MANIFIESTO PLANETARIO POR LA PAZ Y EL FIN DE TODAS LAS GUERRAS

Por: FRUTO VIVAS

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Somos seres planetarios, producto de millones de mutaciones para poder ser lo que somos.
Somos el único Planeta vivo hasta hoy en el Universo conocido.
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Tenemos el privilegio de conocer la vida junto a todo el mundo biológico de plantas animales y microorganismos, que en una mágica armonía nos podemos reproducir hasta el infinito.
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El Siglo XX fue un siglo del gran salto de la técnica de poder ver volar el primer avión y salir en naves espaciales del sistema solar, lograr detener y borrar muchas enfermedades, pero al mismo tiempo, entrar en el corazón de la materia y producir las bombas atómicas que a mitad del siglo, masacraron a Hiroshima, Nagazaqui y sin bombas atómicas murieron millones de seres humanos en las monstruosas guerras, donde la obra milenaria, donde está guardada la cultura de los pueblos, fue arrasada y borrada para siempre. Igual nos duelen Berlín, Londres, Bagdad o Stalingrado.
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Al Planeta le comenzó la cuenta regresiva y no por holocausto como la desaparición de los dinosaurios, sino por acción de los grandes poderes que hoy manejan al mundo.
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Estamos ante una alerta, donde vemos por primera vez derrumbarse los polos y acabar con la capa de ozono, que nos protege de los rayos del sol.
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Creíamos que el Siglo XXI, sería el siglo de la vida, de la paz y de la armonía planetaria y hemos visto masacrar pueblos indefensos, en actos de cobardía: Irak, Agfanistán, Chechenia, Grenada, Panamá, bloqueo inhumano a Cuba, para apropiarse de sus recursos. Hoy es obligatorio, emergente, imprescindible, comenzar a hacer el gran frente por la paz planetaria. Por la salvación de lo que queda de árboles, animales y el patrimonio cultural.

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Paremos para siempre todas las guerras.
Paremos la tala de los bosques y la muerte de las especies animales.
Paremos la contaminación que nos roba el oxígeno que es la vida.
Paremos las mutaciones biológicas que alteran el mundo natural.
Paremos las agresiones económicas que ahorcan a nuestros pueblos.
Paremos toda la basura mediática que inunda el Planeta y envenena la mente de los pueblos.
Paremos la producción y el comercio de las drogas.
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En síntesis, salvemos lo que nos queda del Planeta para que exista futuro, para nuestras próximas generaciones.
Invirtamos todos nuestros recursos en acabar para siempre con la pobreza.
Dediquemos toda la ciencia y la cultura para llenar de felicidad y vida este Planeta.
Construyamos el mundo de la alegría, donde todo sea de todos y alcance para todos.
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No olvidemos a Julius Fusik frente a la horca:

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“… ¡y no olviden nunca que por la alegría vivo,
que por la alegría he ido al combate
y por la alegría muero!”

¡Qué mi nombre no sea jamás
unido a la tristeza!”
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Hagamos una inmensa hoguera con todas las armas, incluyendo las atómicas, no olvidemos que Vietnam conquistó su victoria, contra el imperio más poderoso de la Tierra, con una sola arma: su cultura y su amor por la libertad.
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Contra el poder inmenso de los imperios no hacen falta armas, sino la voluntad de vencer con nuestra inteligencia. Recordemos que los vietnamitas no tenían tanques, pero inventaron el hueco donde caían los tanques.

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Convirtamos los cuarteles en escuelas, que los soldados sean soldados de la vida y jamás para la muerte, que todos pasen a sembrar los campos y ser creadores de riqueza social.

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Enfrentemos todo nuestro bagaje cultural y creativo contra toda la barbarie que tienen los imperios.

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¡El pueblo unido jamás será vencido!
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Sólo en la paz es posible ser hombres libres, ser dueños del futuro y de la esperanza.

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“Si todos los hombres del Mundo
las manos se pudieran dar
qué danza tan bella, tan bella,
podríamos danzar”

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LPyC/15/12/2008