La democracia estadounidense vista por los europeos
EurObamania
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Los medios de comunicación en Europa están saturados con noticias acerca de las primarias estadounidenses, noticias que están sesgadas fuertemente a favor de los demócratas; las élites europeas también están exigiendo el derecho de ayudar a elegir al próximo ocupante de la Casa Blanca.
Los medios de comunicación en Europa están saturados con noticias acerca de las primarias estadounidenses, noticias que están sesgadas fuertemente a favor de los demócratas; las élites europeas también están exigiendo el derecho de ayudar a elegir al próximo ocupante de la Casa Blanca.
Algunos europeos están empezando a despertar a la realidad de que un demócrata en la Casa Blanca podría no ser lo mejor para sus intereses.
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El resultado de la elección presidencial de EEUU afectará la vida de millones de personas en todo el mundo. Por eso no es una gran sorpresa que muchos europeos estén resentidos porque no pueden participar en ella. Los medios de comunicación en Europa están saturados con noticias acerca de las primarias estadounidenses, noticias que están sesgadas fuertemente a favor de los demócratas. Y, como en elecciones anteriores, las élites europeas también están exigiendo el derecho de ayudar a elegir al próximo ocupante de la Casa Blanca. Lo que sigue es una breve relación de lo que algunos europeos están diciendo acerca de la democracia norteamericana.
Un artículo en De Standaard, un periódico (centro-derecha) con sede en Bruselas, expresa una opinión compartida por muchos europeos: “Las elecciones presidenciales norteamericanas no son asuntos internos. Las decisiones estadounidenses tienen repercusiones para todo el mundo…. Por lo tanto, el mundo debe tener el derecho al voto.”
Esta opinión es compartida por Daily Telegraph (conservador) con sede en Londres. Una columna titulada ‘Si sólo pudiéramos votar por el próximo Presidente de EEUU’ afirma que: “Muchos británicos pensamos que sería positivo si nosotros también pudiéramos votar. Bueno, tal vez no es necesario el valor total de un voto: nos conformaríamos con un valor del 50 por ciento del mismo. Después de todo, ya que somos una colonia estratégica de EEUU, sería bueno tener incluso una pequeña palabra en la manera en la que el imperio decide disponer de nuestra buena voluntad y nuestra sangre y tesoro.”
Lo qué las élites europeas realmente quieren es tener el derecho de “ayudar” a los estadounidenses a elegir al candidato “correcto”. Y si los titulares de los periódicos son una indicación, esta persona es, por abrumadora mayoría, el Senador de Illinois, Barack Obama. De hecho, en todo el continente, las europeas están locamente enamoradas de Obama, quien ahora es adorado como una figura religiosa.
En Alemania, Berliner Morgenpost (centro-derecha) proclama que Obama es ‘El nuevo Kennedy’ mientras que Bild (centrista) dice que ‘¡Este negro americano se ha convertido en el nuevo Kennedy!’. Frankfurter Rundschau (izquierdista) compara a Obama no sólo con Kennedy, sino también con los Presidentes Lincoln y Roosevelt.
En Hamburgo, Der Spiegel (izquierdista) afirma que: “Obama es el candidato de los idealistas…. Obama también pasó a ser el candidato preferido por la prensa internacional…. A muchos europeos les gustaría ver una América más europea.”
En los Países Bajos, De Volkskrant (izquierdista) informa que las primarias estadounidenses le ponen a los holandeses “la piel de gallina…. Obama tiene la autenticidad que el electorado holandés anhela desesperadamente.”
En Francia, Libération (centro-izquierdista) dice que el nuevo líder del Partido Socialista francés debe ser alguien con el perfil de Obama: “La izquierda francesa busca un líder carismático, edad 46, de raza mixta, para entregar un mensaje de esperanza y unidad. En un momento en que los demócratas estadounidenses están descubriendo su nuevo héroe, sería un buen momento para que el Partido Socialista pudiera encontrar un Barack Obama que pusiera fin a sus querellas internas.”
Mientras tanto, en una encuesta del Le Nouvel Observateur (centro-izquierda), Obama cuenta con un abrumador 60 por ciento de los 2680 votos emitidos, el doble del 30 por ciento de Clinton. El fallecido Presidente Kennedy se queda atrás, con sólo el 4 por ciento de los votos.
En Gran Bretaña, Times of London (centrista) confirma que los Tories están sufriendo una crisis de identidad, por la que se informa que tanto los “Tories como los laboristas tienen la esperanza de recibir un poco del polvo mágico de Barack Obama. Olas de emoción por el candidato presidencial han cruzado el Atlántico, y los políticos británicos están ansiosos.”
Después de meses de glorificar a Obama, los medios de comunicación europeos han tratado de explicar sus pérdidas frente a la Senadora de New York, Hillary Clinton, en New Hampshire, Nevada y Florida, como una elaborada conspiración para prevenir que un hombre negro se convierta en el 44 º Presidente de Estados Unidos. Después de que Clinton ganó las primarias de New Hampshire, por ejemplo, Il Giornale (centro-derecha), con sede en Milán, informó que Obama fue víctima de la manipulación de votos.
En Alemania, Financial Times Deutschland, opina que “hay algo narcisista en la idea de que Clinton estuviera llorando ante la posibilidad de que Estados Unidos pudiera perder la oportunidad de ser gobernado por ella. Egocentrismo crónico, narcisismo, auto-lástima—estas son exactamente las cualidades que hasta el día de hoy, hacen ser a Bill Clinton odiado por sus enemigos.”
Deutsche Welle, patrocinado por el estado, afirma que aunque la victoria de Clinton en New Hampshire se debe a su manera de mostrar una “genuina” emoción, en realidad es otro ejemplo de como la política estadounidense esta cayendo en una auto parodia.
Francia, por su parte, envió a su embajador a seguir muy de cerca los acontecimientos en New Hampshire. “En Francia hay mucho interés en esta elección… La administración en París quiere informes regulares,” dice el embajador de Francia a EEUU.
En un ensayo titulado ‘El fin de la Revolución Obama’, Der Spiegel se lamenta: “Todas las personas que han estado soñando con tener al primer presidente negro estadounidense ahora tienen que despertar. Lo más probable es que ocurra un día, sí, pero no en esta ocasión.”
Times of London dice que: “Considerando todas sus promesas de cambiar la imagen de EEUU en el mundo y de reconstruir viejas alianzas, Obama ha sido especialmente reacio a trabajar con Europa. Líderes británicos y europeos deben reflexionar sobre el significado y las consecuencias del ascenso repentino de Obama. Tal vez deberían preguntarse cuanto realmente le importan a él.” Buen punto.
De hecho, en otro artículo, Times of London lamentaba que: “Obama ha hecho sólo una breve visita oficial a Londres—y ninguna al resto de Europa occidental….”
En una amonestación de 800 palabras titulada ‘El sistema primario estadounidense no impresiona a los europeos’, Deutsche Welle manifiesta que si los alemanes no pueden ayudar a los estadounidenses a elegir a Obama, entonces el sistema electoral de EEUU es defectuoso. DW afirma que la democracia norteamericana es “atávica. Está obsoleta. Realmente no refleja la democracia en un sentido moderno.” El artículo continúa diciendo que EEUU estaría mejor si adoptara el sistema parlamentario, como el de (sorpresa, sorpresa) Alemania.
Algunos europeos están empezando a despertar a la realidad de que un demócrata en la Casa Blanca podría no ser lo mejor para sus intereses.
En Hamburgo, Die Welt (conservador) ofrece el más franco análisis de las consecuencias que tendría para Europa una victoria de Clinton. “Para Alemania es importante quien gana la carrera presidencial. Los Clinton no son admiradores ingenuos de Alemania y / o Europa. Como herederos de la impopular guerra en Irak, los Clinton, después de regresar a la Casa Blanca, demandarían el apoyo militar de Europa. De hecho, ya en 2004, los asesores de Gerhard Schroeder advirtieron que la peor consecuencia posible de su lucha contra la guerra de Irak habría sido una victoria de John Kerry. Porque entonces, el canciller alemán habría tenido un amistoso, pero exigente socio en la Casa Blanca que solicitaría asistencia en Bagdad, poniendo fin a la política antiamericana de Berlín.”
Según el Economist, con sede en Londres, “El entusiasmo europeo probablemente no va a sobrevivir a la elección de la señora Clinton, el señor Obama, o cualquier otro candidato. El próximo presidente va a gobernar como un americano, promoviendo los intereses estadounidenses en todo el mundo, y sin duda, muchos observadores en el exterior van a quedar decepcionados. Para los europeos imaginar algo diferente es ingenuo.”
En España, El Diario Exterior afirma que una victoria de Obama podría ser especialmente contraproducente para la izquierda europea, porque va a demostrar que EEUU no es el estado racista como dicen las élites europeas: “La izquierda [europea], que suele achacar a los Estados Unidos una política exterior imperial y una discriminación contra los negros y los hispanos, no está saludando el ascenso de Obama como uno esperaría…. Al enviar el mensaje de que está dispuesta a elegir a un afro-americano, una parte de la sociedad estadounidense está exhibiendo una actitud mucho más desprejuiciada de la que comúnmente se le atribuye a ese país.” El artículo continúa recordando a los lectores que la utopía multicultural de la Europa socialista no ha engendrado su propio Obama.
Después de ver la democracia de EEUU, los públicos europeos están preocupados por la falta de democracia en su propia casa. International Herald Tribune, con sede en Paris, señala en una columna titulada ‘No hay que buscar Democracia en la Presidencia europea’ que “a diferencia de las elecciones primarias presidenciales de EEUU, el comienzo de la selección del presidente de Europa no tiene mucho que ver con la democracia.” El artículo continúa: “La selección del presidente europeo es fiel al carácter histórico de la UE. En lugar de una votación popular, el proceso de selección pertenece al consejo de jefes de estado y de gobierno….”
Por último, Guardian de Londres (izquierdista), para variar, reconoce que EEUU está haciendo algo bien. En un raro caso de introspección y autocrítica, el periódico advierte a los británicos que “reflexionando en la transparente campaña de 2008, es evidente que los críticos británicos—y los críticos europeos en general—son culpables de un complejo de superioridad y de ignorancia por negar los puntos fuertes del sistema norteamericano.… En vez de rechazar la democracia estadounidense de una manera arrogante, tenemos que preguntarnos qué podemos aprender.” Eso sí es pensar!
El resultado de la elección presidencial de EEUU afectará la vida de millones de personas en todo el mundo. Por eso no es una gran sorpresa que muchos europeos estén resentidos porque no pueden participar en ella. Los medios de comunicación en Europa están saturados con noticias acerca de las primarias estadounidenses, noticias que están sesgadas fuertemente a favor de los demócratas. Y, como en elecciones anteriores, las élites europeas también están exigiendo el derecho de ayudar a elegir al próximo ocupante de la Casa Blanca. Lo que sigue es una breve relación de lo que algunos europeos están diciendo acerca de la democracia norteamericana.
Un artículo en De Standaard, un periódico (centro-derecha) con sede en Bruselas, expresa una opinión compartida por muchos europeos: “Las elecciones presidenciales norteamericanas no son asuntos internos. Las decisiones estadounidenses tienen repercusiones para todo el mundo…. Por lo tanto, el mundo debe tener el derecho al voto.”
Esta opinión es compartida por Daily Telegraph (conservador) con sede en Londres. Una columna titulada ‘Si sólo pudiéramos votar por el próximo Presidente de EEUU’ afirma que: “Muchos británicos pensamos que sería positivo si nosotros también pudiéramos votar. Bueno, tal vez no es necesario el valor total de un voto: nos conformaríamos con un valor del 50 por ciento del mismo. Después de todo, ya que somos una colonia estratégica de EEUU, sería bueno tener incluso una pequeña palabra en la manera en la que el imperio decide disponer de nuestra buena voluntad y nuestra sangre y tesoro.”
Lo qué las élites europeas realmente quieren es tener el derecho de “ayudar” a los estadounidenses a elegir al candidato “correcto”. Y si los titulares de los periódicos son una indicación, esta persona es, por abrumadora mayoría, el Senador de Illinois, Barack Obama. De hecho, en todo el continente, las europeas están locamente enamoradas de Obama, quien ahora es adorado como una figura religiosa.
En Alemania, Berliner Morgenpost (centro-derecha) proclama que Obama es ‘El nuevo Kennedy’ mientras que Bild (centrista) dice que ‘¡Este negro americano se ha convertido en el nuevo Kennedy!’. Frankfurter Rundschau (izquierdista) compara a Obama no sólo con Kennedy, sino también con los Presidentes Lincoln y Roosevelt.
En Hamburgo, Der Spiegel (izquierdista) afirma que: “Obama es el candidato de los idealistas…. Obama también pasó a ser el candidato preferido por la prensa internacional…. A muchos europeos les gustaría ver una América más europea.”
En los Países Bajos, De Volkskrant (izquierdista) informa que las primarias estadounidenses le ponen a los holandeses “la piel de gallina…. Obama tiene la autenticidad que el electorado holandés anhela desesperadamente.”
En Francia, Libération (centro-izquierdista) dice que el nuevo líder del Partido Socialista francés debe ser alguien con el perfil de Obama: “La izquierda francesa busca un líder carismático, edad 46, de raza mixta, para entregar un mensaje de esperanza y unidad. En un momento en que los demócratas estadounidenses están descubriendo su nuevo héroe, sería un buen momento para que el Partido Socialista pudiera encontrar un Barack Obama que pusiera fin a sus querellas internas.”
Mientras tanto, en una encuesta del Le Nouvel Observateur (centro-izquierda), Obama cuenta con un abrumador 60 por ciento de los 2680 votos emitidos, el doble del 30 por ciento de Clinton. El fallecido Presidente Kennedy se queda atrás, con sólo el 4 por ciento de los votos.
En Gran Bretaña, Times of London (centrista) confirma que los Tories están sufriendo una crisis de identidad, por la que se informa que tanto los “Tories como los laboristas tienen la esperanza de recibir un poco del polvo mágico de Barack Obama. Olas de emoción por el candidato presidencial han cruzado el Atlántico, y los políticos británicos están ansiosos.”
Después de meses de glorificar a Obama, los medios de comunicación europeos han tratado de explicar sus pérdidas frente a la Senadora de New York, Hillary Clinton, en New Hampshire, Nevada y Florida, como una elaborada conspiración para prevenir que un hombre negro se convierta en el 44 º Presidente de Estados Unidos. Después de que Clinton ganó las primarias de New Hampshire, por ejemplo, Il Giornale (centro-derecha), con sede en Milán, informó que Obama fue víctima de la manipulación de votos.
En Alemania, Financial Times Deutschland, opina que “hay algo narcisista en la idea de que Clinton estuviera llorando ante la posibilidad de que Estados Unidos pudiera perder la oportunidad de ser gobernado por ella. Egocentrismo crónico, narcisismo, auto-lástima—estas son exactamente las cualidades que hasta el día de hoy, hacen ser a Bill Clinton odiado por sus enemigos.”
Deutsche Welle, patrocinado por el estado, afirma que aunque la victoria de Clinton en New Hampshire se debe a su manera de mostrar una “genuina” emoción, en realidad es otro ejemplo de como la política estadounidense esta cayendo en una auto parodia.
Francia, por su parte, envió a su embajador a seguir muy de cerca los acontecimientos en New Hampshire. “En Francia hay mucho interés en esta elección… La administración en París quiere informes regulares,” dice el embajador de Francia a EEUU.
En un ensayo titulado ‘El fin de la Revolución Obama’, Der Spiegel se lamenta: “Todas las personas que han estado soñando con tener al primer presidente negro estadounidense ahora tienen que despertar. Lo más probable es que ocurra un día, sí, pero no en esta ocasión.”
Times of London dice que: “Considerando todas sus promesas de cambiar la imagen de EEUU en el mundo y de reconstruir viejas alianzas, Obama ha sido especialmente reacio a trabajar con Europa. Líderes británicos y europeos deben reflexionar sobre el significado y las consecuencias del ascenso repentino de Obama. Tal vez deberían preguntarse cuanto realmente le importan a él.” Buen punto.
De hecho, en otro artículo, Times of London lamentaba que: “Obama ha hecho sólo una breve visita oficial a Londres—y ninguna al resto de Europa occidental….”
En una amonestación de 800 palabras titulada ‘El sistema primario estadounidense no impresiona a los europeos’, Deutsche Welle manifiesta que si los alemanes no pueden ayudar a los estadounidenses a elegir a Obama, entonces el sistema electoral de EEUU es defectuoso. DW afirma que la democracia norteamericana es “atávica. Está obsoleta. Realmente no refleja la democracia en un sentido moderno.” El artículo continúa diciendo que EEUU estaría mejor si adoptara el sistema parlamentario, como el de (sorpresa, sorpresa) Alemania.
Algunos europeos están empezando a despertar a la realidad de que un demócrata en la Casa Blanca podría no ser lo mejor para sus intereses.
En Hamburgo, Die Welt (conservador) ofrece el más franco análisis de las consecuencias que tendría para Europa una victoria de Clinton. “Para Alemania es importante quien gana la carrera presidencial. Los Clinton no son admiradores ingenuos de Alemania y / o Europa. Como herederos de la impopular guerra en Irak, los Clinton, después de regresar a la Casa Blanca, demandarían el apoyo militar de Europa. De hecho, ya en 2004, los asesores de Gerhard Schroeder advirtieron que la peor consecuencia posible de su lucha contra la guerra de Irak habría sido una victoria de John Kerry. Porque entonces, el canciller alemán habría tenido un amistoso, pero exigente socio en la Casa Blanca que solicitaría asistencia en Bagdad, poniendo fin a la política antiamericana de Berlín.”
Según el Economist, con sede en Londres, “El entusiasmo europeo probablemente no va a sobrevivir a la elección de la señora Clinton, el señor Obama, o cualquier otro candidato. El próximo presidente va a gobernar como un americano, promoviendo los intereses estadounidenses en todo el mundo, y sin duda, muchos observadores en el exterior van a quedar decepcionados. Para los europeos imaginar algo diferente es ingenuo.”
En España, El Diario Exterior afirma que una victoria de Obama podría ser especialmente contraproducente para la izquierda europea, porque va a demostrar que EEUU no es el estado racista como dicen las élites europeas: “La izquierda [europea], que suele achacar a los Estados Unidos una política exterior imperial y una discriminación contra los negros y los hispanos, no está saludando el ascenso de Obama como uno esperaría…. Al enviar el mensaje de que está dispuesta a elegir a un afro-americano, una parte de la sociedad estadounidense está exhibiendo una actitud mucho más desprejuiciada de la que comúnmente se le atribuye a ese país.” El artículo continúa recordando a los lectores que la utopía multicultural de la Europa socialista no ha engendrado su propio Obama.
Después de ver la democracia de EEUU, los públicos europeos están preocupados por la falta de democracia en su propia casa. International Herald Tribune, con sede en Paris, señala en una columna titulada ‘No hay que buscar Democracia en la Presidencia europea’ que “a diferencia de las elecciones primarias presidenciales de EEUU, el comienzo de la selección del presidente de Europa no tiene mucho que ver con la democracia.” El artículo continúa: “La selección del presidente europeo es fiel al carácter histórico de la UE. En lugar de una votación popular, el proceso de selección pertenece al consejo de jefes de estado y de gobierno….”
Por último, Guardian de Londres (izquierdista), para variar, reconoce que EEUU está haciendo algo bien. En un raro caso de introspección y autocrítica, el periódico advierte a los británicos que “reflexionando en la transparente campaña de 2008, es evidente que los críticos británicos—y los críticos europeos en general—son culpables de un complejo de superioridad y de ignorancia por negar los puntos fuertes del sistema norteamericano.… En vez de rechazar la democracia estadounidense de una manera arrogante, tenemos que preguntarnos qué podemos aprender.” Eso sí es pensar!
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Diario de América - USA/11/02/2008
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