno ha defendido a toda costa que la petición de participación de España es "legítima" y para nada “caprichosa” por tratarse de la octava potencia económica mundial y por la solidez que caracteriza su sistema financiero, que se evidencia en la resistencia que ha presentado ante la crisis económica mundial.Aún así, Bush sólo ha convocado formalmente a la conferencia a los países del G8 (Reino Unido, EE UU, Francia, Alemania, Italia, Canadá, Japón y Rusia) y los países en vía de desarrollo (Argentina, Brasil, México, China, India, Indonesia, Corea del sur, Australia, Arabia Saudí, Sudáfrica y Turquía) quienes a su vez conforman el llamado G20, ante esta convocatoria el Gobierno español ha exigido flexibilidad, ya que consideran el anterior director un poco obsoleto. Mientras se resuelve la situación, España tiene a su favor un PIB igual al de Canadá.
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La Semana - Epaña/23/10/2008
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