Societé Générale intenta calmar apetito de compradores y salir de la crisis
PARIS (AFP) — Después de una semana agitada, en la que uno de sus operadores fue inculpado y su presidente, Daniel Bouton, estuvo a punto de perder su puesto, el banco francés Societé Générale se esfuerza por salir de la crisis y preservar su independencia.
Aunque el presidente francés, Nicolas Sarkozy, pidiera indirectamente la dimisión de Bouton, el ejecutivo bancario salvó el cargo el miércoles, apoyado por buena parte de la clase política y por sus empleados, que le ven como un guardián de la estabilidad, y una muralla firme frente a cualquier intento de compra.
Mientras tanto, el operador Jerome Kerviel fue inculpado por "abuso de confianza" y puesto en libertad. Durante sus interrogatorios, el operador garantizó que sus superiores estaban al tanto de sus acciones en los mercados pero cerraron los ojos mientras obtuvo ganancias.
En total, las pérdidas provocadas por este 'broker' fueron estimadas por el banco en 4.900 millones de euros (7.100 millones de dólares) aunque Kerviel no se embolsó ni un solo céntimo ya que su objetivo era ser un trabajador excepcional y conseguir ganancias para el banco.
Según un sondeo publicado el viernes, una mayoría de franceses considera que la dirección del banco Société Générale es la principal responsable de las pérdidas colosales sufridas por el banco y no Jérome Kerviel.
Aunque Bouton consiguió salvar su cargo, los expertos recuerdan que el banco debe asumir sus responsabilidades y revisar sus sistemas de control. Para otros, es imposible que la institución no detectara las operaciones de Kerviel, que llegó a invertir unos 50.000 millones de euros.
Según el gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, los controles internos de Societé Générale no funcionaron como deberían.
Por otra parte, el banco francés fue objeto de una denuncia por supuesta información privilegiada de uno de los administradores, que vendió millones de acciones, días antes de que el escándalo saliera a la luz.
Más allá del aspecto judicial, la entidad financiera, muy debilitada por el escándalo, también debe defender su autonomía en un momento en que suscita el apetito de numerosos compradores, comenzando por su rival de toda la vida, BNP Paribas.
"Hace 12 años que existen rumores sobre el futuro de Société Générale", declaró Bouton, subrayando que pese a las millonarias pérdidas, el banco sigue registrando "beneficios".
BNP Paribas, primer banco francés, admitió el jueves que, al igual que otras entidades financieras europeas, está planteándose la posibilidad de una oferta de compra sobre Societé Générale.
La hipótesis goza del visto bueno del gobierno francés ya que evitaría una Oferta Pública de Adquisición (OPA) hostil por parte de un banco extranjero.
Sin embargo, el portavoz de la presidencia, David Martinon, aseguró que la posible compra de Societé Générale no está en la agenda.
"La cuestión no se plantea por ahora. Hasta donde nosotros sabemos, Société Générale no está obligada a una unión", insistió.
La unión entre los bancos franceses BNP Paribas y Société Générale daría lugar a un gran ente financiero que ocuparía el segundo lugar europeo por detrás del británico HSBC, y el séptimo mundial, por delante del estadounidense Citigroup.
Además de BNP Paribas, los posibles candidatos a comprar Societé Générale serían los bancos ingleses Barclays o HSBC, el español Banco Santander, el alemán Deutsche Bank o el italiano UniCredit.
Alimentado por esta hipótesis, el título de Societé Générale se apreció en los últimos días en la bolsa de París, lo cual tornará más cara cualquier operación de compra. El viernes a mediodía, la acción costaba 87,46 euros, es decir, un 20% más que a principios de semana.
Aunque el presidente francés, Nicolas Sarkozy, pidiera indirectamente la dimisión de Bouton, el ejecutivo bancario salvó el cargo el miércoles, apoyado por buena parte de la clase política y por sus empleados, que le ven como un guardián de la estabilidad, y una muralla firme frente a cualquier intento de compra.
Mientras tanto, el operador Jerome Kerviel fue inculpado por "abuso de confianza" y puesto en libertad. Durante sus interrogatorios, el operador garantizó que sus superiores estaban al tanto de sus acciones en los mercados pero cerraron los ojos mientras obtuvo ganancias.
En total, las pérdidas provocadas por este 'broker' fueron estimadas por el banco en 4.900 millones de euros (7.100 millones de dólares) aunque Kerviel no se embolsó ni un solo céntimo ya que su objetivo era ser un trabajador excepcional y conseguir ganancias para el banco.
Según un sondeo publicado el viernes, una mayoría de franceses considera que la dirección del banco Société Générale es la principal responsable de las pérdidas colosales sufridas por el banco y no Jérome Kerviel.
Aunque Bouton consiguió salvar su cargo, los expertos recuerdan que el banco debe asumir sus responsabilidades y revisar sus sistemas de control. Para otros, es imposible que la institución no detectara las operaciones de Kerviel, que llegó a invertir unos 50.000 millones de euros.
Según el gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, los controles internos de Societé Générale no funcionaron como deberían.
Por otra parte, el banco francés fue objeto de una denuncia por supuesta información privilegiada de uno de los administradores, que vendió millones de acciones, días antes de que el escándalo saliera a la luz.
Más allá del aspecto judicial, la entidad financiera, muy debilitada por el escándalo, también debe defender su autonomía en un momento en que suscita el apetito de numerosos compradores, comenzando por su rival de toda la vida, BNP Paribas.
"Hace 12 años que existen rumores sobre el futuro de Société Générale", declaró Bouton, subrayando que pese a las millonarias pérdidas, el banco sigue registrando "beneficios".
BNP Paribas, primer banco francés, admitió el jueves que, al igual que otras entidades financieras europeas, está planteándose la posibilidad de una oferta de compra sobre Societé Générale.
La hipótesis goza del visto bueno del gobierno francés ya que evitaría una Oferta Pública de Adquisición (OPA) hostil por parte de un banco extranjero.
Sin embargo, el portavoz de la presidencia, David Martinon, aseguró que la posible compra de Societé Générale no está en la agenda.
"La cuestión no se plantea por ahora. Hasta donde nosotros sabemos, Société Générale no está obligada a una unión", insistió.
La unión entre los bancos franceses BNP Paribas y Société Générale daría lugar a un gran ente financiero que ocuparía el segundo lugar europeo por detrás del británico HSBC, y el séptimo mundial, por delante del estadounidense Citigroup.
Además de BNP Paribas, los posibles candidatos a comprar Societé Générale serían los bancos ingleses Barclays o HSBC, el español Banco Santander, el alemán Deutsche Bank o el italiano UniCredit.
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AFP/02/02/2008
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