Las pasadas elecciones dejaron grandes ganadores y a otros reconocidos políticos ‘quemados’. En la larga lista de triunfadores quedaron algunos nombres que llaman la atención, gente nueva que nunca fue favorita en las encuestas pero que terminó derrotando las maquinarias en algunas regiones en las que siempre había imperado el continuismo.
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Por Mariana Suárez y Hugo García.
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Joaquín Berrío Villarreal / Gobernador electo de Bolívar
A sus 51 años de edad, el cartagenero y administrador de empresas Joaquín Berrío Villarreal logró una meta que parecía imposible: convertirse en gobernador del departamento de Bolívar. La decisión de abandonar su cargo como representante legal de la empresa de vigilancia Vimarco, propiedad de su familia, fue el primer gran paso que tuvo que dar para la consecución de su proyecto político. En ese momento y luego de comprender la manera como se acostumbra a hacer proselitismo en la Costa, supo que su campaña tendría que superar muchos obstáculos.Acompañado siempre por su esposa Rosario Romero, Berrío comenzó a recorrer uno a uno los diferentes municipios -la mayoría afectados por la violencia, la pobreza y la presencia de actores armados al margen de la ley-. Sabía que para conseguir la victoria en las urnas debía librar una dura batalla contra la maquinaria política. Por eso, cada vez que hablaba en plaza pública afirmaba: “Aunque venga de estar vinculado a una buena empresa, también soy uno de los más cansados con el engaño y la corrupción. Mi candidatura pisa callos pero continuaré adelante”.Sus enérgicas palabras y las promesas de un cambio radical que promulgó entre la gente, sumados al reconocimiento que adquirió por su gestión como Presidente de la Federación de Aseguradores Colombianos, gerente de la Lotería de Bolívar, alcalde encargado de Cartagena, diputado y concejal de La Heroica, contribuyeron a que sus propuestas fueran recordadas y aprobadas por casi 200 mil bolivarenses.Ese domingo, sin embargo, prefirió guardar silencio. “No quise salir a festejar sin tener la absoluta certeza de que era el vencedor oficial”, explicó. La próxima semana viajará al exterior para tomar un corto período de descanso, pero aseguró que serán las únicas vacaciones en estos cuatro años. “La gente que no votaba lo hizo esta vez y vamos a combatir la corrupción. Mi proyecto político ‘Salvemos todos a Bolívar’ no va a quedar en letra muerta”, concluyó Berrío.
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Héctor Raúl Franco Roa / Alcalde electo de Villavicencio
A sus 41 años, Héctor Raúl Franco Roa rompió todos los pronósticos en Villavicencio, donde antes de las elecciones nadie daba un peso por él y las candidatas favoritas –Tania Jaramillo y Edith Baquero–, parecían tener una empresa electoral inalcanzable para los demás aspirantes.Por eso, tras su victoria, todos se preguntaban cómo este médico –egresado de la Universidad Nacional–, sin ninguna maquinaria, pudo vencer la opulencia de otras campañas. El secreto, dicen en las esquinas de Villabo, fue el cansancio ante una clase política desprestigiada y las consultas y fórmulas médicas que regaló, una estrategia que ya le había dado réditos políticos y que lo llevó a ser elegido concejal en el período 1998-2000.Así se ganó el favor de los electores que vieron en su propuesta de depurar la política de Villavicencio el camino correcto. La gente estaba agotada con lo sucedido durante los últimos años, donde todo ha sido ingobernabilidad, corrupción e inhabilidades. El año pasado, en unas elecciones atípicas que pretendían dejar atrás la violencia que cobró la vida del alcalde Ómar López Robayo y el asalto a las arcas del municipio, Franco Roa también aspiró y colgó unos costales en las calles como símbolo de su campaña, en protesta por la opulencia de las campañas de Tania Jaramillo y Agustín Gutiérrez, quien finalmente salió elegido para ser destituido 55 días después por la Procuraduría, debido a que se encontraba inhabilitado. En ese entonces, el médico alcanzó algo más de 7.000 votos, un buen registro que lo llenó de ánimos para seguir luchando por ser alcalde.“Tenemos que trabajar unidos para sacar a Villavicencio adelante, lograr seguridad, atraer inversión y generar empleo”, asegura tras haber cumplido su meta. Se define como un ser humano del común, trabajador, con deseo de superación, actitud de liderazgo y respetuoso. Nacido en Guateque (Boyacá) pero hijo adoptivo de Villavicencio, Héctor Raúl Franco Roa es el tercero de seis hijos de una pareja de educadores y antes de picarle el bicho de la política, durante 13 años, ejerció la medicina alopática y alternativa, una faceta que le ayudó a entender el valor de ayudar a los demás.
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Lilian Salcedo / Alcaldesa electa de Yopal
A pesar de haber estudiado zootecnia en la Universidad de la Salle y de casarse con un llanero que ejerce su misma profesión, Lilian Fernanda Salcedo siempre evidenció su vena política. Por eso, tan pronto regresó de hacer una especialización en Gestión, Auditoría y Desarrollo Sostenible en la Universidad Politécnica de Cataluña, España, comenzó a trabajar en la Gobernación de Casanare.Primero como directora de Medio Ambiente Departamental, luego asumió el cargo de secretaria de Gobierno, hasta que finalmente se posesionó como Gobernadora encargada en el período 2001-2003. Para ese entonces se había enamorado aún más de la política y a pesar del reconocimiento que había adquirido en la ciudad de Yopal por su excelente desempeño como zootecnista, prefirió explorar más su nuevo campo de acción.A mediados de 2005, aceptó el reto de coordinar en Casanare la campaña electoral del senador Germán Vargas Lleras. No fue una tarea fácil. Pero el contacto con la gente, la euforia de los discursos, la adrenalina que liberaba organizando reuniones y estrategias para el día de las elecciones, la motivaron aún más a arriesgarse a cumplir su deseo de convertirse en alcaldesa de Yopal. Sin embargo, sólo tres meses y medio antes de los comicios decidió postular su nombre. “Desde hacía un año estaba apoyando y trabajando con uno de los candidatos a la Gobernación de Casanare, pero el manejo aberrante de los liberales con su aspirante a la Alcaldía me obligó a participar en la contienda”.Peleando contra el tiempo y con pocos recursos para financiar su campaña, Lilian Fernanda Salcedo, de 36 años y madre de una niña de cuatro, se dio a la tarea de dar a conocer sus propuestas. “Aunque no estaba segura de poder vencer las maquinarias políticas que reinan en la región, siempre me sentí triunfadora por haber generado conciencia”, asegura. Efectivamente, Salcedo se convirtió en la primera mujer en dirigir los destinos del municipio y en la candidata que ha obtenido la votación más alta en la historia de la ciudad, al ser respaldada por más de 24.000 yopaleños. Ahora deberá propender por el bienestar de la ciudad, el buen manejo de los recursos que recibe anualmente de las regalías del petróleo, atacar fuertemente la corrupción y demostrar todo el talante y fortaleza que caracteriza a las llaneras.
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Juan Carlos Abadía / Gobernador electo del Valle del Cauca
Tenía apenas ocho años de edad cuando dio su primer discurso político en una tarima. Fue en el municipio de Guacarí, en la campaña que para Senado adelantaba Luis Fernando Londoño Capurro y en la que él estaba acompañando a su padre, el también ex congresista Carlos Herney Abadía, cacique político del centro del Valle del Cauca, condenado en el proceso 8.000. Un suceso que marcó a su familia para siempre pero que les sirvió para unirla y fortalecerla. “Fue duro –recuerda–, pero aprendimos que el amor familiar está por encima de cualquier cosa. Apoyamos a mi papá, él aceptó su error y pidió perdón”.Por eso, siendo el mayor de seis hermanos, se podría decir que Juan Carlos Abadía fue quien recogió las banderas de su padre y que su sangre política es una herencia natural. Asesor en la Cámara de Representantes a los 18 años, diputado del Valle a los 21, concejal de Cali a los 24 y ahora, a los 28 años, gobernador. “Desde pequeño acompañaba a mi padre en sus correrías de campaña. Fue cuando me entró el virus de la política y ese sí que no lo cura nadie”, dice con orgullo y consciente del reto que se le viene encima: dirigir los destinos de un departamento en crisis, donde las finanzas flaquean, la corrupción campea y las amenazas de los grupos ilegales persisten.Administrador de empresas con especialización en derecho administrativo, él mismo se define como un hombre alegre, amante de la salsa y el fútbol –hincha del Deportivo Cali–, buen bailarín y de temperamento sereno. “Eso es lo que me ha ayudado a soportar tantos ataques y tanta guerra sucia, antes en la vida y durante esta campaña a la Gobernación”, dice. Quiere convertir al Valle del Cauca en el departamento número uno del país. Que sea una región segura, líder en exportaciones, con empleo y calidad de vida. Y sobre todo, Juan Carlos Abadía quiere demostrarles a sus contradictores que nació para gobernar. Hace pocos días, el escritor tulueño Gustavo Álvarez Gardeazábal dijo de él: “Está tan joven que no ha tenido tiempo ni para pecar”.
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Jorge Iván Ospina / Alcalde electo de Cali
Jorge Iván Ospina creció escuchando hablar del ‘sancocho nacional’, la ‘socialbacanería’, el diálogo, la concertación, la guerra contra la oligarquía y la paz. En su casa se reunían habitualmente su padre Iván Marino Ospina con Jaime Bateman, Álvaro Fayad, Carlos Pizarro, Lucho Otero, Jorge Iván Rojas e Israel Santamaría, todos dirigentes del M-19, en una época de turbulencias que obligaba a su familia a cambiar cada seis meses de residencia en Cali.Hoy, como alcalde electo de la ciudad, entiende que ello fue un privilegio y que lo que escuchó le sirvió para formarse como ser humano, para entender el Estado y lo que ocurre en esta sociedad maltrecha, y sobre todo para tener rigor metodológico en su vida diaria. “Escucharlos a ellos me dejó una profunda sensibilidad de carácter social y de responsabilidad hacia la gente, y me dejó un profundo amor y respeto por lo que es Cali y lo que es Colombia”, dice.Parte del bachillerato lo hizo en el colegio Olaya Herrera, pero las circunstancias de la vida y de la guerra lo llevaron a Cuba, donde terminó la secundaria y estudió medicina. A sus 16 años, estando de vacaciones en Cali, su padre murió en un enfrentamiento con las autoridades en el barrio Los Cristales, el 28 de agosto de 1985, un episodio que lo marcó para siempre: “Le doy una mirada al tiempo y pienso que Colombia perdió a grandes hombres, producto de tanta violencia insulsa e insensata”. Tras graduarse como médico cirujano, regresó a su ciudad para trabajar en el Distrito de Aguablanca, ser secretario de Gobierno municipal, luego de Salud, gestor de paz del departamento y por último director del Hospital Universitario. El año pasado, unos amigos lo convencieron para que se postulara a la Alcaldía. Aceptó con la ilusión de darle un buen norte a una ciudad antes alegre y ahora en decadencia, orgulloso de que a pesar de ser hijo de la guerra, quiere asumir con entereza la responsabilidad de sacar a Cali adelante.
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María Eugenia Riascos / Alcaldesa electa de Cúcuta
María Eugenia Riascos es la segunda mujer en la historia de Cúcuta que asume las riendas de la administración municipal. Su consagrada labor como agente de policía, directora del Departamento de Bienestar Social y Programas Especiales de la Alcaldía y del Sistema de Selección de Beneficiarios a Programas Sociales del Sisbén, la hicieron ser elegida como la Mujer Cafam de Norte de Santander en 2005 y ahora premiada con el voto de cien mil cucuteños, el pasado domingo 28 de octubre.Nadie lo podía creer, ni siquiera ella misma, pues aunque desde el anuncio de su precandidatura se convirtió en una de las favoritas de las encuestas, en repetidas ocasiones recibió amenazas contra su vida, que estuvieron a punto de hacerla declinar de su aspiración.La fortaleza de carácter de esta abogada de la Universidad Libre de Cúcuta, no sólo es producto de los años en los que sirvió a la Policía Nacional. También es gracias a la disciplina que adquirió como atleta. Riascos fue siempre figura destacada en los Juegos Deportivos de la Policía, hasta el punto de que en su palmarés se cuentan cinco preseas de oro en atletismo. Con el paso del tiempo, sin embargo, abandonó las pistas para dedicarse al trabajo social. Precisamente fue esta labor que desempeñó durante 25 años la que, según ella misma, le permitió convertirse en Alcaldesa. “Esa era mi carta de presentación junto con mis propuestas de gobierno, que no se basan en promesas engañosas”, afirma con una sonrisa en los labios.A partir del primero de enero de 2008 deberá enfrentar la primera prueba de fuego de su administración: entablar cordiales relaciones con el Concejo Municipal, donde sólo hay un funcionario que pertenece al partido que respaldó su candidatura. Entre tanto, Riascos ya se comprometió públicamente a desarrollar una transformación social, “y no puedo ser inferior al reto que me impusieron los cucuteños”.
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Alonso Salazar / Alcalde electo de Medellín
La noche del domingo 28 de octubre, en la sede de campaña de Alonso Salazar permanecieron encendidas decenas de veladoras colocadas enfrente de las imágenes de la Virgen María, San Gabriel y San Antonio. En esos momentos previos a la noticia de su triunfo arrollador, Salazar estaba tranquilo. No sólo contaba con la bendición de estrellas y personalidades públicas como Juanes y Lina Moreno de Uribe, sino que era además el abanderado del popular alcalde Sergio Fajardo. Y a pesar de que los sondeos de opinión estaban lejos de darlo como ganador, el apoyo popular que recibió cada vez que recorrió las calles de Medellín fue tan evidente, que no dudaba en estar muy cerca de ser el próximo alcalde de la capital antioqueña.Y así fue. Contra todos los pronósticos, el periodista y escritor de 47 años derrotó al ex alcalde Luis Pérez. La celebración de su triunfo estuvo cargada de emotividad. Salazar no pudo contener las lágrimas, lo conmovieron la multitud apretujada para darle abrazos, la cercanía de su esposa Marta Liliana y de su hija, y la presencia de su papá y su mamá, a quienes dedicó el triunfo. La trayectoria política de Salazar comenzó en 1968, cuando se trasladó de Pensilvania (Caldas), de donde es oriundo, a Medellín. Después de años de estudio, poco a poco fue labrando una carrera exitosa que lo llevó a ser el brazo derecho de la consejera de la Presidencia María Emma Mejía, para resolver los problemas del sicariato que azotaba a los barrios de Medellín. Luego, junto a Sergio Fajardo y cincuenta amigos más, participó en la fundación del movimiento Compromiso Ciudadano, cuyo triunfo electoral en 2003 le permitió convertirse en Secretario de Gobierno, cargo que desempeñó hasta agosto de 2006.Además de su carrera política, Alonso Salazar ha publicado varios libros, entre los que sobresalen No nacimos pa semilla, uno de los primeros estudios sobre la violencia urbana en Colombia; Mujeres de fuego, La génesis de los invisibles, La cola del lagarto, La parábola de Pablo y Profeta en el desierto —vida y muerte de Luis Carlos Galán—, con el que ganó el Premio Planeta de Periodismo en 2003.En su primer discurso ante la opinión pública, Salazar admitió que se parece a Sergio Fajardo, pero que su administración, cuyo Plan de Desarrollo ya comenzó a gestarse, estará llena de cambios y proyectos renovadores.
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Alejandro Char / Alcalde electo de Barranquilla
El electo alcalde de Barranquilla, Alejandro Char, celebró su victoria al lado de sus dos hijos y de su esposa Katia Nule, a quien le atribuye haberlo salvado de la profunda depresión en la que cayó luego de la muerte de su madre. Fue hace 14 años. La nostalgia y el dolor eran tan fuertes que acabó desahogándose con la comida y subió 26 kilos. Entonces, conoció a Katia Nule, una hermosa mujer, ex reina del Carnaval de Barranquilla, quien pronto le hizo olvidar su tristeza y “convertirme en el hombre que soy hoy, un papá y un esposo feliz”, recordó Char.Su promisoria carrera en el sector público y privado —es uno de los dueños de las Tiendas Olímpica y la Inmobiliaria Char S.A., socio y representante legal de una reconocida constructora, fue concejal de Barranquilla y gobernador del Atlántico—, junto con la trayectoria política de su padre, el ex gobernador y ex congresista Fuad Char Abdala, facilitaron el rápido ascenso de su nombre en las encuestas, que desde un comienzo lo mostraron como el opositor del popular locutor de radio Édgar Perea.Durante su campaña, Char impulsó la idea de que era necesaria una renovación política en la ciudad. Pero además recurrió a un argumento contundente: “Si en un pedacito de período de gobierno tan corto, los 260 días que fui gobernador del Atlántico, logré adelantar un plan de acueductos para varios de los municipios más afectados, ¿se imaginan lo que podré hacer en un período completo?”. Los aplausos y ovaciones atronaban en las plazas públicas, salones y parques en los que pronunciaba estas palabras. La pelea, sin embargo, parecía estar muy reñida.Pero las declaraciones de Perea de unirse a la campaña del candidato a la Gobernación del Atlántico José Name, que tanto había criticado, con el fin de garantizar los buses que transportarían a sus electores a los puestos de votación, inclinaron la balanza a favor de Char una semana antes de los comicios. La noticia de su triunfo causó revuelo en su casa ubicada en Altos de Riomar, un exclusivo barrio del norte de Barranquilla. Char, hincha enfermo del Atlético Júnior, no pudo ocultar su alegría y aseguró que el impacto de su gestión se medirá por la capacidad para generar estabilidad y proyección económica.A sus 41 años, este ingeniero civil, inquieto y aficionado a experiencias de alto riesgo (antes de cumplir 17 ya se había fracturado la tibia, el cúbito, el radio, el fémur y se abrió la cabeza un par de veces), decidió enfrentarse al reto de poder administrar una ciudad afectada por la violencia y la corrupción. Ahora que ha logrado este propósito, asegura que lo único que hará en los próximos cuatro años será trabajar, trabajar y trabajar.
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Judith Pinedo / Alcaldesa electa de Cartagena
En el otrora aristócrata barrio La Manga, construido a comienzos del siglo XX por los arquitectos europeos más reconocidos, nació Judith Pinedo, la primera mujer en llegar a la Alcaldía de Cartagena. A sus 48 años de edad, María Mulata, como la conocen en La Heroica por la columna que publica en el periódico El Universal, logró vencer las maquinarias políticas y consolidar el proyecto que emprendió cuando era adolescente y pertenecía al movimiento estudiantil de la Universidad de Cartagena.Judith Pinedo, abogada especialista en derechos humanos y derecho público, siempre resaltó en sus discursos que se siente orgullosa de haber aprendido del maestro Enrique Grau, quien en sus últimos 15 años se dedicó a pintar mariamulatas, que “estos pájaros han sobrevivido a todo, como los cartageneros. Que viven en grandes colonias y protegen a sus crías y a los débiles, como creo que debemos hacer nosotros con nuestra ciudad”. A pesar de su trayectoria en el sector público como concejal, personera distrital, secretaria de Desarrollo Social de la Alcaldía y secretaria de Gobierno Departamental, Pinedo perdió la Alcaldía en 2000.Su derrota, sin embargo, la animó a aspirar nuevamente al primer cargo de la capital bolivarense con el movimiento ciudadano Por una sola Cartagena. Sin la ayuda de ningún concejal y sólo con el respaldo de unos cuantos empresarios, recorrió todos los rincones de Cartagena, “enfrentándonos a la creencia de que en las zonas populares no vale la pena hacer campaña porque ya todos los votos están comprados”, aseguró entusiasta.No fue una tarea fácil. Juan Carlos Gossaín, su contradictor, era quien encabezaba las encuestas. Analistas políticos y líderes sociales de la ciudad coinciden en que el sorpresivo triunfo de Judith Pinedo fue el resultado de la inconformidad con la cuestionada administración de Nicolás Curi, cuya continuidad estaba representada en Gossaín.Otro de los secretos de su éxito fue la manera como hizo proselitismo. “Fuimos de casa en casa hablándole a la gente de ideas”, afirmó. Su carácter fuerte, motivo de orgullo de sus padres, a quienes les encantaba decir entre risas cada vez que se hablaba de un tema espinoso: “no le vayan a preguntar a Judith, porque contesta”, se convirtió en otro de los elementos a su favor para enfrentar las prebendas y compra de votos.El primero de enero de 2008, luego de posesionarse, Judith Pinedo abrirá de par en par las puertas de la Alcaldía que hoy permanecen cerradas y dará a conocer su equipo de gobierno: “Quiero un gabinete con varias mujeres con las que podamos iniciar un proceso de largo plazo por una sola Cartagena, la que soñamos”, anunció.
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Cristian Moreno Panezo / Gobernador electo del Cesar
El 6 de agosto de 2003, Cristian Moreno Panezo, un joven abogado de 34 años oriundo de Curumaní, embargado por un hondo sentimiento de impotencia y con lágrimas en los ojos, tuvo que marcharse, obligado por los grupos de autodefensa, de la Registraduría del Cesar sin haber logrado inscribir su candidatura a la Gobernación. Al salir pronunció un enérgico discurso contra el paramilitarismo y lo que él llamaba “el estado mafioso” de esta región de la costa norte colombiana.Cuatro años después, impulsado por el deseo de combatir la compleja situación de orden público y corrupción que aflige al Cesar, se lanzó nuevamente como aspirante al primer cargo del departamento por el partido Verde Opción Centro. Sin muchos recursos económicos, pero contagiado por un enorme optimismo, Moreno recorrió todos los municipios de la región y el sábado 15 de septiembre recibió una grata sorpresa: un grupo de líderes sociales y de maestros de El Copey, ubicado al norte del Cesar, recolectaron dinero para contribuir con los gastos de la campaña.Los aportes, que iban desde $20.000 en adelante, se hicieron individualmente y alcanzaron para costear el arriendo de la sede, el alquiler de un vehículo para perifoneo, el sueldo de una secretaria y la elaboración de una parte de la publicidad. Sin embargo, este noble gesto no fue suficiente para cubrir todos los gastos y Moreno Panezo tuvo que realizar varias rifas y concursos en diferentes zonas de la región.Finalmente el esfuerzo fue recompensado y, contra todos los pronósticos, 141.000 cesarenses eligieron como gobernador al ex diputado del departamento y ex director regional del Sena, Cristian Moreno Panezo. Al igual que hace cuatro años, no pudo contener las lágrimas, pero en esta ocasión fueron producto de la alegría y el desconcierto de comprobar que era posible derrotar las maquinarias, el poder y la ilegalidad. “Me dieron la oportunidad de romper la tradición política y ejecutar respuestas concretas, capaces de cambiar el destino del Cesar”, concluyó.
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El Espectador - Colombia/03/11/2007