El gran reto latinoamericano: adaptarse a economía del conocimiento
El ex presidente español Felipe González consideró que en los últimos 20 años perdió peso en el producto bruto mundial, debido a la redistribución geográfica del crecimiento.
Madrid.- “América Latina lo tiene todo”, sentenció hoy el ex presidente de gobierno español Felipe González, durante una conversación con el secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), Álvaro Marchesi, y el secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, en la Casa de América en Madrid.
“América Latina tiene todos los recursos, naturales y humanos, pero no los ha capitalizado para que repercutan en un verdadero desarrollo”, consideró el ex mandatario durante la charla organizada en el marco del ciclo de actividades VivAmérica dedicadas a la región.
Y la “única variable estratégica absolutamente clave para el desarrollo sostenido”, que puede servir como articulador para afrontar los desafíos de la economía del conocimiento, es la educación.
Con motivo de la presentación de Plan de Cooperación de la OEI para 2007 y 2008, articulado en base al encuentro de ministros de Educación y Cultura regionales el pasado julio en Valparaíso (Chile), la ministra española del ramo, Mercedes Cabrera, reafirmó su convencimiento en la educación “como una prioridad política” y un “gasto que no es tal, sino inversión a medio y largo plazo”.
El plan de acción de la OEI se basa en cuatro ejes que pretenden orientar la política educativa y cultural en el umbral de los bicentenarios de las independencias de América Latina, en 2010.
El principal es la universalización de la educación básica, la mejora de la calidad de la enseñanza y el fin del analfabetismo, que afecta a 34 millones de personas en Iberoamerica, en 2015. Para ello se necesitaría una inversión de 4.000 millones de dólares.
Los otros tres ejes se centrarán en la educación en valores para la ciudadanía, el apoyo a la formación técnica y profesional y la creación de una universidad de la EOI que apoye la movilidad estudiantil y suponga un espacio compartido de conocimientos, explicó Marchesi.
El bicentenario podría ser “el elemento catalizador de que una generación latinoamericana decida cómo se inserta la región en el siglo XXI de forma exitosa, y se haga cargo de su propia historia, con la convicción de que la región lo tiene todo, enfrentando los desafíos”, manifestó González.
“Latinoamérica vive un momento de crecimiento económico desconocido, de ciclos generosos de materias primas y de buen manejo macroeonómico”, consideró Iglesias.
Sin embargo, González matizó que en los últimos 20 años perdió peso en el producto bruto mundial, debido a la redistribución geográfica del crecimiento.
A pesar de todo, las materias primas que posee y la alta demanda mundial, así como la tensión de precios que desencadena, “marcará una nueva historia de intercambio entre países productores y no productores”.
La cuestión es: “¿Va a aprovechar Latinoamérica esa coyuntura?”, se preguntó Iglesias.
Para ello no basta con crecer en comodities, sino dar un salto cualitativo en la estructura productiva diversificando la producción y generando mayor productividad. Y en ese aspecto, la formación técnica y la calidad educativa desempeñan un papel fundamental.
La educación, según Iglesias, es el elemento clave para enfrentar los principales problemas sociales, pues sólo ella puede quebrar la reproducción automática de la pobreza y generar empleos de calidad; y también políticos, pues sólo ciudadanos formados y preparados pueden fortalecer las estructuras democráticas.
“Latinoamérica está haciendo mucho, pero podría hacer mucho más”, añadió Iglesias, que destacó iniciativas como el canje de la deuda por educación que realiza España.
González matizó que la educación es el único mecanismo para redistribuir los ingresos en la sociedad, “un círculo virtuoso que devuelve a la sociedad capital humano clave para enfrentar los desarrollos de futuro”.
La educación, finalmente, marca la primera de las diferencias de oportunidades y quien no disponga de ella tendrá menos oportunidades de insertarse como ciudadano en la realidad latinoamericana. González abogó también por impulsar la producción cultural común para crear un producto con mayor peso en el ámbito internacional.
La ministra Cabrera destacó, por último, la importancia de la educación en todos los niveles, más allá de la educación básica y primaria, y abogó por poner en marcha políticas educativas efectivas “para no perder el tren de la historia”.
Los bicentenarios de las independencias de 2010, añadió, podrían ser una buena ocasión, “porque se conmemoran ciclos revolucionarios que rompieron con el pasado” y de lo que se trata ahora es enfrentar el futuro./DPA
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Madrid.- “América Latina lo tiene todo”, sentenció hoy el ex presidente de gobierno español Felipe González, durante una conversación con el secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), Álvaro Marchesi, y el secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, en la Casa de América en Madrid.
“América Latina tiene todos los recursos, naturales y humanos, pero no los ha capitalizado para que repercutan en un verdadero desarrollo”, consideró el ex mandatario durante la charla organizada en el marco del ciclo de actividades VivAmérica dedicadas a la región.
Y la “única variable estratégica absolutamente clave para el desarrollo sostenido”, que puede servir como articulador para afrontar los desafíos de la economía del conocimiento, es la educación.
Con motivo de la presentación de Plan de Cooperación de la OEI para 2007 y 2008, articulado en base al encuentro de ministros de Educación y Cultura regionales el pasado julio en Valparaíso (Chile), la ministra española del ramo, Mercedes Cabrera, reafirmó su convencimiento en la educación “como una prioridad política” y un “gasto que no es tal, sino inversión a medio y largo plazo”.
El plan de acción de la OEI se basa en cuatro ejes que pretenden orientar la política educativa y cultural en el umbral de los bicentenarios de las independencias de América Latina, en 2010.
El principal es la universalización de la educación básica, la mejora de la calidad de la enseñanza y el fin del analfabetismo, que afecta a 34 millones de personas en Iberoamerica, en 2015. Para ello se necesitaría una inversión de 4.000 millones de dólares.
Los otros tres ejes se centrarán en la educación en valores para la ciudadanía, el apoyo a la formación técnica y profesional y la creación de una universidad de la EOI que apoye la movilidad estudiantil y suponga un espacio compartido de conocimientos, explicó Marchesi.
El bicentenario podría ser “el elemento catalizador de que una generación latinoamericana decida cómo se inserta la región en el siglo XXI de forma exitosa, y se haga cargo de su propia historia, con la convicción de que la región lo tiene todo, enfrentando los desafíos”, manifestó González.
“Latinoamérica vive un momento de crecimiento económico desconocido, de ciclos generosos de materias primas y de buen manejo macroeonómico”, consideró Iglesias.
Sin embargo, González matizó que en los últimos 20 años perdió peso en el producto bruto mundial, debido a la redistribución geográfica del crecimiento.
A pesar de todo, las materias primas que posee y la alta demanda mundial, así como la tensión de precios que desencadena, “marcará una nueva historia de intercambio entre países productores y no productores”.
La cuestión es: “¿Va a aprovechar Latinoamérica esa coyuntura?”, se preguntó Iglesias.
Para ello no basta con crecer en comodities, sino dar un salto cualitativo en la estructura productiva diversificando la producción y generando mayor productividad. Y en ese aspecto, la formación técnica y la calidad educativa desempeñan un papel fundamental.
La educación, según Iglesias, es el elemento clave para enfrentar los principales problemas sociales, pues sólo ella puede quebrar la reproducción automática de la pobreza y generar empleos de calidad; y también políticos, pues sólo ciudadanos formados y preparados pueden fortalecer las estructuras democráticas.
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Milenio - Mexico10/10/2007
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