ESCARBANDO...LQ somos.
Pulsos de la intransigencia
Al modo en como Dios escribe recto en los renglones torcidos de los que hablara Luca de Tena, lo más granado de nuestra cultura fíltrase como puede entre la inmundicia mediática imperante sorprendiéndonos con su repentino apagado brío, eco platónico del idealizado mundo del que procede, provocando en las despiertas mentes su añoranza evitando llorar por no ver el sol para como bien advirtiera Tagore, las propias lágrimas nos impidan ver las estrellas.
Así es como, cierto día ante la tele, en una conocida serie donde un portero ejerce de improvisado filósofo de cabecera, sobrecogió todo mi intelecto durante una escena en la que aparecía devanándose los sesos para completar el conocido verso de Machado "caminante no hay camino..." en el transcurso de un examen. Tras varios titubeos y encomiables esfuerzos por recordar con exactitud lo que correspondía, se decidió en buena lógica por cerrarlo con un lacónico ¡¡no lo hay, no lo hay!!
Esta furtiva reflexión que trunca en boca del actor Tejero, el ya agrio optimismo del poeta, retrotrae al sujeto a lo más recóndito de la caverna dándole un nuevo sentido a la advertencia, con la misma brusquedad con la que los últimos acontecimientos repliegan los resortes y arquetipos del inconsciente colectivo a las abisales profundidades del más reptil neocortex para poder hacer frente a la enésima convulsión que sacude de un extremo a otro a nuestra entera sociedad cada vez que ETA se inmiscuye en los asuntos socio-políticos que nos circundan apoyando con su sangriento proceder las legítimas reivindicaciones de un pueblo que denodadamente lucha por su supervivencia desprovisto de la fuerza necesaria coercitiva para transformar en ley positiva lo que Rousseau denominara voluntad general en aras del bien común, dándose de bruces ora si, ora también con la imposición e intransigencia de unos pocos a unos muchos, haciendo girar la dantesca rueda de la fortuna del peor eterno retorno nietzschiano, cada vez que se acomete cualquier proyecto o iniciativa de alcance en nuestra geografía.
Con el asesinato de un industrial, ETA ha situado al TAV en la misma estela funeraria en la que J. Estebaranz enmarca los anteriores conflictos de Lemoniz - Leizaran - Itoiz, en su magnifica obra Los pulsos de la intransigencia, cuya lectura puede refrescar las aturdidas sienes de quienes las tienen embotadas por el hartazgo y la rutina que apelmaza con el fracaso y la frustración cualquier intento de tomar conciencia más allá de las aparentes sombras chinescas de perfiles abiertamente reconocibles, se nos presentan como auténticas realidades de progreso y progresistas, sin la menor opción a la metódica duda cartesiana de cuestionarnos si es eso lo que pensamos, o lo pensamos por que nos lo hacen pensar, en una auténtica segismunda pesadilla calderoniana que clama encadenada por su libertad, del todo ajena al pulso de la intransigencia que dicen librar quienes deciden hacer y deshacer sin su concurso ni consentimiento, de quienes más que equidistante…está abiertamente distante.
Al modo en como Dios escribe recto en los renglones torcidos de los que hablara Luca de Tena, lo más granado de nuestra cultura fíltrase como puede entre la inmundicia mediática imperante sorprendiéndonos con su repentino apagado brío, eco platónico del idealizado mundo del que procede, provocando en las despiertas mentes su añoranza evitando llorar por no ver el sol para como bien advirtiera Tagore, las propias lágrimas nos impidan ver las estrellas.
Así es como, cierto día ante la tele, en una conocida serie donde un portero ejerce de improvisado filósofo de cabecera, sobrecogió todo mi intelecto durante una escena en la que aparecía devanándose los sesos para completar el conocido verso de Machado "caminante no hay camino..." en el transcurso de un examen. Tras varios titubeos y encomiables esfuerzos por recordar con exactitud lo que correspondía, se decidió en buena lógica por cerrarlo con un lacónico ¡¡no lo hay, no lo hay!!Esta furtiva reflexión que trunca en boca del actor Tejero, el ya agrio optimismo del poeta, retrotrae al sujeto a lo más recóndito de la caverna dándole un nuevo sentido a la advertencia, con la misma brusquedad con la que los últimos acontecimientos repliegan los resortes y arquetipos del inconsciente colectivo a las abisales profundidades del más reptil neocortex para poder hacer frente a la enésima convulsión que sacude de un extremo a otro a nuestra entera sociedad cada vez que ETA se inmiscuye en los asuntos socio-políticos que nos circundan apoyando con su sangriento proceder las legítimas reivindicaciones de un pueblo que denodadamente lucha por su supervivencia desprovisto de la fuerza necesaria coercitiva para transformar en ley positiva lo que Rousseau denominara voluntad general en aras del bien común, dándose de bruces ora si, ora también con la imposición e intransigencia de unos pocos a unos muchos, haciendo girar la dantesca rueda de la fortuna del peor eterno retorno nietzschiano, cada vez que se acomete cualquier proyecto o iniciativa de alcance en nuestra geografía.
Con el asesinato de un industrial, ETA ha situado al TAV en la misma estela funeraria en la que J. Estebaranz enmarca los anteriores conflictos de Lemoniz - Leizaran - Itoiz, en su magnifica obra Los pulsos de la intransigencia, cuya lectura puede refrescar las aturdidas sienes de quienes las tienen embotadas por el hartazgo y la rutina que apelmaza con el fracaso y la frustración cualquier intento de tomar conciencia más allá de las aparentes sombras chinescas de perfiles abiertamente reconocibles, se nos presentan como auténticas realidades de progreso y progresistas, sin la menor opción a la metódica duda cartesiana de cuestionarnos si es eso lo que pensamos, o lo pensamos por que nos lo hacen pensar, en una auténtica segismunda pesadilla calderoniana que clama encadenada por su libertad, del todo ajena al pulso de la intransigencia que dicen librar quienes deciden hacer y deshacer sin su concurso ni consentimiento, de quienes más que equidistante…está abiertamente distante.
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LQSomos. Nicola Lococo. Diciembre de 2008
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LQSomos/12/12/2008
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