Weekly Analyses 37/2007
Zimbabue: crecen las tensiones internas - Estados Unidos: consecuencias del veto de Bush al Programa Estatal de Seguro de Salud Infantil - Pakistán: Musharraf gana las elecciones presidenciales - Ucrania: Gazprom amenaza con cortar el suministro de gas - Arabia Saudí: el significado de la Conferencia de Paz otoñal
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Zimbabue: crecen las tensiones internas
A seis meses de las elecciones presidenciales, las negociaciones de Pretoria, estancadas tras la reciente enmienda constitucional que concedería al presidente Mugabe el poder de nominar a su sucesor, dejando fuera de juego al Parlamento (Véase: Zimbabue: necesaria solución regional), han dado esperanzas a la probable extensión del derecho de voto a todos los ciudadanos de Zimbabue. Estas disposiciones incluirían en el electorado activo a casi cuatro millones de zimbabuenses, actualmente excluidos, emigrados a consecuencia de la crisis económica y social que golpea al país (inflación al 13.000%, desocupación al 80%, emergencia alimentaria). El ZANU-PF mantendría negociaciones con las dos facciones del MDC, siempre gracias a la mediación del SADC-Mbeki, para la completa independencia de la Comisión Electoral de Zimbabue (ZEC, por sus siglas en inglés) y, sobre todo, para la enmienda de la Ley de Orden Público y Seguridad (POSA). Esta última era utilizada desde hace tiempo por el Gobierno para reprimir a la oposición (recuérdese especialmente los desórdenes de marzo, que llevaron al arresto de Tsvangirai y la firme condena de la comunidad internacional).Por otro lado, la poca confianza que le quedaba al país, ha desaparecido con la aprobación, en la primera votación de la Cámara, de la Indigenisation and Economic Empowerment Bill, última etapa del proceso iniciado en 1997, con la reforma agraria que confiscó las tierras en manos de los latifundistas blancos para entregarlas a los veteranos de la guerra de liberalización, sumiendo la economía del país en el caos e inaugurando la actual fase de aislamiento internacional. Cuando la ley sea aprobada en el Senado, el 51% de las empresas nacionales y extranjeras pasarán a manos de la población de color discriminada durante el colonialismo. Se sostiene que el acto legislativo conducirá a una limitada fuga de capital, producida ya en las empresas extranjeras mediocres; la protesta del MDC, que no considera que esta ley se corresponda con las negociaciones de Pretoria, ha sido inevitable.Si, por un lado, se registra una mayor apertura en el partido del Gobierno, están creciendo las tensiones también en las relaciones con el MDC, a causa de la cumbre de diciembre, cuando el ZANU-PF decidirá si Mugabe volverá a presentarse a las elecciones. Una intervención regional de la SADC, más incisiva que la actual mediación, parece ahora más necesaria e inevitable, en particular como consecuencia de los procedimientos de registro de los electores y del regular desarrollo de las elecciones de marzo.
Zimbabue: crecen las tensiones internas
A seis meses de las elecciones presidenciales, las negociaciones de Pretoria, estancadas tras la reciente enmienda constitucional que concedería al presidente Mugabe el poder de nominar a su sucesor, dejando fuera de juego al Parlamento (Véase: Zimbabue: necesaria solución regional), han dado esperanzas a la probable extensión del derecho de voto a todos los ciudadanos de Zimbabue. Estas disposiciones incluirían en el electorado activo a casi cuatro millones de zimbabuenses, actualmente excluidos, emigrados a consecuencia de la crisis económica y social que golpea al país (inflación al 13.000%, desocupación al 80%, emergencia alimentaria). El ZANU-PF mantendría negociaciones con las dos facciones del MDC, siempre gracias a la mediación del SADC-Mbeki, para la completa independencia de la Comisión Electoral de Zimbabue (ZEC, por sus siglas en inglés) y, sobre todo, para la enmienda de la Ley de Orden Público y Seguridad (POSA). Esta última era utilizada desde hace tiempo por el Gobierno para reprimir a la oposición (recuérdese especialmente los desórdenes de marzo, que llevaron al arresto de Tsvangirai y la firme condena de la comunidad internacional).Por otro lado, la poca confianza que le quedaba al país, ha desaparecido con la aprobación, en la primera votación de la Cámara, de la Indigenisation and Economic Empowerment Bill, última etapa del proceso iniciado en 1997, con la reforma agraria que confiscó las tierras en manos de los latifundistas blancos para entregarlas a los veteranos de la guerra de liberalización, sumiendo la economía del país en el caos e inaugurando la actual fase de aislamiento internacional. Cuando la ley sea aprobada en el Senado, el 51% de las empresas nacionales y extranjeras pasarán a manos de la población de color discriminada durante el colonialismo. Se sostiene que el acto legislativo conducirá a una limitada fuga de capital, producida ya en las empresas extranjeras mediocres; la protesta del MDC, que no considera que esta ley se corresponda con las negociaciones de Pretoria, ha sido inevitable.Si, por un lado, se registra una mayor apertura en el partido del Gobierno, están creciendo las tensiones también en las relaciones con el MDC, a causa de la cumbre de diciembre, cuando el ZANU-PF decidirá si Mugabe volverá a presentarse a las elecciones. Una intervención regional de la SADC, más incisiva que la actual mediación, parece ahora más necesaria e inevitable, en particular como consecuencia de los procedimientos de registro de los electores y del regular desarrollo de las elecciones de marzo.
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Massimo Corsini
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Estados Unidos: consecuencias del veto de Bush al Programa Estatal de Seguro de Salud Infantil
Por cuarta vez desde el inicio de su mandato, George W. Bush ha utilizado el derecho de veto para bloquear una ley aprobada por el Congreso estadounidense. El presidente americano ha bloqueado el proyecto de financiación del programa conocido como SCHIP, por el cual se pretendía ampliar la cobertura sanitaria concedida a los hijos de las parejas con rentas más bajas y que había sido aprobado en el Congreso por una amplia mayoría compuesta incluso por muchos representantes del Partido Republicano. El SCHIP es uno de los programas sociales más populares de Estados Unidos y la decisión de incrementar la asignación federal que se hace al programa estuvo respaldada no sólo por los representantes de los dos partidos, sino también por el lobby conformado por las Iglesias cristianas y por el de las industrias farmacéuticas. El SCHIP, que había entrado en vigor hace dos años, fue financiado inicialmente con 25.000 millones de dólares, que habrían debido convertirse en 60.000 en el próximo quinquenio. De esta forma, unos 10 millones de niños estadounidenses habrían podido beneficiarse de las asignaciones federales.Las razones del presidente para aplicar el veto son de carácter político e ideológico. De hecho, Bush ha declarado que el veto se decidió como forma de controlar los gastos federales y porque un incremento de la financiación podría provocar un aumento del número de interesados en un sistema sanitario controlado por el gobierno federal. La reacción de los demócratas y de algunos republicanos moderados ha sido durísima. También la opinión pública considera el veto presidencial como un acto de crueldad, sobre todo debido a la petición simultánea de financiar con 42.000 dólares las tropas desplegadas en Irak.La elección política del presidente parece demasiado arriesgada puesto que tanto el país como los propios representantes del Partido Republicano, están pidiendo con insistencia su aprobación. Este tipo de decisiones en materia de sanidad pública y de gestión de la situación iraquí, es precisamente lo que ha ido alejando al presidente cada vez más, tanto de la opinión pública, como de los congresistas republicanos más moderados, quienes podrían decantarse por apoyar a los demócratas en algunas votaciones sobre cuestiones fundamentales, como la petición de retiro inmediato de las tropas estadounidenses en Irak.
Estados Unidos: consecuencias del veto de Bush al Programa Estatal de Seguro de Salud Infantil
Por cuarta vez desde el inicio de su mandato, George W. Bush ha utilizado el derecho de veto para bloquear una ley aprobada por el Congreso estadounidense. El presidente americano ha bloqueado el proyecto de financiación del programa conocido como SCHIP, por el cual se pretendía ampliar la cobertura sanitaria concedida a los hijos de las parejas con rentas más bajas y que había sido aprobado en el Congreso por una amplia mayoría compuesta incluso por muchos representantes del Partido Republicano. El SCHIP es uno de los programas sociales más populares de Estados Unidos y la decisión de incrementar la asignación federal que se hace al programa estuvo respaldada no sólo por los representantes de los dos partidos, sino también por el lobby conformado por las Iglesias cristianas y por el de las industrias farmacéuticas. El SCHIP, que había entrado en vigor hace dos años, fue financiado inicialmente con 25.000 millones de dólares, que habrían debido convertirse en 60.000 en el próximo quinquenio. De esta forma, unos 10 millones de niños estadounidenses habrían podido beneficiarse de las asignaciones federales.Las razones del presidente para aplicar el veto son de carácter político e ideológico. De hecho, Bush ha declarado que el veto se decidió como forma de controlar los gastos federales y porque un incremento de la financiación podría provocar un aumento del número de interesados en un sistema sanitario controlado por el gobierno federal. La reacción de los demócratas y de algunos republicanos moderados ha sido durísima. También la opinión pública considera el veto presidencial como un acto de crueldad, sobre todo debido a la petición simultánea de financiar con 42.000 dólares las tropas desplegadas en Irak.La elección política del presidente parece demasiado arriesgada puesto que tanto el país como los propios representantes del Partido Republicano, están pidiendo con insistencia su aprobación. Este tipo de decisiones en materia de sanidad pública y de gestión de la situación iraquí, es precisamente lo que ha ido alejando al presidente cada vez más, tanto de la opinión pública, como de los congresistas republicanos más moderados, quienes podrían decantarse por apoyar a los demócratas en algunas votaciones sobre cuestiones fundamentales, como la petición de retiro inmediato de las tropas estadounidenses en Irak.
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Simone Comi
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Pakistán: Musharraf gana las elecciones presidenciales
Las elecciones presidenciales celebradas el sábado 6 de octubre han terminado tal y como se preveía, es decir, confirmando al general Pervez Musharraf como Presidente. De los 1.170 miembros que conforman el colegio electoral, sólo ejercieron su derecho 684, con un total de 671 votos a favor de Musharraf. Para la designación oficial de un nuevo mandato de cinco años para el General, la Comisión Electoral deberá esperar al pronunciamiento de la Corte Suprema, previsto para el 17 de octubre, ya que la oposición ha considerado las elecciones como anticonstitucionales. Pese a todo, se da por descontado que el resultado favorecerá a Musharraf.De acuerdo con lo prometido por él mismo, Musharraf debería renunciar al cargo de Jefe del Ejército antes del 15 de noviembre, es decir, antes de que acabe su actual mandato. De esta forma se pretende llegar a las elecciones de enero en un clima algo menos crispado.El 5 de octubre Musharraf firmó un acuerdo de reconciliación nacional en el que absolvía a la ex Primer Ministro, Benazir Bhutto, y a otros políticos, de todas las acusaciones de corrupción que se habían vertido contra ellos. Con esta maniobra, el Presidente estaba tratando de crear un pacto de alianza sobre el que afianzar el apoyo parlamentario. La vuelta de Buttho desde el exilio -se había marchado para evitar ser arrestada- está prevista para el 18 de octubre. La líder del Pakistan People Party, de 54 años, ha pedido a Musharraf que deje el cargo de Jefe del Ejército y que modifique la Constitución para que ella misma pueda presentarse como candidata para un tercer mandato como Primer Ministro. Parece que el cargo de Primer Ministro será la moneda de cambio que Musharraf utilizará para “pagar” su permanencia a la cabeza del Estado.
Pakistán: Musharraf gana las elecciones presidenciales
Las elecciones presidenciales celebradas el sábado 6 de octubre han terminado tal y como se preveía, es decir, confirmando al general Pervez Musharraf como Presidente. De los 1.170 miembros que conforman el colegio electoral, sólo ejercieron su derecho 684, con un total de 671 votos a favor de Musharraf. Para la designación oficial de un nuevo mandato de cinco años para el General, la Comisión Electoral deberá esperar al pronunciamiento de la Corte Suprema, previsto para el 17 de octubre, ya que la oposición ha considerado las elecciones como anticonstitucionales. Pese a todo, se da por descontado que el resultado favorecerá a Musharraf.De acuerdo con lo prometido por él mismo, Musharraf debería renunciar al cargo de Jefe del Ejército antes del 15 de noviembre, es decir, antes de que acabe su actual mandato. De esta forma se pretende llegar a las elecciones de enero en un clima algo menos crispado.El 5 de octubre Musharraf firmó un acuerdo de reconciliación nacional en el que absolvía a la ex Primer Ministro, Benazir Bhutto, y a otros políticos, de todas las acusaciones de corrupción que se habían vertido contra ellos. Con esta maniobra, el Presidente estaba tratando de crear un pacto de alianza sobre el que afianzar el apoyo parlamentario. La vuelta de Buttho desde el exilio -se había marchado para evitar ser arrestada- está prevista para el 18 de octubre. La líder del Pakistan People Party, de 54 años, ha pedido a Musharraf que deje el cargo de Jefe del Ejército y que modifique la Constitución para que ella misma pueda presentarse como candidata para un tercer mandato como Primer Ministro. Parece que el cargo de Primer Ministro será la moneda de cambio que Musharraf utilizará para “pagar” su permanencia a la cabeza del Estado.
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Desk Asia
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Ucrania: Gazprom amenaza con cortar el suministro de gas
En Ucrania, inmediatamente después de las elecciones parlamentarias y con el escrutinio de los votos aún sin finalizar, un anuncio de la compañía estatal rusa Gazprom acabó por desestabilizar la situación ya de por sí compleja, contribuyendo a crear un escenario aún más incierto. La compañía moscovita no excluye recurrir a un nuevo bloqueo de gas si Kiev no afronta sus deudas en un breve periodo de tiempo. Se repetiría así a lo sucedido en enero de 2006, cuando una crisis entre Rusia y Ucrania sobre el precio correspondiente al suministro de gas llevó al bloqueo de las transferencias energéticas que se hacen a la república ex soviética, lo que tuvo repercusiones sobre muchos países europeos.La amenaza de Gazprom no habría tenido un efecto tan violento en la escena política ucraniana si se hubiese dirigido a un Gobierno ya formado. Es más probable que la decisión de la compañía tenga el objetivo de influenciar directamente en las consultas post-electorales. El nuevo ministro, jugará un rol fundamental en la renegociación de los acuerdos estipulados en el 2006. Si Yanukovich fuese confirmado de nuevo como jefe de Gobierno, los acuerdos precedentes se mantendrían, y la RosUkrEnergo, joint venture ruso – ucraniana, intermediaria entre el Gobierno de Kiev y Gazprom, no sufriría el riesgo de ser dañada. La situación cambiaría sensiblemente si Tymoschenko llegase al puesto de Primer Ministro. Este último no esconde su oposición a los acuerdos de 2006, ni su consideración de que la RosUkrEnergo actúa como una organización criminal. En cualquier caso, sea quien sea el que forme el nuevo Ejecutivo, puede excluirse una nueva ruptura con la Gazprom, ya que, después de que el acuerdo con Turkmenistán -que preveía una nueva diversificación de la política energética ucraniana- no fuera renovado, todo el gas proveniente de la república centro-asiática debe pasar a la fuerza por Moscú.
Ucrania: Gazprom amenaza con cortar el suministro de gas
En Ucrania, inmediatamente después de las elecciones parlamentarias y con el escrutinio de los votos aún sin finalizar, un anuncio de la compañía estatal rusa Gazprom acabó por desestabilizar la situación ya de por sí compleja, contribuyendo a crear un escenario aún más incierto. La compañía moscovita no excluye recurrir a un nuevo bloqueo de gas si Kiev no afronta sus deudas en un breve periodo de tiempo. Se repetiría así a lo sucedido en enero de 2006, cuando una crisis entre Rusia y Ucrania sobre el precio correspondiente al suministro de gas llevó al bloqueo de las transferencias energéticas que se hacen a la república ex soviética, lo que tuvo repercusiones sobre muchos países europeos.La amenaza de Gazprom no habría tenido un efecto tan violento en la escena política ucraniana si se hubiese dirigido a un Gobierno ya formado. Es más probable que la decisión de la compañía tenga el objetivo de influenciar directamente en las consultas post-electorales. El nuevo ministro, jugará un rol fundamental en la renegociación de los acuerdos estipulados en el 2006. Si Yanukovich fuese confirmado de nuevo como jefe de Gobierno, los acuerdos precedentes se mantendrían, y la RosUkrEnergo, joint venture ruso – ucraniana, intermediaria entre el Gobierno de Kiev y Gazprom, no sufriría el riesgo de ser dañada. La situación cambiaría sensiblemente si Tymoschenko llegase al puesto de Primer Ministro. Este último no esconde su oposición a los acuerdos de 2006, ni su consideración de que la RosUkrEnergo actúa como una organización criminal. En cualquier caso, sea quien sea el que forme el nuevo Ejecutivo, puede excluirse una nueva ruptura con la Gazprom, ya que, después de que el acuerdo con Turkmenistán -que preveía una nueva diversificación de la política energética ucraniana- no fuera renovado, todo el gas proveniente de la república centro-asiática debe pasar a la fuerza por Moscú.
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Felice Di Leo
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Arabia Saudí: el significado de la Conferencia de Paz otoñal
Desde las últimas semanas, Arabia Saudí está adoptando una posición un tanto extraña de cara a la Conferencia de Paz para Oriente Medio que va a tener lugar en Washington el próximo mes de noviembre, por deseo de Estados Unidos e Israel. En un primer momento, Riad parecía dispuesta a participar en las negociaciones sin exigir condiciones particulares y mostraba una, al menos aparente, voluntad de cooperación para alcanzar una solución del conflicto palestino-israelí que pudiera ser aceptada por todos los actores presentes en la región. Sin embargo, dicha posición parece haber cambiado en la última semana, sobre todo después de que el Ministro de Exteriores Saud al-Faysal haya puesto en duda la participación de Arabia en la Cumbre, haciéndola depender del cese de los ataques israelíes a los territorios palestinos y de que se acordará no poner sobre la mesa algunas cuestiones espinosas tales como el pretendido derecho israelí a reivindicar algunos territorios o el regreso de los fugitivos palestinos.A pesar del optimismo exhibido por el Presidente Bush en sus declaraciones sobre dicha conferencia, en la que en principio deberían participar muchos países de la Liga Árabe (entre ellos el Libano y Siria), las perspectivas podrían cambiar después de los últimos movimientos que se están realizando desde Riad. Una vez más, Estados Unidos parece estar obligado a pagar el precio de la política que ha desarrollado en Oriente Medio durante los últimos años, caracterizada por un apoyo excesivo de los muchos y diversos actores presentes en dicho escenario (y por ello también muchas veces enfrentados entre sí).Aunque las relaciones entre Estados Unidos e Irán han estado marcadas siempre por la hostilidad y las tensiones, la administración Bush está tratando desde hace tiempo de estrechar lazos con Teheran, algo que parece inevitable, con la esperanza de conseguir la estabilización de Oriente Medio. Con este objetivo, el verano pasado se desarrollaron algunos encuentros oficiales entre los representantes diplomáticos de las dos partes. No sólo en lo referente a Irak o Palestina, sino también con respecto a otros países estratégicos como el Libano, Yemen o Afganistán, no podría llegarse a un compromiso que no tuviera en consideración a Irán. Es precisamente esta consideración la que lleva a ciertos grupos a contemplar la idea de un cambio de régimen en Teheran. Riad, que en compensación a la ayuda para contrarrestar la pobreza en Irán, ha recibido grandes sumas de ayuda militar y económica (hecho que ha provocado a su vez las protestas de Jerusalén), parece ahora sin embargo no estar dispuesta a aceptar que la influencia de Teheran pueda seguir extendiéndose. Quizás esta sea en realidad la explicación a la amenaza saudita de retirarse de la Conferencia.
Arabia Saudí: el significado de la Conferencia de Paz otoñal
Desde las últimas semanas, Arabia Saudí está adoptando una posición un tanto extraña de cara a la Conferencia de Paz para Oriente Medio que va a tener lugar en Washington el próximo mes de noviembre, por deseo de Estados Unidos e Israel. En un primer momento, Riad parecía dispuesta a participar en las negociaciones sin exigir condiciones particulares y mostraba una, al menos aparente, voluntad de cooperación para alcanzar una solución del conflicto palestino-israelí que pudiera ser aceptada por todos los actores presentes en la región. Sin embargo, dicha posición parece haber cambiado en la última semana, sobre todo después de que el Ministro de Exteriores Saud al-Faysal haya puesto en duda la participación de Arabia en la Cumbre, haciéndola depender del cese de los ataques israelíes a los territorios palestinos y de que se acordará no poner sobre la mesa algunas cuestiones espinosas tales como el pretendido derecho israelí a reivindicar algunos territorios o el regreso de los fugitivos palestinos.A pesar del optimismo exhibido por el Presidente Bush en sus declaraciones sobre dicha conferencia, en la que en principio deberían participar muchos países de la Liga Árabe (entre ellos el Libano y Siria), las perspectivas podrían cambiar después de los últimos movimientos que se están realizando desde Riad. Una vez más, Estados Unidos parece estar obligado a pagar el precio de la política que ha desarrollado en Oriente Medio durante los últimos años, caracterizada por un apoyo excesivo de los muchos y diversos actores presentes en dicho escenario (y por ello también muchas veces enfrentados entre sí).Aunque las relaciones entre Estados Unidos e Irán han estado marcadas siempre por la hostilidad y las tensiones, la administración Bush está tratando desde hace tiempo de estrechar lazos con Teheran, algo que parece inevitable, con la esperanza de conseguir la estabilización de Oriente Medio. Con este objetivo, el verano pasado se desarrollaron algunos encuentros oficiales entre los representantes diplomáticos de las dos partes. No sólo en lo referente a Irak o Palestina, sino también con respecto a otros países estratégicos como el Libano, Yemen o Afganistán, no podría llegarse a un compromiso que no tuviera en consideración a Irán. Es precisamente esta consideración la que lleva a ciertos grupos a contemplar la idea de un cambio de régimen en Teheran. Riad, que en compensación a la ayuda para contrarrestar la pobreza en Irán, ha recibido grandes sumas de ayuda militar y económica (hecho que ha provocado a su vez las protestas de Jerusalén), parece ahora sin embargo no estar dispuesta a aceptar que la influencia de Teheran pueda seguir extendiéndose. Quizás esta sea en realidad la explicación a la amenaza saudita de retirarse de la Conferencia.
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Stefano Torelli
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Equilibri.net - Italy/09/10/2007
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