3/4/09

NUEVO ORDEN, ¿ESTAS AHI?

LA DECLARACION FINAL DE LA CUMBRE DEL G-20 EN LONDRES FUE CONTUNDENTE RESPECTO DE FIJAR NUEVAS REGLAS DE FUNCIONAMIENTO DEL CAPITALISMO GLOBAL
El G-20 dio “por muerto el Consenso de Washington” y destinó 1,1 billón de dólares para reactivar la economía y el comercio mundiales.
Las dudas se concentran en ver cómo se plasma la declaración en medidas concretas
La foto tradicional de toda cumbre con todos los protagonistas en el estrado. “Un nuevo orden mundial está emergiendo”, señaló Gordon Brown.

El contrato está firmado y falta leer la letra chica
Las iniciativas acordadas entre las potencias mundiales, las emergentes y los representantes de los países en desarrollo constituyen la aspiración de enterrar el Consenso de Washington. Ahora falta esperar que las intenciones se traduzcan en medidas concretas.

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Por David Cufré
Desde Londres
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Un nuevo orden mundial está emergiendo. El Consenso de Washington está muerto. Estamos frente a un giro histórico. El secreto bancario es cosa del pasado. Ya no habrá recompensas a los que fracasan. Cada una de esas frases fue pronunciada ayer por el primer ministro inglés, Gordon Brown, y por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, como conclusión de una reunión histórica del Grupo de los 20. La declaración final de la cumbre aspira a ser tan contundente como la crisis económica que la motivó. Su tono fue saludado con entusiasmo por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien se congració de que ahora sean los líderes mundiales quienes arremetan contra las bases del neoliberalismo, al menos desde el discurso. “Ahora todo esto se tiene que implementar”, advirtió la mandataria argentina . Las promesas son significativas: habrá 1,1 billón de dólares para reactivar las economías y el comercio internacional, el dinero se canalizará a través del FMI y otros organismos, esas instituciones –sobre todo el Fondo– serán sometidas a un proceso de reforma para “resolver sus estigmas”, el FMI deberá vender sus reservas en oro para ayudar a los países más pobres, se desplegará un nuevo marco de regulaciones sobre el sistema financiero, eso incluye la imposición de reglas a las calificadoras de riesgo, a los fondos de inversión y sobre los sueldos y primas de los banqueros, se “combatirá” a los paraísos fiscales y habrá sanciones a quienes no colaboren con la transparencia fiscal, se creará un nuevo órgano de control de los mercados y se buscará reflotar la Ronda de Doha para flexibilizar el comercio internacional.

Repasar el listado de medidas y compararlas con lo que había resuelto la anterior cumbre del G-20 en Washington, a mediados de noviembre pasado, muestra cuánto cambiaron las cosas entre un momento y otro. El contraste es notorio. El anterior encuentro de presidentes de las grandes potencias y de las economías emergentes se hizo sobre el final del mandato de George Bush, un defensor a ultranza del neoliberalismo, y sin la participación del ya electo Barack Obama. Los países europeos tampoco lucieron muy convencidos de avanzar decididamente en varios temas y lo que salió fue una declaración que reconocía que se estaba frente a una crisis grave, que había cuestiones del funcionamiento de los mercados a corregir, pero no se incluían medidas concretas ni se evidenciaba la urgencia que aparece ahora. Bush cerraba el encuentro diciendo que no abandonaba la filosofía del libre mercado.

Ayer Obama sentenció que el resultado del cónclave del G-20 en esta ciudad marca “un giro histórico”. Brown, encargado esta vez de concluir las sesiones, dijo aquello de que terminó el Consenso de Wa-shington, en referencia a los principios que marcaron la era neoliberal, y que un nuevo orden mundial está emergiendo. Entre una cumbre y otra hubo un cambio político de primer orden, por la asunción del presidente del Partido Demócrata en Estados Unidos, y al mismo tiempo se produjo un deterioro de tal magnitud de las variables económicas que hoy son mayoría quienes temen que si no se le pone un piso a la caída, la crisis puede alcanzar profundidades de depresión. En las sesiones preparatorias a esta cumbre, economistas y banqueros centrales de distintos países del G-20 advirtieron en forma reservada que este año existían riesgos ciertos de caer en una fase de depresión económica y que la salida podría demorarse varios años. Sobre Estados Unidos se dijo que no era descabellado pensar que pudiera ocurrirle lo mismo que le pasó a Japón, que estuvo diez años estancado. Estados Unidos representa el 25 por ciento del PIB mundial y el impacto de su crisis se traslada a todo el mundo.

El temor a que la crisis se vaya de las manos se pudo ver ayer en los rostros de los presidentes de las principales potencias. También exhibieron otra disposición a escuchar, al punto que aceptaron borrar de la declaración final de la cumbre la palabra “flexibilización” que figuraba en el capítulo laboral. Lo hicieron por el pedido de Lula da Silva y Cristina Fernández de Kirchner. Aunque Estados Unidos e Inglaterra, de un lado, Alemania y Francia, del otro, pulsearon muy fuerte en la previa a la cumbre, finalmente los gobiernos hicieron un esfuerzo por transmitir un mensaje claro y categórico. Las conclusiones pueden dividirse en tres grandes ejes:

1. Las medidas para reestablecer el crecimiento.

2. La reforma de organismos financieros y la regulación de mercados.

3. El compromiso de apuntalar el comercio internacional.

Primero lo urgente
“Enfrentamos el más grande desafío para la economía mundial en tiempos modernos”, dice la primera línea del documento del G-20. “Una crisis global requiere soluciones globales”, agrega. La primera misión, entonces, es dar respuesta a la debacle económica. Para ello, los presidentes de las principales potencias –Estados Unidos, Japón, Alemania, Inglaterra, Francia, Italia y Canadá– y de los países emergentes –Argentina, Arabia Saudita, Australia, Brasil, Corea del Sur, China, India, Indonesia, México, Rusia, Su-dáfrica y Turquía, más los representantes de la Unión Europea como bloque–, aprobaron una inyección de fondos públicos por 1,1 billón de dólares. Es el anuncio más concreto de la cumbre para parar la crisis.

El dinero se canalizará a través del Fondo Monetario y otros organismos. Los recursos del FMI se triplicarán, hasta llegar a 750.000 millones de dólares: 250.000 millones serán desembolsados “de inmediato” por miembros de la institución y otros 250.000 millones se integrarán en la medida en que las necesidades de financiamiento de los países socios lo vayan requiriendo. Además, habrá una emisión de Derechos Especiales de Giro (DEG) por 250.000 millones adicionales. Los DEG son la unidad de cuenta del FMI, armada en base a una canasta de monedas que incluye al dólar, el yen, el euro y la libra. Al aumentar la cantidad de DEG, los países socios del FMI verán que el valor de sus cuotas en el organismo crece. Es una forma de transferencia automática de recursos hacia las naciones que lo integran. La Argentina lo venía reclamando con insistencia y la medida anunciada representa entre 2500 y 3000 millones de dólares adicionales para las reservas del Banco Central, que es el que contabiliza la tenencia de DEG.

A ese paquete de recursos se agregan 250.000 millones para aceitar el comercio mundial a través del financiamiento de exportaciones. Uno de los efectos más demoledores de propagación de la crisis es el derrumbe inédito en los niveles de comercio. “El intercambio comercial está cayendo por primera vez en 25 años”, detalla el G-20 para explicar la razón de esta medida.

Otros 100.000 millones de dólares irán a capitalizar al Banco Mundial, el BID y a otras entidades de desarrollo multilaterales. Esta era también una de las banderas que el gobierno argentino había traído a la cumbre, ya que ve mayores posibilidades de acceder a las líneas de financiamiento de esos organismos que a las del FMI, cuya reforma no se resolverá en el corto plazo. Finalmente, se aprobó que el Fondo venda sus reservas en oro para hacerse de un capital que pueda destinar a los países más pobres a través de créditos muy flexibles. Serán alrededor de 6000 millones de dólares que debería desembolsar “en dos o tres años”. El G-20 le pone plazo a la medida: le “sugiere” que tenga todo listo para aprobarlo en la próxima “reunión de primavera” (en Washington) del organismo.

Más allá de esas acciones coordinadas, el estímulo fiscal de los miembros del G-20 a sus economías alcanzará hasta fines de 2010 un total de 5 billones de dólares, lo cual tendrá un impacto sobre el crecimiento de 4 puntos, de acuerdo con los cálculos que figuran en el documento. La mayor parte de ese dinero será volcado por las grandes potencias, pero las políticas de expansión fiscal son ahora la recomendación para todos los países, lo cual marca un cambio claro respecto a los “consejos” que recibía la Argentina cuando cayó en la crisis de 2001.

La regulación
“Las fallas en las regulaciones y supervisión del sector financiero fueron fundamentalmente las causas (que llevaron) a la crisis”, reconoce el G-20. Y dice todavía más: “Las regulaciones y la supervisión protegen a los consumidores y a los inversores”. Son declaraciones que marcan una bisagra respecto de la etapa del discurso único neoliberal. En lo concreto, los gobiernos acordaron crear un Consejo de Estabilidad Financiera (FSB, por sus siglas en inglés), integrado por los países del G-20 más la Unión Europea y las naciones que participaban del Foro de Estabilidad Financiera (FSF). Este cuerpo ampliado tendrá la misión de diseñar junto al FMI mecanismos de regulación de los mercados y alertar a los gobiernos frente a riesgos de crisis financieras.

“Las regulaciones se extenderán a todas las instituciones, todos los instrumentos y todos los mercados. Se incluirá, por primera vez, un control sistemático sobre los fondos de inversión”, establece el G-20. El FSF deberá prevenir que no haya un apalancamiento excesivo que pueda poner en riesgo el funcionamiento de la economía, como ocurrió esta vez en Estados Unidos y otros países. “La regulación alcanzará a las agencias calificadoras de riesgo, particularmente para prevenir inaceptables conflictos de intereses”, ordena. Argentina celebró este punto en particular, dado que las calificadoras castigaron con malas notas al país los últimos años, pese al alto crecimiento económico.

Otro punto es que los organismos de control se meterán con los bolsillos de los banqueros. Habrá regulaciones específicas sobre salarios y beneficios. Este punto surgió a partir del escándalo de los bonus que se asignaron altos ejecutivos de AIG y el Citibank, entre otros, pese a encontrarse en virtual situación de quiebra.

Pero la medida más rupturista con el modelo neoliberal es el combate a los paraísos fiscales. “La era del secreto bancario ha terminado”, embiste el documento. “Estamos listos para desplegar sanciones para proteger nuestras finanzas públicas y nuestros sistemas financieros”, advierte. En este caso, el G-20 se puso como plazo para avanzar en estas regulaciones la próxima reunión de ministros de Economía del grupo, en noviembre próximo. Además, la declaración señala que justo ayer la OCDE iba a publicar su listado de países que no colaboran con la transparencia fiscal, en base a la cual podrían empezar a aplicarse las sanciones (ver página 4). Los paraísos fiscales absorben cifras millonarias que desfinancian a los fiscos, además de ser refugio del lavado de dinero de actividades ilegales.

Por último, la oleada transformadora alcanzó al FMI. “Estamos determinados a reformar y modernizar las instituciones financieras internacionales para asegurar que puedan brindar asistencia a los países miembros. Reformaremos los mandatos y reflejaremos los cambios de la economía” por el avance de los países en desarrollo. “Tendrán más voz y representación, incluidos los más pobres”, promete. La reforma del FMI que estaba prevista para 2013 se adelanta a enero de 2011, mientras que la del Banco Mundial se ajusta a marzo de 2010.

Otro compromiso de fuerte impacto tanto real como simbólico es que Europa y Estados Unidos accedieron a dejar de lado una “tradición” por la cual el Viejo Continente designaba al director gerente del Fondo y Estados Unidos al presidente del Banco Mundial. De ahora en más, afirma el G-20, se los designará en función de los méritos personales de los postulantes, “en base a su capacidad y no a su origen”.

El comercio
Frente a la caída de las exportaciones, como se indicó más arriba, el G-20 resolvió inyectar 250.000 millones de dólares para financiar las operaciones de comercio exterior. El dinero circulará a través de organismos multilaterales y agencias de de-sarrollo. En este capítulo también se renueva el compromiso de los países de no tomar medidas proteccionistas –ya se había planteado en la Cumbre de Washington, con escaso cumplimiento– y se reflota la Ronda de Doha de la OMC. Si se lograran cerrar esas negociaciones, trabadas desde hace años por la negativa de las potencias a disminuir los subsidios al agro, mientras reclaman que los emergentes abran sus economías, el G-20 estima que podría haber un impulso al comercio de 150.000 millones de dólares por año.
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CHINA: Concluye cumbre de G-20 y promete 1,1 billones de USD para reactivar economía mundial

El presidente chino Hu Jintao (cuarto a la izquieda en la primera fila) y otros líderes y representantes participantes en la cumbre del G20 posan para tomar una foto de familia en Londres.

LONDRES, 2 abr (Xinhua) - Los líderes del Grupo de los 20 (G-20) acordaron hoy contribuir con 1,1 billones de dólares USA para restablecer el crédito, el crecimiento y los empleos en la economía mundial.
También prometieron fortalecer la supervisión y regulación financieras, en una declaración conjunta emitida luego de una sesión de un día a puertas cerradas.
"Las grandes fallas en el sector financiero y en la regulación financiera fueron causas fundamentales de la crisis", dijeron los líderes.
En la cumbre se acordó establecer una Comisión de Estabilidad Financiera con un mandato fortalecido para que sustituya al Foro de Estabilidad Financiera.
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LONDRES, 2 abr (Xinhua) - Los líderes de las naciones desarrolladas y en desarrollo que constituyen el Grupo de los 20 (G- 20) reiteraron hoy su compromiso de oponerse al proteccionismo e impulsar una conclusión ambiciosa de la Ronda de Doha de conversaciones mundiales de comercio.
"Fortalecer el comercio y la inversión mundiales es esencial para restablecer el crecimiento mundial. No repetiremos los errores históricos de proteccionismo de las eras previas", dijeron los líderes en una declaración conjunta después de su reunión cumbre de un día en Londres.
Cuando advirtieron que el comercio mundial está cayendo por primera vez en 25 años, los líderes dijeron que ampliarán hasta fines de 2010 su promesa asumida en Washington de no poner ninguna barrera nueva a la inversión o al comercio de productos y servicios.
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Ofrecerá G-20 fondos para crecimiento de países emergentes y en desarrollo
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LONDRES, 2 abr (Xinhua) - El G-20 acordó poner a disposición 850. 000 millones de dólares USA adicionales de recursos a través de instituciones financieras mundiales para apoyar el crecimiento de los países emergentes y en desarrollo, dice la declaración de los líderes del G-20 emitida hoy en Londres.
Esto podría ayudar a estos países a financiar el gasto financiero contracíclico, la recapitalización de los bancos, infraestructura, financiamiento para el comercio, apoyo a la balanza de pagos y apoyo social, porque ellos, que han sido el motor del reciente crecimiento mundial, también están enfrentando desafíos, dice la declaración.
En particular, los líderes del G-20 acordaron incrementar los recursos disponibles para el Fondo Monetario Internacional (FMI) a través del financiamiento inmediato de 250.000 millones de dólares de parte de los miembros, incorporado subsecuentemente en un Nuevo Acuerdo para Tomar Prestado ampliado y más flexible, incrementado en hasta 500.000 millones de dólares USA.
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LONDRES, 2 abr (Xinhua) - Los líderes asistentes a la cumbre del G-20 en Londres expresaron su determinación en sentar los cimientos para una economía mundial "justa y sustentable" y en hacer todo cuanto esté a su alcance par amitigar el efecto social de la crisis financiera, especialmente en los países más pobres.
En un comunicado emitido tras la importante reunión, los líderes del G-20 prometieron proveer un total de 500.000 millones de dólares para los estados de bajos ingresos.
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Comentarios:
El primer ministro del Reino Unido, Gordon Brown
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LONDRES, 2 abr (Xinhua) - El primer ministro del Reino Unido, Gordon Brown, dijo hoy que los resultados de la cumbre de Londres del Grupo de los 20 (G20) acortarán la actual recesión.
"No existen los remedios mágicos, pero con nuestras seis promesas de hoy podemos acortar la recesión y salvar empleos", dijo Brown en una conferencia de prensa ofrecida al término de la cumbre de un día de los líderes del G20.
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LONDRES, 2 abr (Xinhua) - El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo hoy que la cumbre del Grupo de los 20 (G-20) que concluyó hoy en Londres es "histórica" y constituye "un hito" porque se tomaron medidas sin precedentes y amplias para reactivar la economía mundial.
En una conferencia de prensa después de la reunión, Obama dijo que el G-20 ha hecho "esfuerzos enormes" para mejorar la regulación financiera, y agregó que el G-20 necesita "reformar los sistemas reguladores fallidos y debe poner fin a la economía de burbuja y quiebra".

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Xinhua - China/03/04/2009

Acordó el G-20 un nuevo orden financiero

Histórica cumbre en Londres
Ofensiva mundial para poner final a la crisis
Inyectará un billón de dólares en la economía y habrá una mayor regulación de los paraísos fiscales y los fondos de alto riesgo

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La foto oficial de la cumbre, con los jefes de Estado y de gobierno del G-20 y los invitados. AFP
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Graciela Iglesias
Para LA NACION
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LONDRES. - El primer ministro británico, Gordon Brown, lo llamó "el comienzo de un nuevo orden internacional", y el presidente norteamericano, Barack Obama, un "hito histórico". Lo cierto es que los líderes de los 22 países industrializados y emergentes agrupados en el G-20 acordaron ayer una vasta reforma del sistema financiero con la esperanza de evitar que la recesión global se transforme en depresión.

Al final de la primera cumbre en más de una década capaz de cautivar el interés del mundo, Brown anunció una inyección sin precedente de un billón de dólares en préstamos adicionales y garantías para financiar el comercio y rescatar a países en apuros económicos.

"Este es el día en el que el mundo se unió para combatir la recesión global. No con palabras, sino con un plan concreto y con un calendario claro", destacó Brown. "El Consenso de Washington se acabó", agregó el premier británico.

En la última conferencia de prensa de la jornada, Obama coincidió e hizo notar que en un encuentro similar, en 1933, los líderes del mundo no lograron impedir el desenfrenado proteccionismo y la miseria de la Gran Depresión.

"Yo creo que éste es un punto de inflexión en la historia de la economía mundial. Hemos acordado una serie de pasos sin precedente para restaurar el crecimiento y evitar que una crisis como la actual se produzca de nuevo. Pero esto es sólo el principio ? advirtió Obama?. Todos los problemas del mundo no se resuelven en una sola reunión, ni siquiera en dos."

Como por arte de magia, tras siete horas de negociaciones y fotos de familia compartidas, las amenazas de dejar la silla vacía del presidente francés, Nicolas Sarkozy, se desvanecieron. Junto con la canciller alemana, Angela Merkel, él abogaba por una drástica regulación del sistema financiero, y sus colegas le dieron parcialmente la razón al establecer una mayor vigilancia de los fondos de inversión de riesgo (hedge funds) y de las agencias calificadoras de riesgo. La tarea quedará en manos de un foro dotado de amplios poderes que llevará el nombre de Financial Stability Board (Consejo de Estabilidad Financiera).

Los paraísos fiscales, si bien no fueron suprimidos, serán "nombrados y avergonzados" públicamente y luego sancionados (aunque no se dijo cómo) si se niegan a transmitir información impositiva requerida por las autoridades de otros países. China se habría resistido en un principio a avalar esto por temor al impacto que puede tener sobre Hong Kong y Macao.

Complacido y lleno de elogios hacia Gordon Brown por haber sido "intelectualmente honesto", Sarkozy celebró "la reforma más profunda del sistema financiero desde 1945" y afirmó que "la época del secreto bancario ha llegado a su fin".

Pero no tardó en agregar socarronamente: "Desde Bretton Woods, el mundo ha estado viviendo con un modelo financiero, el modelo anglosajón. No es mi papel criticarlo, tiene sus ventajas. Claramente, hoy, se ha dado vuelta la página".

El ministro de Finanzas alemán, Peer Steinbrück, saludó el hecho de que no aprobara la obligación de que todos los países adopten más planes de estímulo. Este había sido el tema de mayor tensión entre el binomio británico-norteamericano, que estaba a favor, y el franco-alemán, en contra.

La cumbre del G-20 también dejó en manos del Consejo de Estabilidad Financiera la regulación de los salarios de los altos ejecutivos de la banca, de modo tal, dijo Brown, de "dejar de recompensar el fracaso".

Pero las medidas más concretas fueron las vinculadas a apoyar y reformar al Fondo Monetario Internacional (FMI). Su titular, Dominique Strauss-Kahn, dijo que la institución se ha convertido en "una agencia de prevención y manejo de crisis, capaz de salir a dar asistencia a decenas de países al mismo tiempo".

El G-20 triplicará los fondos del FMI con 750.000 millones de dólares. Los 22 países aportarán 500.000 millones ?de ellos 40.000 millones vendrán de China?, mientras 250.00 millones serán aportados en la divisa del FMI, los derechos especiales de giro, para estar a disposición de los 185 países miembros del FMI.

El FMI fue además autorizado a vender parte de sus reservas de oro para ayudar a los países más pobres.

Desde el punto de vista operativo, el director gerente del FMI y el presidente del Banco Mundial serán designados de ahora en adelante por sus méritos y ya no por el acuerdo tácito que atribuía la jefatura del primero a un europeo y la del segundo a un norteamericano.

En forma unilateral, Obama anunció que en los próximos días intentará "trabajar con el Congreso para proveer 448 millones de dólares en asistencia inmediata para la población vulnerable de Africa a América latina y duplicar el apoyo a la seguridad alimentaria a más de 1000 millones de dólares".

En igualdad de condiciones
El documento final de la cumbre también estableció un fondo para garantizar la financiación de las exportaciones. Brown, que había pedido 100.000 millones de dólares, logró más del doble, con 250.000 millones destinados a alentar al alicaído comercio internacional.

Los líderes mundiales tienen previsto encontrarse nuevamente en septiembre. Sarkozy dijo que la cita será en Nueva York, con motivo de la Asamblea Anual de las Naciones Unidas. Su par italiano, Silvio Berlusconi, en cambio, dijo que el encuentro será en Japón.

Los países emergentes latinoamericanos que forman parte del G-20 (la Argentina, Brasil y México) acogieron con satisfacción el contenido del acuerdo y, acostumbrados a ser dejados de lado en las reuniones mundiales, destacaron su participación activa en esta cumbre.

Lula, calificado por el propio Obama como "el político más popular del planeta", afirmó que en todos sus años de mandato es la primera vez que asiste a una reunión en la que los países ricos y los emergentes "están en igualdad de condiciones", circunstancia que atribuyó a una crisis global que necesita de una respuesta coordinada.

"Es la primera reunión en la que no se nos ha tratado como si no supiéramos nada", dijo el mandatario brasileño, quien argumentó que esto se debe a que en la actual situación de crisis "nadie tiene certeza de lo que se ha de hacer".

"Ahora ni el FMI lo sabe", añadió.
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La Nación - Argentina/03/04/2009

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