PARA ESCARBAR...LQ somos.
El miedo a la recesión significa recesión, Yoryi
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Acabado el último Foro Económico Mundial de Davos, ya en febrero del 2008, recordamos una burlona apreciación que leímos cuando pibe: ‘la economía no es ningún ajedrez, es apenas un tatetí con pretensiones'. Es que sin exigirle a los economistas que sean verdaderos hombres de ciencia; muchos estudiosos consideran a esa disciplina un conjunto de tareas estadísticas con cambiantes incidencias sectoriales y emocionales, y por lo tanto sin el rigor científico que la equiparen a lo aceptado como Ciencia. Digamos, en opinión de muchos epistemólogos la economía carece de comprobaciones constantes que hacen de ella algo tan discutible como el psicoanálisis, pero no llevemos esto más allá.
Acabado el último Foro Económico Mundial de Davos, ya en febrero del 2008, recordamos una burlona apreciación que leímos cuando pibe: ‘la economía no es ningún ajedrez, es apenas un tatetí con pretensiones'. Es que sin exigirle a los economistas que sean verdaderos hombres de ciencia; muchos estudiosos consideran a esa disciplina un conjunto de tareas estadísticas con cambiantes incidencias sectoriales y emocionales, y por lo tanto sin el rigor científico que la equiparen a lo aceptado como Ciencia. Digamos, en opinión de muchos epistemólogos la economía carece de comprobaciones constantes que hacen de ella algo tan discutible como el psicoanálisis, pero no llevemos esto más allá.
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En el Foro de Davos la mayoría de los participantes aportó solamente datos estadísticos sobre la delicada situación en los Estados Unidos, desbordada por el pastiche nada científico que armaron las inmobiliarias en acuerdo con algunos grandes bancos y algunos millones de tomadores de créditos hipotecarios sin posibilidad de reintegro. Un mortífero preparado de baile de egresados que lanzaron al mercado financiero, - esa parodia de la economía real- con la intención de sostener los índices de ocupación en Estados Unidos y que según falacia numérica, desembocaría en cinco años de jolgorio en esta sustantiva crisis que muchos ni el presidente norteamericano se animan a nombrar. En cambio, en Davos el miedo a la recesión en USA se tornó certeza al repasar el derrumbe de los precios inmobiliarios y el creciente aumento del desempleo en ese país, pese las múltiples y dudosas estadísticas que ellos difunden y no consiguen cambiar la realidad que es la única verdad… Es innegable que la economía norteamericana está en recesión hace un buen tiempo, y ya los indicadores marcaron la reducción del poder adquisitivo y la reticencia a comprar, realidades cotidianas crueles pero indiscutibles en la misma administración del presidente George W.Bush. La economía en USA viene en declive y que hay recesión hace un par de años lo signan el aumento de las quiebras personales y empresarias, en tanto Brasil, China India y Rusia, con crecimientos en algún caso cercanos al 10%, funcionan con otras expectativas y son las nuevas estrellas del universo económico del Capitalismo. Aunque por mucho que algunos vaticinen una futura era de prosperidad ‘si somos capaces de difundir microcomputadoras por todo el planeta', pronunció es imbecilidad irreparable un futurólogo francés para empobrecer todavía más al Foro de Davos, nos desazona al mismo tiempo la necesidad cierta de la especie humana, -impostergable, primaria y sin cambias en la última semana- que sigue siendo la de comer para seguir viviendo. Un imperioso y natural condicionante de la especie que en estos encuentros de economistas y empresarios no se considera quizá porque la misma palabra a ellos les parece ajena y diferente. Pero íntegramente la humanidad transcurre el meridiano del hambre aunque no lo padezca, por más que el Capitalismo con mayúscula eso nunca lo debate por elegancia o vaya uno a saber, aunque esa indiferencia no impida que cada tres segundos se muera un pibe de hambre en el planeta.
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De todas maneras y como hablar de lo sustancial en ciertos ámbitos carece de relevancia y prestigio, la recesión viene apurando el paso en una marcha que muchos entienden dilatada más de la cuenta. Esa realidad no se calmará subiendo o bajando un cachito más las tasas de interés bancaria ni demorando los pagos impositivos entre los favoritos de las clases altas, paliativos transitorios sin duda, y aunque todo el desquicio tampoco significa la caída del sistema capitalista, pone blanco sobre negro al mundo entero las mentiras y trampas que se practican dentro del régimen neoliberal, ese que nos castigara con fiereza en esta parte del mundo durante las últimas décadas. Y como a las nuevas criaturas es bueno darles un nombre, en estos días iniciales de febrero del 2008 cobró prestigio ‘desacople' para entender la desintelingencia o gigantesco despelote que trajeron los conflictos entre la productiva actividad industrial y la malsana especulación financiera. Desacople, buen término para ese microbio de grandes infecciones del sistema que hoy se aceptan como esperables; tanto que el mismo Alan Greenspan, que presidiera la Reserva Federal durante quince años en USA, dijo hace unos días que él había advertido durante el año 2004 el peligro que significaba el otorgamiento de créditos a tomadores sin posibilidad de repago, y que la crisis no se desató por la caída de las Torres ni por acciones ajenas sino por el mal manejo financiero que acabó destruyendo el sistema. Aunque claro, luego al ser consultado sobre si el miedo a la recesión, ese eufemismo, se convertiría en verdadera recesión respondió, ‘existe un cincuenta por ciento para que eso ocurra y otro cincuenta por ciento para que no ocurra'. Una verdadera genialidad, porque eso sí, para definiciones científicas no hay como los economistas norteamericanos…
De todas maneras y como hablar de lo sustancial en ciertos ámbitos carece de relevancia y prestigio, la recesión viene apurando el paso en una marcha que muchos entienden dilatada más de la cuenta. Esa realidad no se calmará subiendo o bajando un cachito más las tasas de interés bancaria ni demorando los pagos impositivos entre los favoritos de las clases altas, paliativos transitorios sin duda, y aunque todo el desquicio tampoco significa la caída del sistema capitalista, pone blanco sobre negro al mundo entero las mentiras y trampas que se practican dentro del régimen neoliberal, ese que nos castigara con fiereza en esta parte del mundo durante las últimas décadas. Y como a las nuevas criaturas es bueno darles un nombre, en estos días iniciales de febrero del 2008 cobró prestigio ‘desacople' para entender la desintelingencia o gigantesco despelote que trajeron los conflictos entre la productiva actividad industrial y la malsana especulación financiera. Desacople, buen término para ese microbio de grandes infecciones del sistema que hoy se aceptan como esperables; tanto que el mismo Alan Greenspan, que presidiera la Reserva Federal durante quince años en USA, dijo hace unos días que él había advertido durante el año 2004 el peligro que significaba el otorgamiento de créditos a tomadores sin posibilidad de repago, y que la crisis no se desató por la caída de las Torres ni por acciones ajenas sino por el mal manejo financiero que acabó destruyendo el sistema. Aunque claro, luego al ser consultado sobre si el miedo a la recesión, ese eufemismo, se convertiría en verdadera recesión respondió, ‘existe un cincuenta por ciento para que eso ocurra y otro cincuenta por ciento para que no ocurra'. Una verdadera genialidad, porque eso sí, para definiciones científicas no hay como los economistas norteamericanos…
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LQSomos. Eduardo Pérsico. Febrero de 2008
LQSomos. Eduardo Pérsico. Febrero de 2008
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Viñeta de Adolfo Payés
Viñeta de Adolfo Payés
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LQsomos/09/02/2008
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