Guatemala se acerca a las elecciones en medio de una campaña de violencia
Más de 40 candidatos, activistas o familiares fueron asesinados
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Ricardo Daher
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El próximo viernes 7 de septiembre concluye la campaña electoral más violenta desde el retorno a la institucionalidad en Guatemala, y la sociedad espera tensa la jornada electoral del domingo 9, donde los principales partidos anuncian que “están dispuestos a actuar en defensa de los votos a su favor”.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) efectuó un dramático llamado a los partidos a que controlen a sus militantes y eviten la confrontación. Desde la oposición hasta el gobierno se admite que el país vive un peligroso proceso donde grupos mafiosos vinculados al narcotráfico están infiltrando partidos y presentando candidatos en diversos municipios, al mismo tiempo que núcleos derechistas vinculados a las pasadas dictaduras, también intervienen en el proceso electoral.
Según estimaciones de la ONG Mirador Electoral, los partidos políticos han sufrido más de 60 atentados y, 44 candidatos, activistas o sus familiares fueron asesinados en la campaña electoral.
Observadores de la Organización de Estados Americanos de visita en Guatemala, manifestaron su preocupación por la situación de inseguridad e impunidad. Asesinatos políticos y amenazas contra candidatos y funcionarios del sistema electoral, se producen a diario.
El Procurador de los Derechos Humanos Sergio Morales considera que los crímenes en el país han llegado a niveles alarmantes y lamentó que el proceso electoral se resuelva con balas y no con votos.
Álvaro Colom, candidato presidencial de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), y primero en las encuestas, considera que al menos el 14 de los asesinatos contra su organización son responsabilidad de las mafias del narcotráfico, el contrabando y el lavado de dinero. La UNE perdió ya a 15 miembros, entre ellos dos diputados.
También responsabilizó a antiguos sectores de la inteligencia militar con las campañas negras y ataques contra su partido. "Es la guerra psicológica de la inteligencia militar de los 70 o los 80 la que está detrás de las agresiones contra candidatos, sus hijos o esposas", dijo Colom en conferencia con la prensa extranjera.
"No puede ser que esa gente regrese al poder; es necesario que esa gente pierda el poder", dijo Colom.
El partido Encuentro por Guatemala (EG), que presenta la candidatura de la Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, sufrió en los primeros días de agosto tres ataques que causaron la muerte de un candidato y heridas a otras cuatro personas. En uno de estos atentados salió ileso el ex dirigente guerrillero César Montes, miembro del Comité Ejecutivo de EG, y los disparos contra la vivienda de una candidata a diputada que hirieron a sus dos hijas.
"La fiesta cívica electoral se está convirtiendo en un baño de sangre para los guatemaltecos", denunció Nineth Montenegro, secretaria general de esa agrupación.
Por su parte, el Colectivo de Organizaciones Sociales (COS), consideró que el incremento de los actos de violencia tiene como fin favorecer a los candidatos que ofrecen seguridad y mano dura para combatir la delincuencia. Al mismo tiempo denunció los ataques de que ha sido objeto una campaña para promover el voto consciente e impedir la llegada a cargos públicos de personas corruptas o narcotraficantes.
La iniciativa, puesta en marcha hace tres meses, impulsa el mensaje a la ciudadanía de no votar por militares implicados en violaciones a los derechos humanos, empresarios vinculados a hechos ilícitos o candidatos que tienen nexos con el crimen organizado.
Cambios en las encuestas
En las últimas semanas las encuestas han comenzado a reducir la ventaja que el candidato de UNE, Alvaro Colom tenía en las intenciones de voto y que le aseguraban un triunfo en la primera vuelta.
En las últimas mediciones presentadas, se registra un empate técnico entre Colom y el derechista Partido Patriota que presenta la candidatura presidencial del general retirado Otto Pérez Molina.
Colom rechaza estas mediciones y asegura mantener una ventaja de 10 puntos sobre su más cercano rival. Añadió que el clima de violencia y la manipulación de las encuestas quieren provocar la percepción de un empate en la primera ronda de los comicios, y justificar una reacción violenta de sus adversarios que denunciarán fraude cuando concluyan las votaciones.
Las autoridades han sido hasta ahora incapaces de frenar la violencia electoral y mucho menos de descubrir a los autores de los atentados y asesinatos.
En al menos 60 municipios la situación es muy tensa y las autoridades preven actos de violencia. En departamentos como Jutiapa, Petén, Alta Verapaz y San Marcos, donde opera el narcotráfico, algunos partidos desistieron de lanzar candidatos por las amenazas y ataques de que han sido víctimas. Los narcotraficantes infiltran a sus candidatos en los partidos y eliminan la competencia.
El vicepresidente de la república, Eduardo Stein admitió su preocupación por el poder del narcotráfico en la política.
"En el oriente hay por lo menos cuatro candidatos que están hasta el cuello de vinculaciones con el narco", dijo Stein. "Nosotros estamos seguros de que en algunos lugares en donde el crimen organizado necesita de espacios de impunidad, ellos van a financiar directamente unas candidaturas".
La grave situación llevó al presidente de Guatemala, Oscar Berger, a ordenar el fortalecimiento de la presencia de fuerzas de seguridad en las zonas consideradas como de mayor conflictividad.
En virtud de esa decisión, ya fueron desplegados en esos 60 municipios, 12 mil 326 agentes de la Policía Nacional Civil, a los que se sumarán 11 mil miembros del ejército entre el 8 y el 11 de septiembre.
Unos cinco millones 900 mil guatemaltecos están convocados a las urnas el 9 de septiembre para elegir presidente, vicepresidente, 158 diputados al Congreso de la República y 332 alcaldes y gobiernos municipales.
El próximo viernes 7 de septiembre concluye la campaña electoral más violenta desde el retorno a la institucionalidad en Guatemala, y la sociedad espera tensa la jornada electoral del domingo 9, donde los principales partidos anuncian que “están dispuestos a actuar en defensa de los votos a su favor”.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) efectuó un dramático llamado a los partidos a que controlen a sus militantes y eviten la confrontación. Desde la oposición hasta el gobierno se admite que el país vive un peligroso proceso donde grupos mafiosos vinculados al narcotráfico están infiltrando partidos y presentando candidatos en diversos municipios, al mismo tiempo que núcleos derechistas vinculados a las pasadas dictaduras, también intervienen en el proceso electoral.
Según estimaciones de la ONG Mirador Electoral, los partidos políticos han sufrido más de 60 atentados y, 44 candidatos, activistas o sus familiares fueron asesinados en la campaña electoral.
Observadores de la Organización de Estados Americanos de visita en Guatemala, manifestaron su preocupación por la situación de inseguridad e impunidad. Asesinatos políticos y amenazas contra candidatos y funcionarios del sistema electoral, se producen a diario.
El Procurador de los Derechos Humanos Sergio Morales considera que los crímenes en el país han llegado a niveles alarmantes y lamentó que el proceso electoral se resuelva con balas y no con votos.
Álvaro Colom, candidato presidencial de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), y primero en las encuestas, considera que al menos el 14 de los asesinatos contra su organización son responsabilidad de las mafias del narcotráfico, el contrabando y el lavado de dinero. La UNE perdió ya a 15 miembros, entre ellos dos diputados.
También responsabilizó a antiguos sectores de la inteligencia militar con las campañas negras y ataques contra su partido. "Es la guerra psicológica de la inteligencia militar de los 70 o los 80 la que está detrás de las agresiones contra candidatos, sus hijos o esposas", dijo Colom en conferencia con la prensa extranjera.
"No puede ser que esa gente regrese al poder; es necesario que esa gente pierda el poder", dijo Colom.
El partido Encuentro por Guatemala (EG), que presenta la candidatura de la Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, sufrió en los primeros días de agosto tres ataques que causaron la muerte de un candidato y heridas a otras cuatro personas. En uno de estos atentados salió ileso el ex dirigente guerrillero César Montes, miembro del Comité Ejecutivo de EG, y los disparos contra la vivienda de una candidata a diputada que hirieron a sus dos hijas.
"La fiesta cívica electoral se está convirtiendo en un baño de sangre para los guatemaltecos", denunció Nineth Montenegro, secretaria general de esa agrupación.
Por su parte, el Colectivo de Organizaciones Sociales (COS), consideró que el incremento de los actos de violencia tiene como fin favorecer a los candidatos que ofrecen seguridad y mano dura para combatir la delincuencia. Al mismo tiempo denunció los ataques de que ha sido objeto una campaña para promover el voto consciente e impedir la llegada a cargos públicos de personas corruptas o narcotraficantes.
La iniciativa, puesta en marcha hace tres meses, impulsa el mensaje a la ciudadanía de no votar por militares implicados en violaciones a los derechos humanos, empresarios vinculados a hechos ilícitos o candidatos que tienen nexos con el crimen organizado.
Cambios en las encuestas
En las últimas semanas las encuestas han comenzado a reducir la ventaja que el candidato de UNE, Alvaro Colom tenía en las intenciones de voto y que le aseguraban un triunfo en la primera vuelta.
En las últimas mediciones presentadas, se registra un empate técnico entre Colom y el derechista Partido Patriota que presenta la candidatura presidencial del general retirado Otto Pérez Molina.
Colom rechaza estas mediciones y asegura mantener una ventaja de 10 puntos sobre su más cercano rival. Añadió que el clima de violencia y la manipulación de las encuestas quieren provocar la percepción de un empate en la primera ronda de los comicios, y justificar una reacción violenta de sus adversarios que denunciarán fraude cuando concluyan las votaciones.
Las autoridades han sido hasta ahora incapaces de frenar la violencia electoral y mucho menos de descubrir a los autores de los atentados y asesinatos.
En al menos 60 municipios la situación es muy tensa y las autoridades preven actos de violencia. En departamentos como Jutiapa, Petén, Alta Verapaz y San Marcos, donde opera el narcotráfico, algunos partidos desistieron de lanzar candidatos por las amenazas y ataques de que han sido víctimas. Los narcotraficantes infiltran a sus candidatos en los partidos y eliminan la competencia.
El vicepresidente de la república, Eduardo Stein admitió su preocupación por el poder del narcotráfico en la política.
"En el oriente hay por lo menos cuatro candidatos que están hasta el cuello de vinculaciones con el narco", dijo Stein. "Nosotros estamos seguros de que en algunos lugares en donde el crimen organizado necesita de espacios de impunidad, ellos van a financiar directamente unas candidaturas".
La grave situación llevó al presidente de Guatemala, Oscar Berger, a ordenar el fortalecimiento de la presencia de fuerzas de seguridad en las zonas consideradas como de mayor conflictividad.
En virtud de esa decisión, ya fueron desplegados en esos 60 municipios, 12 mil 326 agentes de la Policía Nacional Civil, a los que se sumarán 11 mil miembros del ejército entre el 8 y el 11 de septiembre.
Unos cinco millones 900 mil guatemaltecos están convocados a las urnas el 9 de septiembre para elegir presidente, vicepresidente, 158 diputados al Congreso de la República y 332 alcaldes y gobiernos municipales.
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BolPress - Bolivia/01/09/2007
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