La organización defensora de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) denunció hoy que el Gobierno de China "está intensificando la represión", ante la celebración, la próxima semana, del Congreso del Partido Comunista chino.HRW denunció, mediante un comunicado de prensa, que la represión se intensificó a partir de agosto, mediante "secuestros, detenciones o intimidación violenta de docenas de personas consideradas como disidentes y que el gobierno teme que puedan protestar en las calles de Pekín".Los activistas recuerdan además que el responsable adjunto de la seguridad pública de Pekín y de seguridad de los Juegos Olímpicos, Yu Hongyuan, en marzo pasado ya se mostró partidario de "castigar con dureza a una persona para que, por miedo, muchos más se sometan".HRW señala que esas palabras de esa autoridad china se referían a garantizar el éxito del Congreso del Partido Comunista chino, así como de los Juegos Olímpicos de 2008 en Pekín y las celebraciones del 60 aniversario de la República Popular de China en 2009."Esta semana se está viendo la culminación de meses de estrechar el control de los medios de comunicación, el internet y la libertad de movimientos", afirmó la directora de la organización para Asia, Sophie Richardson, que señaló que con esa actitud las autoridades chinas buscan la estabilidad."Sin embargo, la verdadera estabilidad es producto de responder a las críticas y no de anularlas, y hasta que el partido y el gobierno no lo acepten así, su objetivo de una sociedad armoniosa es implemente inalcanzable", afirmó.El periodo que antecede a la celebración del congreso del partido comunista chino, que tiene lugar cada cinco años, es "muy sensible para el gobierno porque es el momento en que se anunciará el futuro liderazgo" de la única formación política china, indicó HRW.Agregó también la organización que la celebración de ese congreso supone que haya también "reuniones secretas" para determinar quien sucederá en 2012 al actual presidente Hu Jintao y al primer ministro Wen Jiabao.Esa reunión, subrayó la organización, "es también un imán para los ciudadanos chinos esperanzados en que los líderes gubernamentales resuelvan agravios que no lo han sido por la vía oficial".Agregan que diversas actividades de los últimos meses han sido percibidas como amenazas por las autoridades del país asiático, por lo que "la Policía ha practicado arrestos domiciliarios, secuestros y detenciones extrajudiciales para limpiar las calles de cualquier fuente posible de disidencia".Asimismo, señaló que desde agosto pasado, el gobierno chino ha centrado esas actuaciones en "los miles de personas empobrecidas y marginadas que procedentes de las zonas rurales llegan a la capital buscando que se les haga justicia ante la corrupción oficial o los desahucios ilegales de terrenos".HRW señala que ya en septiembre pasado las autoridades chinas detuvieron a varias docenas de esas personas tanto en Pekín como en otras provincias y les obligaron a volver a sus lugares de origen o les arrestaron en instalaciones aisladas.Doce detenidos en Chengdu, dijo la organización, siguen todavía en esa situación y otros 60 en Shanghai."En septiembre, las autoridades municipales de Pekín comenzaron la demolición de un asentamiento donde vivían 4.000 personas bajo el pretexto de que se iba a construir una carretera", agregaron, al tiempo que informaron que muchas de esas personas están ahora encarceladas en Pekín y se les ha negado el acceso a un abogado.También denuncian que esos ataques han afectado a individuos, en especial a profesionales de la abogacía."Si el gobierno chino sigue abusando de (los derechos de los) abogados, encarcelando a disidentes y acosando a ciudadanos en vez de tratar sus problemas, dentro de cinco años, con su próximo congreso, seguirá teniendo los mismos problemas", subraya HRW.
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Unión Radio - Venezuela/11/10/2007
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