HECHOS DEL DIA

ELECCIONES EN ITALIA: GANO BERLUSCONI EN CUADRO BIPOLAR

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ROMA - La coalición de centro-derecha encabezada por el magnate de las comunicaciones Silvio Berlusconi se impuso en las elecciones legislativas italianas, conquistando la mayoría absoluta en el Parlamento frente a la alianza de centro-izquierda de Walter Veltroni, según las proyecciones de los institutos de sondeos difundidos hoy y los primeros resultados oficiales parciales. Según las proyecciones estadísticas realizadas a partir de los resultados reales, el bloque que apoya a Berlusconi -Pueblo de la Libertad (PdL), Liga Norte y Movimiento para la Autonomía (MpA, Sicilia)- obtendría 340 escaños en la Cámara de Diputados, contra 241 para la alianza entre el Partido Democrático (PD, centro-izquierda) y la Italia de los Valores (IdV, del ex fiscal de Manos Limpias, Antonio Di Pietro) También en el Senado, donde se esperaba -a causa del efecto de la ley electoral- una mayoría oficialista frágil, como la que había caracterizado el gobierno de Romano Prodi, PdL, Liga y MpA totalizarían 162 escaños, contra 142 para PD-IdV. Más allá de la neta victoria del centro-derecha y de sus aliados en las dos cámaras, los resultados ponen en evidencia una clara orientación del electorado italiano hacia la bipolarización: poco más de siete sobre diez italianos han votado a uno de los dos partidos mayores, el PdL y el PD, ambos de reciente formación y nacidos de la fusión de varias fuerzas. Esta simplificación del panorama político -en el Senado se debería pasar de los 26 grupos de la pasada legislatura a sólo seis- ha penalizado fuertemente las dos alas "extremas" del espectro partidario: la Izquierda Arcoiris (IA, comunistas y ambientalistas) y La Destra (extrema derecha) se quedarán muy probablemente sin ningún representante parlamentario. Este golpe es particularmente duro para IA, cuyo líder y candidato a primer ministro, Fausto Bertinotti -que tras la votación de ayer y hoy pasó de ser presidente de la Cámara de Diputados a dirigente de una fuerza sin ningún legislador- ya anunció su renuncia al cargo, advirtiendo que es necesario que la izquierda italiana "abra un profundo período de reflexión" sobre lo que definió "una derrota clara y de proporciones imprevistas". De los partidos menores, el único que logró sobrevivir a la lógica implacable del bipolarización es la Unión de Centro Democrático (UDC) de Pier Ferdinando Casini, que habiendo obtenido apenas poco más del 5% de los votos obtuvo por un pelo el "quorum" de sufragios necesario para estar representado en el Parlamento (probablemente 34 diputados y 2 senadores). La amplitud de la victoria del PdL -más importante de cuanto habían indicado la mayoría de los sondeos durante la campaña, y los mismos sondeos a boca de urna- es acompañada sin embargo por un éxito aún mayor de su aliado acaso más incómodo, la Liga Norte, que oscila alrededor del 6% de los votos nacionales y multiplica casi por dos su resultado de las elecciones de 2006. Este muy positivo resultado en las urnas -de hecho, la Liga hegemoniza la representación política de toda Italia septentrional, la parte más rica y productiva del país- envalentonó de inmediato a su combativo líder, Umberto Bossi, que esta misma noche reclamó aprobar cuanto antes una reforma que vaya hacia el federalismo fiscal (o sea que el dinero recaudado en el Norte sea gastado en el Norte), acotando que a sus electores "se les está acabando la paciencia". De manera casi simétrica al "boom" electoral de la Liga Norte en el centro-derecha, el único verdadero ganador de las elecciones a la izquierda de la coalición de Silvio Berlusconi es Di Pietro, cuyo pequeño partido, recuperando gran parte del voto de protesta contra el sistema político italiano, casi triplicó su resultado respecto de 2006. Berlusconi y Veltroni deberán ahora trabajar, cada uno desde su trinchera, para consolidar sus relaciones con estos dos aliados exteriores -Bossi y Di Pietro- conocidos ambos por su intransigencia política, y afianzar así su autoridad sobre los dos partidos mayores del escenario italiano. El primer test de este nuevo cuadro llegará rápidamente, en cuanto Berlusconi forme su gobierno: tanto él como Veltroni, en efecto, confirmaron esta noche su intención de colaborar en la realización, en tiempos breves, de las reformas institucionales más necesarias para el país, comenzando con la de la ley electoral. Ahora comienza en el país un proceso institucional que incluye la instalación del nuevo parlamento, elección de sus autoridades y conformación de los bloques, hasta llegar el encargo de formar gobierno a Berlusconi probablemente en los primeros días de mayo. ACZ

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Ansalatina - Italia/15/04/2008