El avión que transportaba al presidente depuesto a Honduras aterriza en Nicaragua después de que varios militares bloquearan las pistas de aterrizaje del aeropuerto de Tegucigalpa. El gobierno de facto decreta el toque de queda para dispersar a los manifestantes que se enfrentan a los golpistas
Seguidores del depuesto presidente de Honduras Manuel Zelaya se acercan al aeropuerto internacional de Toncontín mientras policías y soldados tratan de impedirlo. EFE
La situación política en Honduras vive sus momentos más tensos desde que el pasado domingo el presidente legítimo Manuel Zelaya fuera asaltado y deportado en un golpe de Estado. Zelaya regresaba hoy a Honduras para reclamar su reposición como máximo mandatario del país.
Sin embargo, el gobierno interino, con Roberto Micheletti al frente, le advirtió de que no intentara aterrizar en el aeropuerto internacional de Tegucigalpa, ya que sería detenido por el Ejército.
Finalmente, Zelaya no logró hoy aterrizar en Tegucigalpa, como había anunciado, a pesar de intentarlo, en una jornada en la que la crisis política abierta hace siete días se ha cobrado sus primeras víctimas mortales.
Pese a las fortísimas medidas de seguridad y el despliegue de los militares, cientos de miles de seguidores de Zelaya formaron una marea humana que hizo retroceder al ejército en el área que bordea al aeropuerto. Dos personas murieron en los enfrentamientos registrados en el aeropuerto de Tegucigalpa entre seguidores de Zelaya y el Ejército y la Policía del país, según informó la cadena de televisión venezolana Telesur.
Sin embargo, fuentes médicas y de los equipos de socorro sólo han confirmado una de las muertes. Se trata de un joven de 19 años, identificado como Isis Obed Murillo, que murió de un balazo en la cabeza. Además, al menos otras diez personas resultaron heridas en los enfrentamientos entre seguidores de Zelaya y militares en el aeropuerto de la capital hondureña, hasta donde se acercaron varios miles de partidarios del presidente destituido.
Zelaya, en El Salvador
Pocos minutos después de que se produjeran los enfrentamientos y los disparos contra los manifestantes, el avión que llevaba a Zelaya procedente de Washington apareció sobrevolando la capital hondureña. Sus seguidores vitorearon la aparición de la aeronave, pero las Fuerzas Armadas, que tenían controlada la terminal aérea desde primeras horas de la mañana, colocaron vehículos militares en la pista para evitar que el avión pudiera aterrizar.
Las Fuerzas Armadas colocaron vehículos en la pista para evitar que el avión pudiera aterrizar
Tras sobrevolar un par de veces el aeropuerto y cuando la Fuerza Aérea hondureña se disponía a enviar aviones de combate, el aparato de Zelaya viró y puso rumbo a Nicaragua. Un corresponsal de Telesur que, junto con otros periodistas, viaja en el avión con el que Zelaya pretendía volver hoy a su país precisó en un contacto telefónico con el canal que estaban llegando a Managua, la capital de Nicaragua.
Poco después, en nuevas declaraciones desde la aeronave, el mandatario depuesto señaló que piensa reunirse inmediatamente con el secretario general de las OEA, José Miguel Insulza, y los presidentes de Argentina, Cristina Fernández; de Paraguay, Fernando Lugo, y de Ecuador, Rafael Correa, que viajaron a El Salvador.
En las imágenes que emitía en directo Telesur se podía observar unos vehículos en la pista del aeropuerto de la capital hondureña donde tenía la intención de aterrizar el avión que llegó a Honduras desde Washington llevando a bordo a Zelaya y al presidente de la Asamblea General de la ONU, Miguel D'Escoto.
Militares hondureños bloquean una de las pistas del aeropuerto de Tegucigalpa. EFE
Toque de queda adelantado
Ese fue el punto final para la manifestación más multitudinaria que ha tenido lugar en Honduras desde que los militares derrocaron y expulsaron del poder a Zelaya, el pasado 28 de junio, y pusieron en su lugar a Roberto Micheletti. La reacción del presidente del gobierno de facto fue decretar un toque de queda de aplicación inmediata.
Durante la jornada, el Gobierno hizo continuas conexiones en cadena nacional para retransmitir mensajes repetidos del propio Micheletti y de la Iglesia católica que dejó a las emisoras de radio y televisión sin capacidad para poder dar cuenta de lo que estaba sucediendo en la capital.
Micheletti: "La llegada de Zelaya puede suponer un derramamiento de sangre"
El Gobierno que detenta el poder desde el pasado domingo había dejado claro que no permitiría la entrada del depuesto gobernante, que el sábado por la noche asistió a la reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA), en la que se suspendió a Honduras del Sistema Interamericano.
Las autoridades de Aeronáutica Civil anunciaron que el avión del depuesto presidente no había recibido permiso para entrar en el espacio hondureño y había sido desviado a El Salvador.
"Diálogo de buena fe"
Por su parte, Micheletti aseguró que ese vuelo no había recibido autorización de entrada en el país para evitar "conflictos internos". "Aquí no se ha derramado una gota de sangre de ningún hondureño y esto (la llegada de Zelaya) podría tener como consecuencia eso", dijo Micheletti en conferencia de prensa antes de los incidentes.
El nombrado presidente tras el golpe de estado, que se había pasado la semana asegurando que si Zelaya volvía al país sería detenido, afirmó que "hay tiempo para reflexionar, para dialogar, para resolver estos problemas".
"En su momento (Zelaya) va a tomar la decisión de venir y entregarse al país normalmente para que podamos, para que puedan las autoridades que corresponda, decidir lo que es correcto hacer con el presidente Zelaya", agregó Micheletti, sin explicar por qué hoy no era ese día.
Asimismo, cargó contra los mandatarios de Nicaragua, Daniel Ortega, y Venezuela, Hugo Chávez, por no respetar a su Gobierno e, incluso, denunció movimientos de tropas nicaragüenses en la frontera, una información que fue desmentida tajantemente por el propio Ortega.
"Juro ante Dios que Nicaragua no está desplazando tropas hacia Honduras, esto no es mas que una burda maniobra de los golpistas", dijo.
A pesar de la suspensión y las denuncias contra el resto de gobiernos de la OEA, Micheletti reaccionó a la decisión del organismo de suspender a Honduras con el ofrecimiento de un "diálogo de buena fe" para resolver la grave crisis política que vive el país.
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Público - España/06/07/2009