12/11/07

Eusebio Mujal, especialista de la Universidad de Georgetown, habla de la Democracia, EE.UU. y América Latina.
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Enrique Naveda
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Eusebio Mujal León es especialista en política europea y latinoamericana, Caballero de la Orden de Isabel la Católica, y da clases en la Universidad de Georgetown, en Washington DC. Hace unos días ofreció en Guatemala una conferencia para empresarios en la que repasó la relación de EE.UU. con Latinoamérica y los puntos claves de las democracias.

América Latina, dijo sin broma, es el continente de los locos al poder. De locos extraordinarios que aparecen en tiempos de crisis y lo dominan todo. Y mientras tanto, EE.UU., ocupado en otros asuntos, “no tiene conciencia de que algo grande se está gestando aquí”. Además, expresó, EE.UU. es un país que calcula mucho la rentabilidad de sus actos. Y eso explica su forma de combatir el narcotráfico: “El costo social y político de controlar el negocio de las drogas sería demasiado. Por eso allí se asegura que el gran problema es la producción. Para poder decir ‘es cosa de ustedes’ y lidiar con ello únicamente fuera de sus fronteras”.

Mujal León dice que la crisis de América Latina es más política que económica.

Pero en campaña es obvio que los políticos están atados a las élites empresariales. ¿A qué se refiere?
– Primero, los países de América Latina son más ricos que otros países subdesarrollados y tienen niveles de educación en general superiores también. Pero a lo que me refiero es a que para resolver los problemas acumulados se necesita voluntad política e instituciones políticas. Y eso es mucho más que buenas líneas generales de política económica, que son importantísimas, pero que por sí solas no van a generar la confianza que se necesita en el sistema.

Yo no tengo receta para Guatemala, porque no conozco bien el entramado interno. Pero creo que el punto de partida es que se cumpla la ley sin importar a qué familia pertenece el acusado.

Tiene que existir élites que quieran ponerse de acuerdo, que piensen en términos del bien común. Las élites deben convencerse de que la situación no puede seguir así. Si no, el país irá de mal en peor.

Asegura que no hay ejemplo de un país desarrollado que no tenga Estado fuerte. Por eso, para Mujal el imperio de la ley es la condición previa a cualquier democracia, porque de él se desgrana el buen funcionamiento de la política, de la economía, la adecuada organización social y la confianza en que existe un futuro.

¿Qué hacer cuando la población se desencanta?
– La gente tiene que fiarse de que sus impuestos servirán para carreteras, recolección de basura; de que la Policía va a ser honesta, no un grupo de bandidos. Son cosas muy concretas. Pero cuando los problemas se han acumulado durante 20 o 40 años, recuperar la confianza es difícil.

Más aún, insinuó, en medio de la globalización, “ha traído una mayor vulnerabildad social, económica y política; y además reta el Estado y la soberanía. El lado oscuro de la globalización son los Estados fallidos, la proliferación nuclear”.
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elPeriódico - Guatemala/12/11/2007

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