Francia: hacia un nuevo Libro Blanco sobre Defensa y Seguridad Nacional
La Comisión encargada de redactar el nuevo Libro Blanco sobre Política de Defensa y Seguridad Nacional ha tomado ya posesión oficialmente. La reincorporación con pleno derecho de Francia a la OTAN y el problema del mantenimiento de los gastos militares serán los temas principales a los que la Comisión deberá hacer frente.
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Daniel Pescini
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Temas sobre la mesa: los costes de defensa
El nuevo Libro Blanco está llamado a sustituir al precedente, que data de 1994. Según la misión confiada a la Comisión por Sarkozy, ésta deberá construir una estrategia global que garantice los intereses de la nación y prevenga una posible “sorpresa estratégica” que la amenace. Aún sin esclarecer lo que entiende por “sorpresa estratégica”, el propio Sarkozy ha indicado el terrorismo, la proliferación de armamento nuclear, las catástrofes naturales o las crisis sanitarias internacionales como las actuales amenazas que pesan sobre la seguridad de Francia.
El problema principal que hay que resolver es como conjugar el mantenimiento de las capacidades militares con los compromisos presupuestarios asumidos incluso en el seno de Europa. Algunas actuaciones de París indican que una de las posibles soluciones será tratar de distribuir el peso de la defensa continental. Ya en la conferencia de los embajadores celebrada a finales de agosto, Sarkozy subrayó que los gastos militares de Francia y el Reino Unido equivalen a las dos terceras partes de los gastos militares sostenidos por los otros 25 miembros de la Unión Europea. Y nombró a Italia, España, Polonia y los Países Bajos como compañeros en el esfuerzo por impulsar los instrumentos de intervención de la UE. Todo ello se completa con la más reciente y sonora propuesta hecha a Alemania por el presidente de Francia: que ésta adquiera una cuota del arsenal atómico francés. Además, la decisión unilateral de aplazar del 2010 al 2012 la consecución de los objetivos para equilibrar la balanza de pagos de Francia (París se había comprometido con la UE a hacer descender su propia deuda por debajo del 60% del PIB) es una señal de la intención francesa de liberar el presupuesto estatal de los lazos con Europa para proseguir con el programa político que el Elíseo pretende dar al país, incluidos los objetivos en materia de defensa nacional.
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Daniel Pescini
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Temas sobre la mesa: los costes de defensa
El nuevo Libro Blanco está llamado a sustituir al precedente, que data de 1994. Según la misión confiada a la Comisión por Sarkozy, ésta deberá construir una estrategia global que garantice los intereses de la nación y prevenga una posible “sorpresa estratégica” que la amenace. Aún sin esclarecer lo que entiende por “sorpresa estratégica”, el propio Sarkozy ha indicado el terrorismo, la proliferación de armamento nuclear, las catástrofes naturales o las crisis sanitarias internacionales como las actuales amenazas que pesan sobre la seguridad de Francia.
El problema principal que hay que resolver es como conjugar el mantenimiento de las capacidades militares con los compromisos presupuestarios asumidos incluso en el seno de Europa. Algunas actuaciones de París indican que una de las posibles soluciones será tratar de distribuir el peso de la defensa continental. Ya en la conferencia de los embajadores celebrada a finales de agosto, Sarkozy subrayó que los gastos militares de Francia y el Reino Unido equivalen a las dos terceras partes de los gastos militares sostenidos por los otros 25 miembros de la Unión Europea. Y nombró a Italia, España, Polonia y los Países Bajos como compañeros en el esfuerzo por impulsar los instrumentos de intervención de la UE. Todo ello se completa con la más reciente y sonora propuesta hecha a Alemania por el presidente de Francia: que ésta adquiera una cuota del arsenal atómico francés. Además, la decisión unilateral de aplazar del 2010 al 2012 la consecución de los objetivos para equilibrar la balanza de pagos de Francia (París se había comprometido con la UE a hacer descender su propia deuda por debajo del 60% del PIB) es una señal de la intención francesa de liberar el presupuesto estatal de los lazos con Europa para proseguir con el programa político que el Elíseo pretende dar al país, incluidos los objetivos en materia de defensa nacional.
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Temas sobre la mesa: la reincorporación al mando integrado de la OTAN
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Todas estas tomas de posición no tienen en cuenta sin embargo el hecho de que Francia continúa estando fuera de la estructura militar integrada de la OTAN. París ya ha dado señales de querer volver a sentarse en el Nuclear Planning Group y en el Comité de Planificación de la Defensa, que coordina los esfuerzos de los aliados en el plano militar. Sin embargo, el problema que se presenta es el de como integrar la fuerza nuclear francesa en la actual estrategia de disuasión de la OTAN.
Francia es la tercera potencia nuclear del mundo: posee un grupo de submarinos a propulsión nuclear (dotados de misiles balísticos M 45 con un radio de acción de 6.000 kilómetros), dos tipos diversos de caza bombarderos nucleares y cerca de 350 cabezas nucleares. Para Sarkozy, que ha definido las fuerzas nucleares como el seguro de vida de Francia, conservar una capacidad autónoma de disuasión nuclear es un imperativo absoluto.
Desde el punto de vista de la política interior, sin embargo, el Elíseo ha incluido en su agenda la preparación de una nueva ley de programación militar, la reforma del Ministerio de Defensa (como consecuencia en parte de la profesionalización de las fuerzas armadas), la necesidad de desarrollar capacidades militares de anticipación y de reacción rápida, la construcción de un segundo portaaviones nuclear y la asunción de un esfuerzo financiero en temas de defensa y seguridad nacional equivalentes al 2% del PIB.
Merece la pena precisar que el gasto militar de Francia durante el 2006 fue de 53.091 millones de dólares (equivalentes a algo menos del 2'4% del PIB), situándose en este sentido en el tercer lugar a nivel mundial después de los Estados Unidos y el Reino Unido. En el 2005 el gasto había sido de 52.917 millones (2'5% del PIB) y en el 2004 de 54.018 millones (equivalentes al 2'6% del PIB, el gasto más alto desde 1994).
Temas sobre la mesa: la reincorporación al mando integrado de la OTAN
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Todas estas tomas de posición no tienen en cuenta sin embargo el hecho de que Francia continúa estando fuera de la estructura militar integrada de la OTAN. París ya ha dado señales de querer volver a sentarse en el Nuclear Planning Group y en el Comité de Planificación de la Defensa, que coordina los esfuerzos de los aliados en el plano militar. Sin embargo, el problema que se presenta es el de como integrar la fuerza nuclear francesa en la actual estrategia de disuasión de la OTAN.
Francia es la tercera potencia nuclear del mundo: posee un grupo de submarinos a propulsión nuclear (dotados de misiles balísticos M 45 con un radio de acción de 6.000 kilómetros), dos tipos diversos de caza bombarderos nucleares y cerca de 350 cabezas nucleares. Para Sarkozy, que ha definido las fuerzas nucleares como el seguro de vida de Francia, conservar una capacidad autónoma de disuasión nuclear es un imperativo absoluto.
Desde el punto de vista de la política interior, sin embargo, el Elíseo ha incluido en su agenda la preparación de una nueva ley de programación militar, la reforma del Ministerio de Defensa (como consecuencia en parte de la profesionalización de las fuerzas armadas), la necesidad de desarrollar capacidades militares de anticipación y de reacción rápida, la construcción de un segundo portaaviones nuclear y la asunción de un esfuerzo financiero en temas de defensa y seguridad nacional equivalentes al 2% del PIB.
Merece la pena precisar que el gasto militar de Francia durante el 2006 fue de 53.091 millones de dólares (equivalentes a algo menos del 2'4% del PIB), situándose en este sentido en el tercer lugar a nivel mundial después de los Estados Unidos y el Reino Unido. En el 2005 el gasto había sido de 52.917 millones (2'5% del PIB) y en el 2004 de 54.018 millones (equivalentes al 2'6% del PIB, el gasto más alto desde 1994).
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Composición, metodología y agenda de la Comisión
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Sarkozy ha concedido al consejero de estado Jean-Claude Mallet el cargo de Presidente de la Comisión. Mallet es un alto funcionario público y fue uno de los redactores del Libro Blanco de defensa de 1994, además de secretario del Comité Estratégico de Reforma de la Defensa (1995-1996), director de Asuntos Estratégicos del Ministerio de Defensa (1992-1998) y, desde 1998 a 2004, jefe de la Secretaría General de Defensa Nacional (SGDN, el órgano de coordinación interministerial en materia de defensa y seguridad). En los últimos años Mallet ha sido uno de los expertos con mayor influencia en la doctrina estratégica francesa, a la que Chirac dio forma declarando, en el 2006, que Francia estaba preparada para usar las armas nucleares contra cualquier estado que le lanzase un ataque terrorista.
Secretario General de la Comisión es el actual jefe del SGDN, Francis Delon. También un importante exponente de los altos funcionarios estatales franceses, Delon ha ostentado cargos en el Ministerio de Exteriores, el Consejo de Estado, el Ministerio de Educación Nacional y ha sido miembro de la misión permanente de Francia en las Naciones Unidas. En la Secretaría, Delon se ocupa principalmente de la lucha contra la proliferación de armas de destrucción masiva, de la lucha contra el terrorismo y de la seguridad de las redes y de los sistemas informáticos del Estado.
Otras dos figuras de referencia han sido señaladas dentro del grupo de redactores. La primera es el general de división Jean Coulloumme-Labarthe (actual Secretario General adjunto de la SGDN). El general ha sido superintendente en la Academia Militar de Saint-Cyr (una de las principales academias militares francesas), ha cubierto diversos mandos en el ejército y en el 2002 se convirtió en asistente militar para las fuerzas de tierra del Ministerio de Defensa. Más tarde fue también jefe del grupo de comunicaciones francés en el mando central de Estados Unidos.
La segunda figura es el almirante Edouard Scott de Martinville, empleado en el Ministerio de Defensa, cuya larga carrera ha ido construyéndose en el mando de los principales submarinos de la flota francesa, incluidos el submarino nuclear “El Inflexible”, la escuadra de submarinos del Mediterráneo y la fuerza estratégica oceánica. Desde 1999 perteneció al Estado Mayor particular del Presidente de la República y desde el 2002 el almirante ha sido también Secretario General adjunto de defensa nacional, antes de ser sustituido por el general Coulloumme-Labarthe.
Entre los componentes de la Comisión hay también cuatro representantes políticos. El diputado Guy Teissier (UMP) ex presidente de la Comisión de defensa de la Asamblea Nacional. Patricia Adam (PS) es diputada de Finisterre, región de Bretaña donde tienen su sede dos importantes infraestructuras militares: la base aéreo-naval de Landivisiau y la base de los submarinos nucleares de Île Longue. Adam se ha ocupado del modelo de propulsión del segundo portaaviones y es la vicepresidente del grupo de estudio de la industria armamentística. El senador Serge Vinçon (UMP), presidente de la Comisión de Exteriores, Defensa y Fuerzas Armadas del Senado y miembro de varios organismos que se ocupan de política de defensa a nivel internacional y europeo, ha llevado a cabo acuerdos en el Senado acerca de la disuasión nuclear francesa y de la política de equipamientos militares. Finalmente, el senador Didier Boulard (PS) es miembro de la Comisión de Exteriores, Defensa y Fuerzas Armadas y forma parte de la delegación francesa en la asamblea parlamentaria de la OTAN.
Los ministros de Exteriores, Interior, Economía, Investigación, Defensa y Función Pública han nombrado sus propios representantes en la Comisión y hay también diecinueve de las llamadas “personalidades cualificadas”: abogados, académicos, expertos en estrategia, generales, consejeros de estado, etc. Entre todos ellos se encuentra Benoît d'Aboville, ex embajador de Francia en la OTAN, Polonia y la República Checa y que a lo largo de su carrera, entre los años Sesenta y Setenta, ha acumulado experiencias diplomáticas en Washington y en Moscú.
La Comisión se ha dividido en siete grupos de trabajo que se ocupan respectivamente de contexto internacional y amenazas a la seguridad internacional; sistema internacional de seguridad (ONU, UE, Alianza Atlántica y acuerdos de defensa); objetivos de la política de defensa y seguridad; política industrial y de investigación; defensa, seguridad y sociedad; organización de los poderes públicos (reforma del Estado y del Ministerio de Defensa); y recursos humanos.
Se ha previsto que en la primera semana de octubre tenga lugar la consulta popular y se ha programado para finales del 2007 una inspección del trabajo realizado, esperándose de esta forma que el Presidente de la República pueda dar su aprobación en marzo de 2008.
Composición, metodología y agenda de la Comisión
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Sarkozy ha concedido al consejero de estado Jean-Claude Mallet el cargo de Presidente de la Comisión. Mallet es un alto funcionario público y fue uno de los redactores del Libro Blanco de defensa de 1994, además de secretario del Comité Estratégico de Reforma de la Defensa (1995-1996), director de Asuntos Estratégicos del Ministerio de Defensa (1992-1998) y, desde 1998 a 2004, jefe de la Secretaría General de Defensa Nacional (SGDN, el órgano de coordinación interministerial en materia de defensa y seguridad). En los últimos años Mallet ha sido uno de los expertos con mayor influencia en la doctrina estratégica francesa, a la que Chirac dio forma declarando, en el 2006, que Francia estaba preparada para usar las armas nucleares contra cualquier estado que le lanzase un ataque terrorista.
Secretario General de la Comisión es el actual jefe del SGDN, Francis Delon. También un importante exponente de los altos funcionarios estatales franceses, Delon ha ostentado cargos en el Ministerio de Exteriores, el Consejo de Estado, el Ministerio de Educación Nacional y ha sido miembro de la misión permanente de Francia en las Naciones Unidas. En la Secretaría, Delon se ocupa principalmente de la lucha contra la proliferación de armas de destrucción masiva, de la lucha contra el terrorismo y de la seguridad de las redes y de los sistemas informáticos del Estado.
Otras dos figuras de referencia han sido señaladas dentro del grupo de redactores. La primera es el general de división Jean Coulloumme-Labarthe (actual Secretario General adjunto de la SGDN). El general ha sido superintendente en la Academia Militar de Saint-Cyr (una de las principales academias militares francesas), ha cubierto diversos mandos en el ejército y en el 2002 se convirtió en asistente militar para las fuerzas de tierra del Ministerio de Defensa. Más tarde fue también jefe del grupo de comunicaciones francés en el mando central de Estados Unidos.
La segunda figura es el almirante Edouard Scott de Martinville, empleado en el Ministerio de Defensa, cuya larga carrera ha ido construyéndose en el mando de los principales submarinos de la flota francesa, incluidos el submarino nuclear “El Inflexible”, la escuadra de submarinos del Mediterráneo y la fuerza estratégica oceánica. Desde 1999 perteneció al Estado Mayor particular del Presidente de la República y desde el 2002 el almirante ha sido también Secretario General adjunto de defensa nacional, antes de ser sustituido por el general Coulloumme-Labarthe.
Entre los componentes de la Comisión hay también cuatro representantes políticos. El diputado Guy Teissier (UMP) ex presidente de la Comisión de defensa de la Asamblea Nacional. Patricia Adam (PS) es diputada de Finisterre, región de Bretaña donde tienen su sede dos importantes infraestructuras militares: la base aéreo-naval de Landivisiau y la base de los submarinos nucleares de Île Longue. Adam se ha ocupado del modelo de propulsión del segundo portaaviones y es la vicepresidente del grupo de estudio de la industria armamentística. El senador Serge Vinçon (UMP), presidente de la Comisión de Exteriores, Defensa y Fuerzas Armadas del Senado y miembro de varios organismos que se ocupan de política de defensa a nivel internacional y europeo, ha llevado a cabo acuerdos en el Senado acerca de la disuasión nuclear francesa y de la política de equipamientos militares. Finalmente, el senador Didier Boulard (PS) es miembro de la Comisión de Exteriores, Defensa y Fuerzas Armadas y forma parte de la delegación francesa en la asamblea parlamentaria de la OTAN.
Los ministros de Exteriores, Interior, Economía, Investigación, Defensa y Función Pública han nombrado sus propios representantes en la Comisión y hay también diecinueve de las llamadas “personalidades cualificadas”: abogados, académicos, expertos en estrategia, generales, consejeros de estado, etc. Entre todos ellos se encuentra Benoît d'Aboville, ex embajador de Francia en la OTAN, Polonia y la República Checa y que a lo largo de su carrera, entre los años Sesenta y Setenta, ha acumulado experiencias diplomáticas en Washington y en Moscú.
La Comisión se ha dividido en siete grupos de trabajo que se ocupan respectivamente de contexto internacional y amenazas a la seguridad internacional; sistema internacional de seguridad (ONU, UE, Alianza Atlántica y acuerdos de defensa); objetivos de la política de defensa y seguridad; política industrial y de investigación; defensa, seguridad y sociedad; organización de los poderes públicos (reforma del Estado y del Ministerio de Defensa); y recursos humanos.
Se ha previsto que en la primera semana de octubre tenga lugar la consulta popular y se ha programado para finales del 2007 una inspección del trabajo realizado, esperándose de esta forma que el Presidente de la República pueda dar su aprobación en marzo de 2008.
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Conclusiones
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Teniendo en cuenta los programas de Sarkozy en política exterior y la composición de la Comisión, es razonable esperar que los aspectos de más relevancia del Libro Blanco sobre Defensa y Seguridad Nacional sean cuatro: 1) una revisión de la doctrina de la disensión nuclear francesa, que haga posible la reincorporación de Francia a la OTAN; 2) la necesidad de mejorar la capacidad de anticipación y de reacción rápida; 3) la coordinación y la cuantificación del esfuerzo militar nacional, lo que implica una nueva ley de programación militar y una reforma de la estructuras de defensa; 4) la adopción de una política encaminada a aumentar la participación de los vecinos europeos en la defensa.
Todo esto puede hacer prever una aceleración de la política de integración europea en temas de defensa y seguridad, al menos en tanto que Francia decida mantener su voluntad de reintegrarse en la OTAN. Ello puede implicar también posibles roces con Washington sobre el modo de entender la Alianza Atlántica (los franceses la querrían con funciones exclusivamente militares y con un papel geopolítico específico en Europa, mientras que los americanos son partidarios de un salto hacia el este y de un papel más específicamente político) pero también con los vecinos europeos, a los que Francia pedirá asumir mayores responsabilidades en materia de defensa y seguridad común.
Conclusiones
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Teniendo en cuenta los programas de Sarkozy en política exterior y la composición de la Comisión, es razonable esperar que los aspectos de más relevancia del Libro Blanco sobre Defensa y Seguridad Nacional sean cuatro: 1) una revisión de la doctrina de la disensión nuclear francesa, que haga posible la reincorporación de Francia a la OTAN; 2) la necesidad de mejorar la capacidad de anticipación y de reacción rápida; 3) la coordinación y la cuantificación del esfuerzo militar nacional, lo que implica una nueva ley de programación militar y una reforma de la estructuras de defensa; 4) la adopción de una política encaminada a aumentar la participación de los vecinos europeos en la defensa.
Todo esto puede hacer prever una aceleración de la política de integración europea en temas de defensa y seguridad, al menos en tanto que Francia decida mantener su voluntad de reintegrarse en la OTAN. Ello puede implicar también posibles roces con Washington sobre el modo de entender la Alianza Atlántica (los franceses la querrían con funciones exclusivamente militares y con un papel geopolítico específico en Europa, mientras que los americanos son partidarios de un salto hacia el este y de un papel más específicamente político) pero también con los vecinos europeos, a los que Francia pedirá asumir mayores responsabilidades en materia de defensa y seguridad común.
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Equilibri.net - Italy/26/09/2007
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