El Nobel de Economía recae en una defensora del bien comunal
La primera mujer en recibir el galardón apuesta por la economía sostenible
La reacción de buena parte de los que conocieron los nombres nada más hacerse públicos (una de la tarde, hora española) fue echar mano de Google. Ostrom y Williamson no son dos perfectos desconocidos pero tampoco asiduos de los manuales de economía. Sus teorías no hablan de causas ni soluciones a crisis cíclicas. Hablan de nuevas formas de organización, de gestión sostenible del medio ambiente, de futuro.
Ostrom, en concreto, habla de opciones más allá del corsé que acabó de anudar la Guerra Fría, donde sólo cabían dos fórmulas económicas, que se mantienen hoy con sus versiones descafeinadas: el poder del Estado y el poder del mercado. Esta dicotomía no sirve para los bienes que proporciona la naturaleza (el agua, la pesca, los bosques, los pastos). La economista ha sido premiada por haber demostrado que, en ocasiones, una comunidad es capaz de administrar los bienes comunes de forma más eficaz que si se privatizan o los gestiona el Estado.
Williamson, por su parte, es uno de los primeros investigadores de las compañías e instituciones y su capacidad de buscar soluciones cuando el mercado no funciona correctamente. La exteriorización o los diferentes tipos de contrato (indefinido, temporal) son ejemplos de cómo las empresas solucionan de forma interna las taras del mercado cuando este no funciona en competencia.
Para José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, "son unos premios muy oportunos. No son investigadores muy conocidos, pero han realizado aportaciones muy interesantes y oportunas sobre cómo gestionar con más eficiencia los bienes comunales y públicos, donde el mercado no ha podido definir el reparto, el precio o el consumo óptimo". En el caso de Ostrom, Díez destaca que "lo importante es que la salida de la crisis no vaya contra el medio ambiente".
Público - Epaña/13/10/2009
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