La directora de la Casa Árabe afirma que “la bomba demográfica del mundo árabe está sobredimensionada”
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Gema Martín Muñoz, directora de la Casa Árabe y del Instituto Internacional de Estudios Árabes y del Mundo Musulmán, ha afirmado durante el curso ‘Jóvenes y también musulmanes. La nueva generación musulmana en Europa y los países islámicos’ que “la bomba demográfica del mundo árabe no es una amenaza invasora, es una realidad sobredimensionada”.
Esta realidad a la que se aludió Martín Muñoz hace referencia al incremento de población joven en el mundo islámico, que actualmente se traduce en que “el 60% de la población árabe tiene menos de 20 años”, según apuntó la directora de la Casa Árabe aportó en su ponencia.
Martín Muñoz, codirectora del seminario junto a Asef Bayat, director académico del Internacional Institute for the Study of Islam in the Modern World (ISIM), expuso una introducción durante su intervención con el ánimo de que sirviera “de marco de referencia, identificando elementos claves de la nueva generación de jóvenes musulmanes”.
El primer “elemento fundamental” al que se refirió fue el mencionado “boom demográfico”, el cual, según señaló, encuentra sus principales explicaciones en el desarrollismo que se dio en las primeras décadas postcoloniales. Asimismo, en ese ambiente, unos países apoyaron una política natalista y otros se “desentendieron del control de natalidad”.
Según Martín Muñoz, sirvieron de apoyo a este desarrollismo “las inyecciones económicas que llegaron de diversas fuentes, que posteriormente algunas se descubrieron como trampas financieras”. Otra fuente de financiación para estos gobiernos fueron las “ayudas interárabes provenientes de los países ricos del petróleo”, aportaciones que dichos estados utilizaron para “evitar la confrontación directa con Israel”.
Respecto al incremento demográfico, la directora del curso añadió que el “problema no está en ese crecimiento, sino en la incapacidad de los estados de absorber a dicha población debido a la falta de crecimiento económico”.
El segundo factor importante para comprender la realidad de los jóvenes musulmanes es el “proceso de urbanización que, con la excepción de Marruecos, han sufrido los países del norte de África”. Dicho proceso ha conllevado el movimiento interior de población hacia las grandes urbes. “Si se ven porcentajes de índices de población, el urbano excede al real muy ostensiblemente”, aseguró Martín Muñoz.
“La intensiva integración en la educación de los ciudadanos” es, según la directora de la Casa Árabe, otro de los factores decisivos en la conformación del perfil del joven musulmán. Este fenómeno, “común a todos los procesos postcoloniales”, ha provocado que uno de los sectores parados más importantes sea el de licenciados universitarios que no han podido acceder a un primer empleo, “en el caso de Marruecos un 30 ó 35 por ciento de los desempleados”.
Otro elemento condicionante de la situación del sector de población que se analizará en el curso es la “fractura ideológica de un modelo que durante la primera generación postcolonial se identificó con valores que sucumbieron al fracaso”. Un choque que provoca la no identificación de la juventud con dichos principios recogidos en un modelo que “representa la herencia de las élites políticas que siguen perpetuándose en el poder”.
“Los sectores más afectados por las reformas estructurales son los jóvenes y las mujeres”, afirmó Martín Muñoz. Además “la perpetuación de las élites ha ido generando sistemas políticos de carácter ‘clánico tribalista’ que monopoliza el sistema económico y que se caracteriza por el incremento de la corrupción”. Martín Muñoz aseguró que aunque los informes macroeconómicos que se presentan de estos países árabes son “aceptables”, “no repercute directamente en beneficio de las poblaciones”. La islamista también destacó como influyente en esta fractura generacional la derrota en 1967 del mundo árabe frente al “enemigo común”, el imperialismo encarnado en Israel. El fracaso del sistema “panarábico” hace que se tambaleen los pilares ideológicos traducidos en promesas en los que se basaba el sistema.
Ante esta situación, y siempre según Martín Muñoz, la población ha seguido principalmente dos estrategias: la emigración y la alineación con los partidos políticos existentes.
En cuanto a la emigración, la directora de la Casa Árabe aseveró que se diferencia de los movimientos de este tipo vividos en los cincuenta en que, debido al pesimismo, los inmigrantes “no integran la idea de regreso”.
Respecto a la alineación con los partidos, la estudiosa del mundo islámico destacó el sentido de las palabras “moderado” y “radical”, unos términos que pierden el sentido que tienen “en el diccionario de la academia”, ya que se identifica a los moderados con los próximos a la política de Estados Unidos y a los radicales con nuestros “oficiales enemigos
Esta realidad a la que se aludió Martín Muñoz hace referencia al incremento de población joven en el mundo islámico, que actualmente se traduce en que “el 60% de la población árabe tiene menos de 20 años”, según apuntó la directora de la Casa Árabe aportó en su ponencia.
Martín Muñoz, codirectora del seminario junto a Asef Bayat, director académico del Internacional Institute for the Study of Islam in the Modern World (ISIM), expuso una introducción durante su intervención con el ánimo de que sirviera “de marco de referencia, identificando elementos claves de la nueva generación de jóvenes musulmanes”.
El primer “elemento fundamental” al que se refirió fue el mencionado “boom demográfico”, el cual, según señaló, encuentra sus principales explicaciones en el desarrollismo que se dio en las primeras décadas postcoloniales. Asimismo, en ese ambiente, unos países apoyaron una política natalista y otros se “desentendieron del control de natalidad”.
Según Martín Muñoz, sirvieron de apoyo a este desarrollismo “las inyecciones económicas que llegaron de diversas fuentes, que posteriormente algunas se descubrieron como trampas financieras”. Otra fuente de financiación para estos gobiernos fueron las “ayudas interárabes provenientes de los países ricos del petróleo”, aportaciones que dichos estados utilizaron para “evitar la confrontación directa con Israel”.
Respecto al incremento demográfico, la directora del curso añadió que el “problema no está en ese crecimiento, sino en la incapacidad de los estados de absorber a dicha población debido a la falta de crecimiento económico”.
El segundo factor importante para comprender la realidad de los jóvenes musulmanes es el “proceso de urbanización que, con la excepción de Marruecos, han sufrido los países del norte de África”. Dicho proceso ha conllevado el movimiento interior de población hacia las grandes urbes. “Si se ven porcentajes de índices de población, el urbano excede al real muy ostensiblemente”, aseguró Martín Muñoz.
“La intensiva integración en la educación de los ciudadanos” es, según la directora de la Casa Árabe, otro de los factores decisivos en la conformación del perfil del joven musulmán. Este fenómeno, “común a todos los procesos postcoloniales”, ha provocado que uno de los sectores parados más importantes sea el de licenciados universitarios que no han podido acceder a un primer empleo, “en el caso de Marruecos un 30 ó 35 por ciento de los desempleados”.
Otro elemento condicionante de la situación del sector de población que se analizará en el curso es la “fractura ideológica de un modelo que durante la primera generación postcolonial se identificó con valores que sucumbieron al fracaso”. Un choque que provoca la no identificación de la juventud con dichos principios recogidos en un modelo que “representa la herencia de las élites políticas que siguen perpetuándose en el poder”.
“Los sectores más afectados por las reformas estructurales son los jóvenes y las mujeres”, afirmó Martín Muñoz. Además “la perpetuación de las élites ha ido generando sistemas políticos de carácter ‘clánico tribalista’ que monopoliza el sistema económico y que se caracteriza por el incremento de la corrupción”. Martín Muñoz aseguró que aunque los informes macroeconómicos que se presentan de estos países árabes son “aceptables”, “no repercute directamente en beneficio de las poblaciones”. La islamista también destacó como influyente en esta fractura generacional la derrota en 1967 del mundo árabe frente al “enemigo común”, el imperialismo encarnado en Israel. El fracaso del sistema “panarábico” hace que se tambaleen los pilares ideológicos traducidos en promesas en los que se basaba el sistema.
Ante esta situación, y siempre según Martín Muñoz, la población ha seguido principalmente dos estrategias: la emigración y la alineación con los partidos políticos existentes.
En cuanto a la emigración, la directora de la Casa Árabe aseveró que se diferencia de los movimientos de este tipo vividos en los cincuenta en que, debido al pesimismo, los inmigrantes “no integran la idea de regreso”.
Respecto a la alineación con los partidos, la estudiosa del mundo islámico destacó el sentido de las palabras “moderado” y “radical”, unos términos que pierden el sentido que tienen “en el diccionario de la academia”, ya que se identifica a los moderados con los próximos a la política de Estados Unidos y a los radicales con nuestros “oficiales enemigos
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santanderciudadviva.com - España/29/08/2007
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