Política, negociaciones y asesinatos
ANÁLISIS DE INTERNACIONAL
Isaac Á. Calvo
Isaac Á. Calvo
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La actualidad internacional abre el nuevo curso con asuntos que colean desde el verano. La elección del nuevo presidente de Turquía ha sido mucho más larga de lo previsto y ha provocado una crisis institucional que parece haberse solucionado. Eso sí, el Ejército, guardián de los valores laicos, se reserva la potestad de recurrir a la fuerza en caso de que el nuevo jefe de Estado, el islamista moderado Abdulá Gül, vaya por derroteros demasiado religiosos. No hay que olvidar que oficialmente, Turquía es laica a pesar de que más del 90 por ciento de la población es musulmana y el Gobierno es del mismo partido que el nuevo mandatario. La Comunidad Internacional, especialmente la Unión Europea, ha seguido con lupa lo que ocurría en el país turco. Conviene recordar, que una de las mayores aspiraciones de Turquía es formar parte de la UE, un proceso de adhesión que está en marcha en su fase preliminar puesto que las autoridades otómanas deben afrontar mayores reformas democráticas y de respeto a los Derechos Humanos. A todo ello, hay que añadir la desconfianza que provoca la incorporación turca en algunos miembros comunitarios. La política junto con las negociaciones estuvieron presentes durante, prácticamente, todo el mes de agosto entre Corea del Sur y los talibanes. Este grupo radical secuestró a una veintena de misioneros surcoreanos y, después de asesinar a dos de éstos, fue liberando paulatinamente a sus rehenes mientras prosperaban las conversaciones. Finalmente, todos los cautivos restantes regresaron a Seúl pero existe gran controversia porque diferentes fuentes acusan al Gobierno surcoreano de pagar hasta 40 millones de dólares a los talibanes. Aspecto que han negado los representantes del país asiático, que se limitan a reconocer unos compromisos mínimos referentes a la retirada de tropas. Además de en Iraq –donde la muerte es, lamentablemente, una constante-, durante el pasado mes hubo seis asesinatos que conmocionaron a Alemania y a Italia. Seis italianos murieron tiroteados en una población alemana. La Policía de ambos países culpa a los enfrentamientos mafiosos de la masacre y creen que puede comenzar una guerra entra las diferentes familias. Ésta traería más sangre, dolor e inseguridad por lo que las autoridades de Italia trabajan para evitarla. No será fácil puesto que hay venganzas que tardan muchos años en producirse.
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La Semana - España/03/09/2007
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