"España tiene todavía mucho de paleto"
LA ENTREVISTA CON JOSÉ MANUEL SÁNCHEZ RON, HISTORIADOR DE LA CIENCIA Y ACADÉMICO DE LA RAE
JUAN FERNÁNDEZ
JUAN FERNÁNDEZ
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Empeñado en que la ciencia deje de ser ese amigo invisible y desconocido que acompaña nuestras vidas, José Manuel Sánchez Ron (Madrid, 1949) escribe libros sobre la historia y el presente de los descubrimientos, dirige una colección de ensayos científicos (Drakontos, en Crítica) y pone el rigor de la cifra en la Real Academia Española. Algún día nombrar la teoría de las supercuerdas en la cola del pan no hará pensar en las maromas de un barco. Él habrá tenido mucho que ver.
Empeñado en que la ciencia deje de ser ese amigo invisible y desconocido que acompaña nuestras vidas, José Manuel Sánchez Ron (Madrid, 1949) escribe libros sobre la historia y el presente de los descubrimientos, dirige una colección de ensayos científicos (Drakontos, en Crítica) y pone el rigor de la cifra en la Real Academia Española. Algún día nombrar la teoría de las supercuerdas en la cola del pan no hará pensar en las maromas de un barco. Él habrá tenido mucho que ver.
--La ciencia ocupa escaparates de librerías y páginas de diarios. ¿Es una moda o viene para quedarse?
--Es una realidad sin vuelta atrás, pero tampoco echemos a volar las campanas, porque la ignorancia científica de la sociedad es asombrosa. No solo ignorancia, incluso desdén. La televisión, por ejemplo, es una pena. No entiendo por qué no hay más programas científicos.
--¿Observa desdén?
--Complejo de inferioridad. Con la excusa del "yo soy de letras", se renuncia a conocer los rudimentos científicos más básicos para entender el mundo en que vivimos. Me da pena, porque esto les hace vivir ciegos. Se malgasta el tiempo sembrando estupidez, en vez de invertirlo en divertir a la gente con el conocimiento y hacerla más libre. La ciencia es el mejor instrumento de liberación que inventó nuestra especie.
--¿Cómo se cambia esa situación?
--Yo ya le he dicho a algún presidente de Gobierno que tenía la responsabilidad moral de incorporar la importancia de la ciencia a su discurso. Nuestros políticos dejan mucho que desear en ese campo. ¿Qué se puede esperar de un país cuyo Parlamento no tiene asesores en ciencia y tecnología? No hablo de cultura, sino de negocio, de riqueza. Ser un país de servicios no está mal, pero no deberíamos ser solo eso.
--Habrá más responsables.
--Los científicos, que se limitan demasiado a su trabajo. Deberían manifestar opinión en los medios. ¿Cuántos escriben habitualmente en los periódicos? ¿Cuántos se molestan en escribir libros?
--Somos un país de genios del arte.
--Otros países también tienen sus genios del arte, y de la ciencia. La ciencia requiere una tradición, y eso no se improvisa. Se debería establecer una política generosa con el esfuerzo de los científicos, y dejar pasar el tiempo. Hay que crear esa tradición. He oído a gente decir que España, con Cervantes, no puede mirar con complejo a ningún país. Pues yo sí miro con envidia a otros países. Me enorgullezco de Cervantes, pero me hubiese gustado tener también a Newton y a Galileo. Negar esto es una estupidez producto de la ignorancia que siempre ha sufrido este país.
--¿Cómo se crea una tradición científica?
--A golpe de decreto, no. Hay que empezar por cambiar el concepto de cultura. El actual es parroquial, nada moderno. Si creemos que somos un gran país porque le den un oscar a Almodóvar, tenemos un problema. España tiene todavía mucho de paleto. Nuestra cultura es advenediza, secundaria. Estamos más contentos con nosotros de lo que deberíamos.
--2007 fue nombrado año de la ciencia. ¿Esto sirve de algo?
--Es una buena iniciativa; el Gobierno se ha esforzado, pero debería tener más repercusión. Esto también es responsabilidad de los gobiernos autonómicos. Si estamos en la España de las autonomías, habrá que creérselo y repartir responsabilidades. Y también sedes. No todo debería estar en Madrid.
--Dirige una colección de ensayos científicos. ¿Se venden y se leen?
--La Historia del Tiempo, de Hawking, vendió en España más de 100.000 copias, pero mucha gente me contó que no pudo entenderlo, y es un libro fácil. Los editores dicen que cada vez se vende más, pero hablamos de tiradas de 2.000 ejemplares. Son números pequeños para un país de 40 millones de habitantes. Agujero negro ya lo usa todo el mundo, pero oiga, faltaría más. La cuestión es: ¿esto es suficiente? Creo que no.
--¿De todos los frentes que tiene abiertos la ciencia, cuál le apasiona más?
--Dos. Tener una teoría global del cerebro. Aún no sabemos qué es pensar, cómo se tiene la conciencia de uno mismo. La neurociencia ha avanzado mucho, pero todavía no ha llegado a ese punto. Estamos educados en una forma de pensar que es muy lineal, pero la realidad no es lineal, la clave puede andar por ahí. Y la otra cuestión tiene que ver con el Universo. Hay motivos para pensar que hay vida ahí afuera. Cuando se pueda explorar, yo espero grandes sorpresas. Una de las penas que me da morirme es que no conoceré algunas respuestas que se encontrarán en el futuro
--¿La ciencia responderá a todas las preguntas?
--Creo que no, siempre quedarán cuestiones sin responder. La teoría del big bang llega hasta un punto. Pero la pregunta de ¿qué hubo antes, de dónde vino aquello, por qué se produjo?, esa seguirá sin respuesta, y nunca la tendrá. Somos limitados.
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El Periódico - España/04/09/2007
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