Los inmigrantes trenzan lazos con sus países de origen
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Nueva York, EEUU - Aunque los inmigrantes latinoamericanos matienen lazos con sus países de origen, donde a menudo envían dinero, llaman o viajan, la mayoría ve su futuro en Estados Unidos.
Así lo demuestra un nuevo informe del Centro Hispano Pew tras comprobar que sólo uno de cada 10 latinos está "muy ligado a su país natal" al hacer las tres "actividades transnacionales": mandar divisas, llamar por teléfono cada semana o haber visitado su casa en los últimos dos años. El resto realiza una o dos de estas actividades, pero los vínculos se debilitan con el paso del tiempo.
De hecho, los latinos que llevan décadas en EEUU y los que llegaron cuando eran niños están menos conectados que quienes han emigrado recientemente o como adultos.
También hay diferencias entre las nacionalidades: colombianos y dominicanos son más activos que los mexicanos. Otro ejemplo es el de los salvadoreños: aunque 70% envía dinero a casa, muy pocos viajan a su país porque son inmigrantes ilegales.
Los cubanos son los que menos contacto mantienen pues EEUU limita los viajes y el envío de dinero a la isla. A pesar de todo, su identidad como cubanos es muy fuerte.
Esta conexión activa, moderada o limitada define también sus actitudes hacia EEUU, sus países de nacimiento o sus propias vidas como inmigrantes. Según el reporte, cuanta más conexión más positivo es su punto de vista respecto a su lugar de origen frente a EEUU, aunque la mayoría no piensa en regresar.
"Los lazos se van difuminando con el tiempo, pero llama la atención que la mayoría mantenga algún tipo de contacto con su país. Se reparten entre aquí y allí", afirma Roger Waldinger, profesor de Sociología en la Universidad de California en Los Ángeles y autor del informe.
Y aunque las investigaciones sobre transnacionalismo (repartirse entre dos países) son recientes, los expertos se preguntan sobre la novedad del fenómeno.
Para Waldinger, el comportamiento de los latinos hoy es similar al de los inmigrantes europeos de los siglos XIX y XX, que enviaban cartas y dinero a través del Atlántico y algunos acabaron volviendo. "El problema es que entonces nadie recogió datos. Por eso las comparaciones directas son imposibles", apunta el sociólogo.
Tampoco se ponen de acuerdo en cómo el transnacionalismo afecta a los recién llegados en su compromiso con la tierra de adopción. Según el Pew, las actividades transnacionales no afectan los lazos de los hispanos con EEUU: más de 60% quiere quedarse y están más preocupados por la política en EEUU.
En cualquier caso, los sentimientos son muy variados. Cuanto más tiempo lleven en este país, más lo ven como su "auténtico hogar", pero aun así casi todos se consideran venezolanos, peruanos o mexicanos antes que estadounidenses. Y aunque quienes han llegado recientemente envían más dinero a casa, también viajan menos. "El país de origen y el de acogida coexisten en muchos hispanos y puede ser compatibles", concluye el reporte, coincidiendo en que muchos tienen el corazón en el lugar donde nacieron, pero su energía en EEUU.
Así lo demuestra un nuevo informe del Centro Hispano Pew tras comprobar que sólo uno de cada 10 latinos está "muy ligado a su país natal" al hacer las tres "actividades transnacionales": mandar divisas, llamar por teléfono cada semana o haber visitado su casa en los últimos dos años. El resto realiza una o dos de estas actividades, pero los vínculos se debilitan con el paso del tiempo.
De hecho, los latinos que llevan décadas en EEUU y los que llegaron cuando eran niños están menos conectados que quienes han emigrado recientemente o como adultos.
También hay diferencias entre las nacionalidades: colombianos y dominicanos son más activos que los mexicanos. Otro ejemplo es el de los salvadoreños: aunque 70% envía dinero a casa, muy pocos viajan a su país porque son inmigrantes ilegales.
Los cubanos son los que menos contacto mantienen pues EEUU limita los viajes y el envío de dinero a la isla. A pesar de todo, su identidad como cubanos es muy fuerte.
Esta conexión activa, moderada o limitada define también sus actitudes hacia EEUU, sus países de nacimiento o sus propias vidas como inmigrantes. Según el reporte, cuanta más conexión más positivo es su punto de vista respecto a su lugar de origen frente a EEUU, aunque la mayoría no piensa en regresar.
"Los lazos se van difuminando con el tiempo, pero llama la atención que la mayoría mantenga algún tipo de contacto con su país. Se reparten entre aquí y allí", afirma Roger Waldinger, profesor de Sociología en la Universidad de California en Los Ángeles y autor del informe.
Y aunque las investigaciones sobre transnacionalismo (repartirse entre dos países) son recientes, los expertos se preguntan sobre la novedad del fenómeno.
Para Waldinger, el comportamiento de los latinos hoy es similar al de los inmigrantes europeos de los siglos XIX y XX, que enviaban cartas y dinero a través del Atlántico y algunos acabaron volviendo. "El problema es que entonces nadie recogió datos. Por eso las comparaciones directas son imposibles", apunta el sociólogo.
Tampoco se ponen de acuerdo en cómo el transnacionalismo afecta a los recién llegados en su compromiso con la tierra de adopción. Según el Pew, las actividades transnacionales no afectan los lazos de los hispanos con EEUU: más de 60% quiere quedarse y están más preocupados por la política en EEUU.
En cualquier caso, los sentimientos son muy variados. Cuanto más tiempo lleven en este país, más lo ven como su "auténtico hogar", pero aun así casi todos se consideran venezolanos, peruanos o mexicanos antes que estadounidenses. Y aunque quienes han llegado recientemente envían más dinero a casa, también viajan menos. "El país de origen y el de acogida coexisten en muchos hispanos y puede ser compatibles", concluye el reporte, coincidiendo en que muchos tienen el corazón en el lugar donde nacieron, pero su energía en EEUU.
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El Universal - Venezuela/29/10/2007
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