Echelon: La red de espionaje más grande del mundo que USA utiliza para controlar todas las comunicaciones en el mundo
A fines de 1999, un escándalo de espionaje entre USA y la Unión Europea recordó la existencia de la red de monitoreo de comunicaciones más importante en el mundo: ECHELON. Informes del Parlamento Europeo consignaron la existencia de una vasta red de espionaje dirigida por el estado estadounidense, capaz de analizar cualquier tipo de comunicación en cualquier parte del mundo. Conozca cómo es la red de espionaje más grande del mundo, que controla un 90% de las comunicaciones mundiales e inspiró a varios directores de películas de espías.
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CIUDAD DE BUENOS AIRES - Varias películas de espías se encargan de hablar de Echelon, un sistema de espionaje que abarca el mundo entero. Pareciera que la idea es producto de la ficción, pero es bien real y ya ha suscitado más de un escándalo.
Echelon es la mayor red de espionaje y análisis para interceptar comunicaciones electrónicas de la historia. Controlada por la comunidad UKUSA (Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Australia, y Nueva Zelanda), Echelon puede capturar comunicaciones por radio y satélite, llamadas de teléfono, faxes y e-mails en casi todo el mundo e incluye análisis automático y clasificación de las interceptaciones. Se estima que Echelon intercepta más de tres mil millones de comunicaciones cada día.
A pesar de haber sido presuntamente construida con el fin de controlar las comunicaciones militares y diplomáticas de la Unión Soviética y sus aliados (la intercepción de comunicaciones se hacía pinchando los cables submarinos), se sospecha que en la actualidad Echelon es utilizado también para encontrar pistas sobre tramas terroristas, planes del narcotráfico e inteligencia política y diplomática. Sus críticos afirman que el sistema es utilizado también para el espionaje económico y la invasión de privacidad en gran escala.
Los miembros de esta alianza de habla inglesa son parte de la alianza de inteligencia UKUSA, que lleva reuniendo inteligencia desde la Segunda Guerra Mundial. La existencia de Echelon fue hecha pública en 1976 por Winslow Peck.
El sistema funciona desde varias estaciones de intercepción. A cada estado dentro de la alianza UKUSA le es asignado una responsabilidad sobre el control de distintas áreas del planeta. La tarea principal de Canadá solía ser el control del área meridional de la antigua Unión Soviética. Durante el período de la guerra fría se puso mayor énfasis en el control de comunicaciones por satélite y radio en centro y Sudamérica, principalmente como medida para localizar tráfico de drogas y secuaces en la región.
USA, con su gran cadena de satélites espías y puertos de escucha controlan gran parte de Latinoamérica, Asia, Rusia asiática y el norte de China. Gran Bretaña intercepta comunicaciones en Europa, Rusia y África. Australia examina las comunicaciones de Indochina, Indonesia y el sur de China, mientras que Nueva Zelanda barre el Pacífico occidental.
Las señales capturadas son luego procesadas por una serie de supercomputadoras, conocidas como diccionarios, las cuales han sido programadas para buscar patrones específicos en cada comunicación, ya sean direcciones, palabras, frases o incluso voces específicas.
Cada servicio de inteligencia envía los parámetros de búsqueda para las comunicaciones interceptadas y aquellas que contienen las palabras claves son interceptadas y guardadas para un posterior analisis y reporte. Aquellas que no sirvan, son desechadas.
Los estudiosos de Echelon ubican once importantes estaciones terrestres de espionaje, cuyo objetivo principal son las transmisiones de los sistemas satelitales, en particular los sistemas Intelsat e Inmarsat. Otras estaciones terrestres, que operan por lo general en bases militares, se encargan de rastrear las transmisiones radiales de alta frecuencia, ligadas con comunicaciones militares.
La red de satélites espías es controlada totalmente por los servicios estadounidenses. Está dedicada a interceptar las comunicaciones por microondas, por telefonía celular, electrónicas y radiales. Se estima que esta red posee al menos veinte satélites participando en las tareas de espionaje.
En cuanto a las capacidades de decriptaje, Echelon está a la vanguardia. Se dice que el sistema ya logró "romper" el algoritmo de criptaje 2028-bits, que es la "llave de protección" más utilizada por las computadoras
El sistema está bajo la administración de la NSA (National Security Agency). Esta organización cuenta con 100.000 empleados tan sólo en Maryland (USA) (otras fuentes hablan de 38.000 empleados a escala mundial), por lo que es probablemente la mayor organización de espionaje del mundo.
Según algunas fuentes el sistema dispone de 120 estaciones fijas y satélites geoestacionarios. Estos podrían filtrar más del 90% del tráfico de internet. Las antenas de Echelon pueden captar ondas electromagnéticas y trasmitirlas a un lugar central para su procesamiento. Se recogen los mensajes aleatoriamente y se procesan mediante los diversos filtros buscando palabras clave. Este procedimiento se denomina "Control estratégico de las telecomunicaciones".
En 2001, el Parlamento Europeo constató la existencia de "un sistema de interceptación mundial de las comunicaciones, resultado de una cooperación entre USA, el Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda".
En cuanto al espionaje político, Echelon tiene un rasgo distintivo muy importante. Su carácter internacional permite "saltarse" las prohibiciones acerca del espionaje contra connacionales. Así, un gobierno participante puede pedir a un servicio extranjero realizar el trabajo sucio y quedar a salvo de los controles parlamentarios o judiciales... mientras los espías involucrados guarden el secreto.
Dos ejemplos. En 1983, Thatcher pidió a los servicios secretos ingleses vigilar a dos miembros de su gabinete; con el fin de evitar eventuales problemas, los ingleses pidieron ayuda a sus colegas canadienses. En 1988, se hace público que el senador estadounidense Thurmond estaba bajo vigilancia de los servicios ingleses, a solicitud de la NSA. Lo particular de este caso es que no había razones evidentes para tal vigilancia. Una investigación de la época estableció que no existía un control sistemático acerca de las decisiones de espionaje.
Otros casos han tenido un claro tinte político, buscando proteger -o arruinar- a personalidades de la "alta" política (Trudeau, primer ministro de Canadá; la princesa Diana de Inglaterra). Y también de seguridad nacional, como la vigilancia contra el diputado estadounidense Barnes, por sus comunicaciones con funcionarios sandinistas. Sin embargo, revelaciones de los años noventa han develado que los objetivos de los superespías son cada vez más peligrosos: en 1992, exagentes británicos declararon al London Observer que organizaciones como Amnistía Internacional, Greenpeace y Christian Aid eran monitoreadas sistemáticamente.
Finalmente, el espionaje comercial desnuda el carácter de este sistema mundial de "vigilancia". Lejos no sólo de toda noción de seguridad nacional, sino de cualquier "vínculo nacional", los casos de espionaje comercial relacionan a Echelon con las empresas proveedoras del sistema. Ello comprende nombres muy conocidos: IBM, Lockheed, TRW, Hughes, entre las más importantes. Una evidencia de que estas prácticas han sido incorporadas a las instituciones de Estados Unidos es la creación de la Office of Intelligence Liaison, adscrita al Departamento de Comercio.
El espionaje comercial ha afectado principalmente a empresas asiáticas: a NCR en un contrato de satélites con Indonesia; a los fabricantes japoneses de autos, acerca del automóvil no contaminante; espionaje en Japón durante las negociaciones sobre el comercio de autos de lujo; espionaje durante la asamblea de la APEC en Seattle (1997), operación que arrojó, entre otras cosas, importantes contratos para la construcción de obras hidroeléctricas en Vietnam, en favor de políticos del Partido Demócrata. Otro detalle folklórico: los servicios canadienses espiaron a la delegación mexicana durante la negociación del TLC en 1992-93.
A principios de esta década, Echelon estuvo en el centro de las disputas entre USA y Europa. Ello no sólo porque el espionaje había favorecido a las empresas estadounidenses, sino también porque en Europa, Inglaterra juega el papel de Caballo de Troya.
En efecto, los casos más sonados afectaron a compañías francesas: en uno, McDonnell y Boeing vendieron aviones a Arabia Saudita, desplazando a Airbus (que es un consorcio europeo donde los intereses de Francia son dominantes); en otro, Thomson-CSF fue desplazada por Raytheon en un contrato para crear un sistema de seguridad en la Amazonia brasileña.
En razón de la participación de Inglaterra en Echelon, difícilmente las empresas inglesas serían perjudicadas por el espionaje. También se reporta espionaje de la NSA contra el sistema de correo electrónico de la Unión Europea durante las negociaciones comerciales de 1995.
Es probable, incluso, que Echelon ya tenga la forma de detectar desde alguna de sus estaciones de monitoreo de Internet que esta nota lo nombra y la chequee para saber cuáles son los comentarios de los lectores.
Echelon es la mayor red de espionaje y análisis para interceptar comunicaciones electrónicas de la historia. Controlada por la comunidad UKUSA (Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Australia, y Nueva Zelanda), Echelon puede capturar comunicaciones por radio y satélite, llamadas de teléfono, faxes y e-mails en casi todo el mundo e incluye análisis automático y clasificación de las interceptaciones. Se estima que Echelon intercepta más de tres mil millones de comunicaciones cada día.
A pesar de haber sido presuntamente construida con el fin de controlar las comunicaciones militares y diplomáticas de la Unión Soviética y sus aliados (la intercepción de comunicaciones se hacía pinchando los cables submarinos), se sospecha que en la actualidad Echelon es utilizado también para encontrar pistas sobre tramas terroristas, planes del narcotráfico e inteligencia política y diplomática. Sus críticos afirman que el sistema es utilizado también para el espionaje económico y la invasión de privacidad en gran escala.
Los miembros de esta alianza de habla inglesa son parte de la alianza de inteligencia UKUSA, que lleva reuniendo inteligencia desde la Segunda Guerra Mundial. La existencia de Echelon fue hecha pública en 1976 por Winslow Peck.
El sistema funciona desde varias estaciones de intercepción. A cada estado dentro de la alianza UKUSA le es asignado una responsabilidad sobre el control de distintas áreas del planeta. La tarea principal de Canadá solía ser el control del área meridional de la antigua Unión Soviética. Durante el período de la guerra fría se puso mayor énfasis en el control de comunicaciones por satélite y radio en centro y Sudamérica, principalmente como medida para localizar tráfico de drogas y secuaces en la región.
USA, con su gran cadena de satélites espías y puertos de escucha controlan gran parte de Latinoamérica, Asia, Rusia asiática y el norte de China. Gran Bretaña intercepta comunicaciones en Europa, Rusia y África. Australia examina las comunicaciones de Indochina, Indonesia y el sur de China, mientras que Nueva Zelanda barre el Pacífico occidental.
Las señales capturadas son luego procesadas por una serie de supercomputadoras, conocidas como diccionarios, las cuales han sido programadas para buscar patrones específicos en cada comunicación, ya sean direcciones, palabras, frases o incluso voces específicas.
Cada servicio de inteligencia envía los parámetros de búsqueda para las comunicaciones interceptadas y aquellas que contienen las palabras claves son interceptadas y guardadas para un posterior analisis y reporte. Aquellas que no sirvan, son desechadas.
Los estudiosos de Echelon ubican once importantes estaciones terrestres de espionaje, cuyo objetivo principal son las transmisiones de los sistemas satelitales, en particular los sistemas Intelsat e Inmarsat. Otras estaciones terrestres, que operan por lo general en bases militares, se encargan de rastrear las transmisiones radiales de alta frecuencia, ligadas con comunicaciones militares.
La red de satélites espías es controlada totalmente por los servicios estadounidenses. Está dedicada a interceptar las comunicaciones por microondas, por telefonía celular, electrónicas y radiales. Se estima que esta red posee al menos veinte satélites participando en las tareas de espionaje.
En cuanto a las capacidades de decriptaje, Echelon está a la vanguardia. Se dice que el sistema ya logró "romper" el algoritmo de criptaje 2028-bits, que es la "llave de protección" más utilizada por las computadoras
El sistema está bajo la administración de la NSA (National Security Agency). Esta organización cuenta con 100.000 empleados tan sólo en Maryland (USA) (otras fuentes hablan de 38.000 empleados a escala mundial), por lo que es probablemente la mayor organización de espionaje del mundo.
Según algunas fuentes el sistema dispone de 120 estaciones fijas y satélites geoestacionarios. Estos podrían filtrar más del 90% del tráfico de internet. Las antenas de Echelon pueden captar ondas electromagnéticas y trasmitirlas a un lugar central para su procesamiento. Se recogen los mensajes aleatoriamente y se procesan mediante los diversos filtros buscando palabras clave. Este procedimiento se denomina "Control estratégico de las telecomunicaciones".
En 2001, el Parlamento Europeo constató la existencia de "un sistema de interceptación mundial de las comunicaciones, resultado de una cooperación entre USA, el Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda".
En cuanto al espionaje político, Echelon tiene un rasgo distintivo muy importante. Su carácter internacional permite "saltarse" las prohibiciones acerca del espionaje contra connacionales. Así, un gobierno participante puede pedir a un servicio extranjero realizar el trabajo sucio y quedar a salvo de los controles parlamentarios o judiciales... mientras los espías involucrados guarden el secreto.
Dos ejemplos. En 1983, Thatcher pidió a los servicios secretos ingleses vigilar a dos miembros de su gabinete; con el fin de evitar eventuales problemas, los ingleses pidieron ayuda a sus colegas canadienses. En 1988, se hace público que el senador estadounidense Thurmond estaba bajo vigilancia de los servicios ingleses, a solicitud de la NSA. Lo particular de este caso es que no había razones evidentes para tal vigilancia. Una investigación de la época estableció que no existía un control sistemático acerca de las decisiones de espionaje.
Otros casos han tenido un claro tinte político, buscando proteger -o arruinar- a personalidades de la "alta" política (Trudeau, primer ministro de Canadá; la princesa Diana de Inglaterra). Y también de seguridad nacional, como la vigilancia contra el diputado estadounidense Barnes, por sus comunicaciones con funcionarios sandinistas. Sin embargo, revelaciones de los años noventa han develado que los objetivos de los superespías son cada vez más peligrosos: en 1992, exagentes británicos declararon al London Observer que organizaciones como Amnistía Internacional, Greenpeace y Christian Aid eran monitoreadas sistemáticamente.
Finalmente, el espionaje comercial desnuda el carácter de este sistema mundial de "vigilancia". Lejos no sólo de toda noción de seguridad nacional, sino de cualquier "vínculo nacional", los casos de espionaje comercial relacionan a Echelon con las empresas proveedoras del sistema. Ello comprende nombres muy conocidos: IBM, Lockheed, TRW, Hughes, entre las más importantes. Una evidencia de que estas prácticas han sido incorporadas a las instituciones de Estados Unidos es la creación de la Office of Intelligence Liaison, adscrita al Departamento de Comercio.
El espionaje comercial ha afectado principalmente a empresas asiáticas: a NCR en un contrato de satélites con Indonesia; a los fabricantes japoneses de autos, acerca del automóvil no contaminante; espionaje en Japón durante las negociaciones sobre el comercio de autos de lujo; espionaje durante la asamblea de la APEC en Seattle (1997), operación que arrojó, entre otras cosas, importantes contratos para la construcción de obras hidroeléctricas en Vietnam, en favor de políticos del Partido Demócrata. Otro detalle folklórico: los servicios canadienses espiaron a la delegación mexicana durante la negociación del TLC en 1992-93.
A principios de esta década, Echelon estuvo en el centro de las disputas entre USA y Europa. Ello no sólo porque el espionaje había favorecido a las empresas estadounidenses, sino también porque en Europa, Inglaterra juega el papel de Caballo de Troya.
En efecto, los casos más sonados afectaron a compañías francesas: en uno, McDonnell y Boeing vendieron aviones a Arabia Saudita, desplazando a Airbus (que es un consorcio europeo donde los intereses de Francia son dominantes); en otro, Thomson-CSF fue desplazada por Raytheon en un contrato para crear un sistema de seguridad en la Amazonia brasileña.
En razón de la participación de Inglaterra en Echelon, difícilmente las empresas inglesas serían perjudicadas por el espionaje. También se reporta espionaje de la NSA contra el sistema de correo electrónico de la Unión Europea durante las negociaciones comerciales de 1995.
Es probable, incluso, que Echelon ya tenga la forma de detectar desde alguna de sus estaciones de monitoreo de Internet que esta nota lo nombra y la chequee para saber cuáles son los comentarios de los lectores.
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Urgente 24 - Argentina/21/09/2007
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