Ataque a Siria, un secreto a voces que permite a Olmert elevar su popularidad
Cerca de dos semanas después de violar el espacio aéreo de Siria para atacar supuestas "instalaciones nucleares" en ese país, Israel sigue guardando silencio sobre un incidente que se ha convertido en un secreto a voces.Sólo hay algo seguro sobre una incursión denunciada por la prensa extranjera pero no reconocida por Israel, y son los resultados de una sondeo que fueron divulgados hoy; el presunto ataque recibió el respaldo del 78 por ciento de los israelíes y elevó en un 20 por ciento la decaída popularidad del primer ministro, Ehud Olmert.También de acuerdo con la encuesta, realizada por el Instituto Dájaf para el diario Yediot Aharonot, el 51 por ciento de los encuestados dijo que la incursión, a la que Siria ha prometido "una respuesta", no ocasionará una guerra entre los dos países, pero el 32 por ciento cree que aumentó esa posibilidad.Aviones F-16I de Israel, según el diario estadounidense Washington Post, bombardearon el pasado día 5 instalaciones sirias destinadas al almacenamiento de uranio de Corea del Norte, un factor esencial para el montaje de bombas atómicas.Siria y Corea del Norte han desmentido que mantengan ningún tipo de cooperación nuclear en tanto que Israel mantiene su hermetismo; toda información local sobre ese episodio está censurada en este país y la prensa israelí sólo reproduce noticias del exterior.Siria, por su lado, tampoco ha dado detalles sobre el objetivo supuestamente atacado; la versión oficial es que los aviones israelíes fueron ahuyentados por sus baterías antiaéreas.Según medios extranjeros, los aviones F-16I bombardearon un "Centro de Investigación Agrícola" en la ciudad siria de Dir a-Zur, donde Siria almacenaría el uranio y al que, aparentemente, estaba consignada una carga llegada tres días antes del ataque a su puerto septentrional, Tartus, a bordo de un buque de Corea del Norte.El incidente aumentó en un principio la tensión militar entre Israel y Siria pero esa situación ha dejado paso a una circunstancia inesperada, ya que en paralelo al aumento de su popularidad, Olmert reiteró ayer su disposición a negociar la paz "sin condiciones" con el presidente sirio, Bachar el Asad.La oferta puede parecer un brindis al sol o una nueva versión del palo y de la zanahoria, siempre por ese orden.Porque, hoy por hoy, también lo único que está claro es que Israel es la única potencia atómica de Oriente Medio -contaría con al menos 200 artefactos nucleares, parte de ellos en ojivas de misiles balísticos y en submarinos-, y no admite que otros estados de la región logren esa capacidad.Prueba de ello es que en 1981 la Fuerza Aérea de Israel arrasó en Irak el reactor nuclear Osirak, y hay responsables políticos partidarios de hacer lo mismo en Irán si ese país siguiese adelante con su presunto plan para acceder al armamento atómico.El presidente iraní, Mahmud Ajmadineyad, ha repetido la necesidad de "borrar a Israel del mapa".En el caso de Siria, la ambición de ese país por dotarse de ese tipo de armas se remonta a 1969, según expertos israelíes, dos años después de sufrir en 1967, junto a Egipto y Jordania, una derrota frente a Israel en la llamada "guerra de los seis días".Las aspiraciones nucleares de Siria fueron confirmadas en 1986 por unas declaraciones del entonces jefe de las Fuerzas Armadas sirias, general Hikmat al-Shehabi, quien declaró que su país "aspira a llegar a un pie de igualdad atómica" (con Israel).Y eso es algo que el Estado judío, donde persiste la impresión generalizada de estar bajo una amenaza por parte de sus vecinos musulmanes, nunca va a consentir mientras esté a su alcance.Si la clase política israelí coincide en esa máxima, la convergencia es aun mayor en el plano popular; la encuesta cuyos resultados se divulgaron hoy son la prueba, sin necesidad de que Olmert, ni su gobierno, abran la boca.
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Unión Radio - Venezuela/19/09/2007
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