La independencia corre el riesgo de dividir Kosovo entre albaneses y serbios
Un soldado de la KFOR patrulla cerca de la localidad de Lapusnik
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PRISTINA/Serbia (AFP) - Radicalmente opuesta a la independencia de Kosovo, su parte norte, de mayoría serbia, puede inclinarse por la secesión y tampoco se excluyen nuevas violencias entre las comunidades serbia y albanesa.
"Los serbios de norte van a reaccionar forzosamente a la declaración de independencia. Para ellos, el norte no forma parte de un Kosovo independiente, pertenecen a Serbia", estima el analista albanokosovar Ilir Dugolli. "Van a preservar sus lazos con Serbia y tendremos una partición de Kosovo", añade.
Esta eventual división de Kosovo entre serbios y albaneses había sido descartada desde el principio de las discusiones sobre el estatuto de la provincia serbia que la ONU administra desde el final del conflicto de 1998-1999 entre las fuerzas serbias y los separatistas albaneses.
Pero responde a una realidad. Después de la guerra de Kosovo, el norte, adosado a Serbia y donde viven unos 40.000 serbios (sobre unos 100.000 en total), se mantiene estrechamente unido a Belgrado. "Kosovo ya está dividido. La división entre el norte y el sur tiene nueve años de existencia", subraya Oliver Ivanovic, uno de los líderes de los serbokosovares. "Los serbios del norte de Kosovo no van a reconocer la independencia, no reconocerán la nueva administración y se van a seguir considerando parte integrante de Serbia", añade.
"La aplastante mayoría de los serbios de Kosovo optarán por disociarse de la decisión" de la independencia, avisó recientemente Vuk Jeremic, el ministro serbio de Relaciones Exteriores.
La principal ciudad del norte de Kosovo, Kosovska Mitrovica, repartida entre unos 40.000 serbios al norte del río Ibar y unos 80.000 albaneses al sur, simboliza la división étnica y la imposible reconciliación entre dos comunidades que se siguen oponiendo, a veces de forma violenta.
La Misión de la ONU en Kosovo, que una misión de la Unión Europea debe relevar próximamente, no ha logrado imponer su administración en el norte, donde Belgrado ha instalado instituciones paralelas: justicia, educación, sanidad.
Así pues, parece que las autoridades serbias tienen en mente desde hace tiempo una eventual partición de la provincia, aunque nunca lo hayan propuesto de forma oficial. "Toda la infraestructura del norte, la electricidad, el agua, el aprovisionamiento, el teléfono, etc., está lista para conectarse con Serbia", indica un periodista serbokosovar.
Una señal de Serbia puede que sea necesaria y numerosos serbios están listos para responder.
La dura oposición de los serbios a la independencia de Kosovo está simbolizada en el norte por los numerosos retratos del presidente ruso, Vladimir Putin, visibles en las calles. Moscú ha sido el más firme sostén de Belgrado en todos sus esfuerzos para impedir la independencia de una provincia que los serbios consideran cuna de su historia y cultura.
"Me temo que tenemos un segundo Chipre en Kosovo", comenta el analista Dugolli. "Todo el mundo reconocerá la independencia de Kosovo pero en el terreno tendremos una partición que sólo será reconocida por un país, tal como sucede en Chipre", añade.
Algunos temen nuevas violencias. "Habrá tiros si los albaneses intentan ejercer el poder en el norte, francotiradores emboscados por ambas partes. Mitrovica parecerá Beirut durante años", se inquietaba el dirigente serbio Oliver Ivanovic.
Consciente del peligro, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que ha desplegado desde el final de la guerra unos 17.000 hombres en Kosovo para garantizar la seguridad (SFOR), acaba de reforzar sus efectivos con más de 500 soldados italianos que se suman a 7.000 policías locales y a un contingente de 1.500 oficiales de policía de la ONU.
"Los serbios de norte van a reaccionar forzosamente a la declaración de independencia. Para ellos, el norte no forma parte de un Kosovo independiente, pertenecen a Serbia", estima el analista albanokosovar Ilir Dugolli. "Van a preservar sus lazos con Serbia y tendremos una partición de Kosovo", añade.
Esta eventual división de Kosovo entre serbios y albaneses había sido descartada desde el principio de las discusiones sobre el estatuto de la provincia serbia que la ONU administra desde el final del conflicto de 1998-1999 entre las fuerzas serbias y los separatistas albaneses.
Pero responde a una realidad. Después de la guerra de Kosovo, el norte, adosado a Serbia y donde viven unos 40.000 serbios (sobre unos 100.000 en total), se mantiene estrechamente unido a Belgrado. "Kosovo ya está dividido. La división entre el norte y el sur tiene nueve años de existencia", subraya Oliver Ivanovic, uno de los líderes de los serbokosovares. "Los serbios del norte de Kosovo no van a reconocer la independencia, no reconocerán la nueva administración y se van a seguir considerando parte integrante de Serbia", añade.
"La aplastante mayoría de los serbios de Kosovo optarán por disociarse de la decisión" de la independencia, avisó recientemente Vuk Jeremic, el ministro serbio de Relaciones Exteriores.
La principal ciudad del norte de Kosovo, Kosovska Mitrovica, repartida entre unos 40.000 serbios al norte del río Ibar y unos 80.000 albaneses al sur, simboliza la división étnica y la imposible reconciliación entre dos comunidades que se siguen oponiendo, a veces de forma violenta.
La Misión de la ONU en Kosovo, que una misión de la Unión Europea debe relevar próximamente, no ha logrado imponer su administración en el norte, donde Belgrado ha instalado instituciones paralelas: justicia, educación, sanidad.
Así pues, parece que las autoridades serbias tienen en mente desde hace tiempo una eventual partición de la provincia, aunque nunca lo hayan propuesto de forma oficial. "Toda la infraestructura del norte, la electricidad, el agua, el aprovisionamiento, el teléfono, etc., está lista para conectarse con Serbia", indica un periodista serbokosovar.
Una señal de Serbia puede que sea necesaria y numerosos serbios están listos para responder.
La dura oposición de los serbios a la independencia de Kosovo está simbolizada en el norte por los numerosos retratos del presidente ruso, Vladimir Putin, visibles en las calles. Moscú ha sido el más firme sostén de Belgrado en todos sus esfuerzos para impedir la independencia de una provincia que los serbios consideran cuna de su historia y cultura.
"Me temo que tenemos un segundo Chipre en Kosovo", comenta el analista Dugolli. "Todo el mundo reconocerá la independencia de Kosovo pero en el terreno tendremos una partición que sólo será reconocida por un país, tal como sucede en Chipre", añade.
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Terra España
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AFP/15/02/2008
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